Un arsenal de herramientas de belleza con propiedades drenantes, reafirmantes y detoxificantes abundan en redes sociales.
Sólo hay que pasar el suficiente tiempo en TikTok o Instagram para toparse con alguien raspando su mandíbula con una piedra o deslizando un roller sobre sus pómulos. Y aunque el fenómeno de la gua sha tiene miles de años de historia, ahora adoptan infinidad de formas y materiales.
La pregunta es ¿realmente deshinchan y esculpen el rostro? Expertos en cuidado de la piel, con opiniones diferentes al respecto, analizan sus beneficios reales.
¿Ayuda o no un masaje facial?
La Dra. Sara Carrasco, dermatóloga del GEDET y propietaria de su propia clínica en Bilbao habla claro “el envejecimiento de la piel ocurre por el declive de sus células, y ningún masaje es capaz de revertir ese proceso.
Para producir un rejuvenecimiento real y sostenido es necesario actuar sobre los mecanismos de reparación de las células y masajear la capa superficial de la piel no va a conseguir este objetivo”.
Pero si el masaje se ejerce con rollers o piedras ¿hay algún beneficio extra? “Puede tener beneficios y favorecer el drenaje linfático; pero para beneficiarnos realmente lo más importante es la técnica, tanto en dirección como en presión, que debe ser adecuada.
Otro punto interesante es que estas herramientas aumentan el tiempo de realización de la rutina y esto ayuda a que los principios activos penetren mejor”, incide la Dra. Sara Carrasco.
¿Qué son las piedras de masaje facial?
Las piedras como el jade, el cuarzo rosa o la obsidiana negra se utilizan en rodillos y gua shas por sus supuestas propiedades energéticas.
Según explica Estefanía Ferrer, ingeniera química y CEO y fundadora de LICO Cosmetics “el término Gua Sha proviene del mandarín y significa ‘raspar la enfermedad’.
Se utilizan con aceites o cremas para facilitar su deslizamiento siempre en dirección ascendente para activar la circulación, liberar la tensión muscular, estimular el drenaje linfático e incluso aumentar la producción de colágeno.
Aunque muchos les atribuyen estos beneficios, nosotros no hemos conseguido encontrar evidencias científicas ni estudios que corroboren todas estas propiedades. A veces, los hemos incluido como regalo en alguna promoción, pero más como un plus sensorial que por su efecto antiedad”, afirma.
“Las piedras gua sha tienen su origen en china y están muy vinculadas a la medicina tradicional milenaria. De hecho, se usan desde hace más de 2.000 años para tratar el rostro y mejorar su vitalidad. Desde su origen hasta ahora han buscado siempre este objetivo” explica Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
¿Es solo un efecto relajante?
La dermatóloga Sara Carrasco puntualiza “los beneficios de estas herramientas están relacionados con el acto relajante de realizar una rutina de cuidado larga, sin prisas y en dirección a las áreas de drenaje facial, pero la aplicación manual de los cosméticos puede ser igual de eficaz. Es un objeto prescindible, pero si lo tienes puedes aprovecharlo por su efecto drenante y relajante”.
No es sencillo definir el mentón o acabar con la papada, ni siquiera con tratamientos en cabina, sin embargo, muchos de los usuarios de piedras de masaje aseguran que con constancia es posible.
“De igual forma que en el gimnasio definimos los músculos a base de repetir rutinas, en el rostro lo podemos lograr con determinados gestos de aplicación de producto y con la ayuda de gua shas que potencian zonas como el óvalo facial o los pómulos”, dice a S Moda Mireia Fernández, directora de Omorovicza.
“En la papada, puede promover la firmeza y ayudar a que se redefina un poco el óvalo facial si existe una leve flacidez sin grasa. Cuando la papada es por cúmulo de grasa, los procedimientos deberán ser otros”, asegura Raquel González.
Voces a favor de los masajes faciales
Los expertos consultados afirman que el uso de piedras y rodillos es bastante seguro “si lo usas y notas que la hinchazón del rostro baja hasta el punto de ver una diferencia en la línea de tu mandíbula, sigue usándolo”, dice la esteticista Valeria Zimmermann del salón Bigudí.
La facialista Silvia Oliete, propietaria de los centros Blauceldona, nos explica qué nota cuando añade las piedras a su masaje. “El efecto inmediato es el de una piel más “oxigenada”, que es lo que llamamos a que esté mejor irrigada, ya que la sangre lleva los nutrientes y el oxigeno a la piel, y por tanto, se muestra más lozana y vital, con menos imperfecciones y con arrugas y líneas menos marcadas.
Y, por supuesto que deshinchan porque los movimientos de masaje están diseñados para recorrer los canales de drenaje linfático y llegar hasta los ganglios.
Veo a diario muchos casos en los que tras usarla el rostro se desinflama y esto provoca la definición de los contornos al instante, aunque sea algo temporal”.
En cuanto a otros beneficios “en general, cualquier tipo de masaje ayuda a fomentar la circulación; pero que reduzcan la inflamación y las ojeras no siempre es cierto. Si la piel está inflamada, lo mejor es no activarla.
Ahora bien, en caso de tener congestión, que puede producir la sensación de inflamación, las piedras pueden ayudar porque promueven el drenaje.
Además, el hecho de aplicarla con un contorno de ojos específico permite tratar la zona y descongestionar por el simple contacto de la piedra fría. Eso sí, en los ojos hay que ejercer muy poca presión”, afirma Marta Agustí, directora de Boutijour.
Uno de las propiedades más cuestionadas es la de promover y estimular la producción de colágeno.
“Todo pasa por utilizarlos de forma adecuada. Entrenar la piel con gestos ascendentes aporta más firmeza y mejora la circulación y, como consecuencia, puede provocar mayor actividad del tejido que ayuda a que no haya cascadas de pérdida de colágeno y se sintetice nuevo”, dice Isabel Reverte, directora de Ambari.
¿Qué material es mejor?
Cuarzo rosa, jade, porcelana e incluso madera ¿cuál es mejor?
“Las piedras son conocidas por su capacidad para retener calor y frío, lo que puede ayudar a aliviar la tensión muscular y promover la relajación, mientras que las maderas, por su textura y deslizamiento suave sobre la piel, se utilizan más en terapias drenantes.
Las piedras naturales como el jade son refrescantes por naturaleza y no es necesario guardarlas en la nevera”, comenta a S Moda Fernanda Silva, creadora y fundadora del método Royal Touch.
El material se vincula a la resistencia y a la sensación de frescor. “A nivel de definición, el material no importa mucho. De hecho, hay grandes rollers y gua shas que son de mármol o jade, y otras igual de buenas que son de cerámica.
Lo importante es su forma: cuanto más dentadas son, más promovemos el drenaje linfático y son ideales en rostros que tienden a congestionarse; sin embargo, las menos dentadas se centran en la firmeza”, apostilla para S Moda Mireia Fernández.
El material no debería aportar mayor beneficio o acción extra. “Si bien es cierto, que aquellas de cuarzo, jade u otros materiales rígidos, suelen ser pequeñas, si son más grandes, es mejor que sean de madera porque son más flexibles”, razona Marta Agustí.
¿Rodrillo o Gua Sha?
Ambas herramientas son muy parecidas porque utilizan piedras, pero se usan de forma diferente.
“Los rollers reducen la hinchazón, relajan los músculos faciales y reducen el estrés en la piel.
La piedra gua sha realiza un masaje más profundo que mejora la circulación sanguínea, desinflama, reduce la hinchazón y puede promover la producción de colágeno. Se utiliza para levantar y esculpir el rostro, reducir la apariencia de líneas finas y arrugas, y mejorar la luminosidad de la piel”, afirma Inmaculada Novillo Santos, Product Marketing You Are The princess.
Antes de nada: Aprender la técnica
La mayoría de los expertos aconsejan que antes de empezar es importante aprender la técnica de uso.
“No es posible usarla bien si no conoces los pasos a seguir, cuanta presión ejercer y cuál es la dirección correcta a seguir en cada parte del rostro. Si la utilizamos todos los días, conseguiremos más y mejores resultados”, indica Silvia Oliete.
En cuanto a la técnica, Inmaculada Novillo recomienda: pasar el rodillo sobre la piel con un movimiento hacia arriba y hacia afuera para reducir la hinchazón y promover la relajación.
Por el contrario, la gua sha se basa más en el raspado a lo largo de la piel con una presión suave mientras se sostiene la piedra en ángulo para promover el drenaje linfático. Y ojo. Un buen masaje drenante con piedras puede durar unos 30 minutos.
Raquel González asegura que, aunque es una práctica segura y suave con efectos calmantes, la técnica importa:
- En la frente empieza desde el centro hacia las sienes, para liberar toxinas.
- En el contorno de los ojos elimina la congestión al aplicar presión sobre el arco de la ceja, desde centro de frente a sien. En la parte inferior, se va desde la zona interior del ojo hacia la sien de nuevo.
- En las mejillas trabaja en dirección ascendente y exterior desde nariz a sien, para libertar toxinas y elevar el tejido.
- Y en la línea mandibular se desplaza desde el mentón hacia los lóbulos de la oreja.
- Para potenciar el drenaje en el área del cuello, se desplaza suavemente desde los hombros y la clavícula hacia mandíbula y hacia la zona trasera de las orejas.
Y por supuesto, después de su uso hay que limpiarlas con agua y jabón para evitar la acumulación de bacterias.
¿Quién no debería utilizar?
Si aprender la técnica de masaje es fundamental “lo más importante es ejercer una ligera presión porque los movimientos pesados pueden dañar los delicados capilares del rostro o provocar hematomas”, explica Zimmermann.
Si bien estas herramientas suelen ser seguras, existen situaciones en las que hay que evitarlas.
“La regla general incluye no usarlas en pieles con un alto grado de acné, ni muy sensibles o con rosácea activa, ni cuando la tez está inflamada por algún procedimiento hasta que se recupere”, dice Oliete.
“Si no se usan bien, puede desde no verse ningún tipo de resultado hasta conseguir el efecto contrario a lo deseado: una mayor inflamación y un rostro más caído”, concluye Ana Yuste, asesora facial de Pure Niche Lab.
Fuente: Primicias
