El Servicio de Medina Legal manifiesta que ante el incremento de muertes criminales en la ciudad llegan muchos cadáveres de personas desconocidas.
Transitar a pie o en vehículo por las inmediaciones de la morgue de Guayaquil, en la av. José Rodríguez Bonín, supone exponerse a los malos olores que emanan desde el interior del sitio.
A quienes esperan por algún trámite les toca hasta lidiar con insectos como moscas, cuya presencia no es masiva, pero sí molestosa.
La tarde de ayer, martes 11 de junio, el Servicio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Ecuador difundió un comunicado a través de la plataforma X, antes Twitter, sobre la situación.
Dicha instancia indicó que dos contenedores refrigerados del Centro Forense Zonal 5 y 8 – Laboratorio de Criminalística de Guayaquil han sufrido daños por las variaciones eléctricas registradas desde hace varias semanas en el territorio nacional.
También indicó que se han realizado las gestiones necesarias para dar mantenimiento a los mismos a través de la garantía técnica establecida en los contratos vigentes.
La entidad señaló, además, que ante el incremento de violencia criminal en el país hay un mayor número de cadáveres de personas desconocidas, a quienes se cataloga como NN que no ha sido identificados ni retirados por sus familiares.
Pero hay quienes a pesar de tener identificados a sus parientes no pueden retirar los cadáveres.
Es el caso de Margarita Pardo, a cuyo hijo y nuera asesinaron en abril pasado y desde entonces los cuerpos de ambos permanecen en la morgue.
La mujer contó que al principio fue necesario hacer pruebas de ADN a los cadáveres, pero ese proceso se prolongó más de lo esperado.
Luego, dijo, vinieron otras pruebas cuyos resultados también se extendieron.
“Nos dieron la orden de entrega el día viernes pasado. Vinimos al mediodía para que nos entreguen a nuestros hijos con la orden y nos dijeron que los cuerpos estaban congelados y así no los podían sacar y que tienen que seguir unos protocolos, que esperemos hasta el martes”, contó Pardo.
Ayer, martes, al acudir nuevamente a la morgue les indicaron, según ella, que hay una “infección” producto de los contenedores dañados.
“Ahora nos dicen que se están pudriendo, porque así nos dijeron, que están totalmente en descomposición porque tienen más de quince días los contenedores dañados”, señaló la mujer. (I)
Fuente: El Universo