La izquierda francesa negocia para proponer un nuevo primer ministro

¿Parálisis política en Francia? Los representantes de los distintos partidos de izquierda que forman parte de la coalición Nuevo Frente Popular llegaron este martes 9 de julio a la sede de la Asamblea Nacional para impulsar negociaciones en torno a la formación de Gobierno.

Un escenario complejo, dados los resultados inéditos de las elecciones legislativas que dejaron la Cámara Baja sin mayoría absoluta para ninguna coalición y las reticencias de algunas bancadas para hacer alianzas con sus opositores.

Lo que está claro es que la Asamblea, con grandes poderes en las decisiones de política interna, ha quedado dividida en tres grandes bloques: el izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP), en primer lugar, con 182 escaños, pero lejos de los 289 necesarios para dominar en ese órgano legislativo.

En segundo lugar queda la alianza oficialista, Juntos por la República, con 168, y en tercera posición, el movimiento ultraderechista Agrupación Nacional, con 143.

Las discrepancias en la izquierda sobre la nominación de un primer ministro

El NFP, ganador, aun sin mayoría absoluta, se encuentra a su vez dividido en torno a quién nominaría como primer ministro.

Y es que este bloque, unido en las legislativas bajo lo que se conoce como un frente republicano para lograr su cometido de frenar a la bancada ultraderechista Agrupación Nacional, ostenta partidos con distintos enfoques dentro de la izquierda: comunistas, socialistas, ecologistas y La Francia Insumisa (LFI), considerada de extrema izquierda.

Jean-Luc Mélenchon, líder de LFI, insistió en que, dado que su bancada política obtuvo la mayor cantidad de escaños dentro de la coalición, el primer ministro debería ser elegido entre sus filas.

Manuel Bompard, coordinador de LFI, reiteró este martes en ‘Europe 1’ y ‘CNews’ el discurso constantemente repetido según el cual Jean-Luc Mélenchon “era una de las posibles opciones para ser primer ministro del Nuevo Frente Popular”. Y el líder de La Francia Insumisa ya había señalado el pasado junio que ni se imponía ni se retiraba de la carrera por ocupar Matignon, residencia oficial del premier.

Pero sus aliados socialistas, ecologistas y comunistas no tienen la intención de que les dicten su elección, menos aún si se tratara de Mélenchon, a quien muchos consideran una figura divisiva.

“Jean-Luc Mélenchon no es quien dirigirá el gobierno del Frente Popular (…) No es una primicia esta mañana, pero se lo puedo confirmar”, aseguró a ‘France 2’, este 9 de julio, la alcaldesa de Nantes y primera vicesecretaria del Partido Socialista, Johanna Rolland.

“Hay discusiones constantemente. Hubo discusiones muy, muy largas la noche anterior y anoche todos recuperaron un poco de energía (…) Las discusiones continuarán (…) Puede durar un poco, así que es una carrera larga en la que estamos comprometidos (…) Es hora de hacer las cosas bien, eso es lo que le debemos a los franceses, añadió.

Los socialistas presionan por alguien de su fuerza política. “Necesitamos una fuerza silenciosa (…) Creo que necesitamos un socialista para gobernar este país”, afirmó el alcalde de Marsella y miembro de ese partido, Benoît Payan.

Por lo pronto, el presidente del país, Emmanuel Macron, ha decidido mantener en el cargo a Gabriel Attal, pese a que el lunes 8 de julio, un día después de los comicios, presentó su renuncia al jefe de Estado.

Macron señaló que lo mantiene al menos temporalmente “por la estabilidad” de la nación y la Constitución francesa no establece un límite de tiempo para nombrar a un nuevo primer ministro.

Agrupación Nacional, que parecía consolidarse como primera fuerza en la Asamblea -a juzgar por los resultados de la primera vuelta electoral- ya había anunciado que no postularía a su presidente, Jordan Bardella, como primer ministro si no obtenían la mayoría absoluta.

Pero el nombramiento de un primer ministro es tan solo el primero de muchos asuntos que prometen causarán división en los tres años que restan de la presidencia de Macron tras perder, con su arriesgada apuesta, la mayoría relativa que sostenía. Su alianza quedó como segunda fuerza, con 168 diputados, un revés notorio luego de ostentar 250 en la legislatura que termina.

Los líderes de izquierda prometen gobernar solo de acuerdo con su programa de gobierno, incluidos sus planes de impuestos y gasto, pero los centristas de Macron reclaman un mayor rol en el Parlamento. Ninguno tiene suficientes legisladores para implementar sus programas sin obstáculos.

 

Fuente: France 24

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