Él, cuenta, se negó a ser extorsionado armándose de valor y desde hace poco retomó su actividad, pero ya no la hace a diario sino solo los fines de semana, algo que no es muy conveniente ya que de arriendo y servicios básicos paga mensualmente $ 150 solo del local.

En otros sectores como la ciudadela El Recreo muchos de los comerciantes y dueños de negocios se han resignado a pagar lo que las bandas les exigen porque cerrar o parar las ventas les resulta quedarse sin el sustento diario.

“Está bien que vengan los militares, pero que pongan mano dura para que esto se acabe y uno pueda vivir en paz, no andar preocupado que tiene que cerrar el negocio o que tiene que meterse temprano a la casa para que no le caiga una bala perdida”, refiere uno morador de El Recreo bajo anonimato. (I)