El fuego consumió una fábrica de madera en el noroeste de Guayaquil. Afectados detallan los momentos de terror que vivieron.
“Las paredes parecían una plancha encendida, quemaban. El humo envolvía las viviendas, casi no podíamos respirar. El fuego se propagó rápidamente. Esto parecía un infierno”. Así describió Laura Vera Pachay el incendio de magnitud tres que la madrugada de este 26 de junio se registró a menos de 100 metros de su casa en el sector El Chorrillo, perteneciente a la cooperativa San Francisco, en el noroeste de Guayaquil.
Las causas del siniestro que acabó con una fábrica de madera y que contaminó dos viviendas y una plantación de verde aún son desconocidas. Sin embargo, moradores de esta zona manifestaron que el dueño del negocio es víctima de extorsionadores y que pudo tratarse de un atentado, ya que no habría cancelado el dinero que le exigen.
Otra moradora, Magdalena Quimí, relató que desde que comenzó el fuego, aproximadamente a las 03:40, tanto ella como sus familiares no pudieron dormir, ya que temían que el fuego llegara hasta sus casas.
Julio Jalón, Cuerpo de Bomberos
“Son 14 las casas que están más cerca al lugar del incendio. Entre niños y adultos somos como 100 personas. Todos salimos despavoridos, buscamos un lugar seguro para refugiarnos. Los bomberos no tardaron tanto en llegar, pero como era madera todo fue rápido, no hubo tiempo a reaccionar”, comentó Magdalena, quien es vicepresidenta de la Asociación El Chorrillo.
Una situación parecida vivieron Jenny Carranza y sus familiares. Apenas se percataron del incendio, lo primero que hicieron fue abrir las puertas de su casa y sacar a su hija de 8 años, quien padece de problemas respiratorios.
“Pensé que mi hijita se iba a ahogar, se puso rojita. La candela estaba viva. A un vecino se le quemó su plantación de verdes, no pudo hacer nada, el fuego parecía que iba a arrasar con todo. Varios comuneros fueron a la vía principal para guiar a los bomberos. Vivimos en un lugar bastante apartado y es por eso que a veces no llegan con facilidad”, expresó.
El mayor Julio Jalón, jefe de la séptima brigada del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, indicó que por la magnitud del incendio se requirió la presencia de 150 socorristas y se utilizaron 20 unidades de combate, dos camiones cisterna y una ambulancia.
“La prioridad era proteger las casas, evacuar a las personas y a los animales. Hay un pequeño canal de agua que separa el depósito de madera de las casas, pero la radiación era fuerte y podía contaminar las viviendas. El abastecimiento del agua en el sitio también fue una dificultad”, contó el mayor Jalón.
Fuente: Diario EXPRESO