Anthony Dávila es uno de los pocos conductores que siguen usando gasolina súper, pero el viernes se enteró de que este combustible volvió a subir de precio y podría cambiar de opinión: “Ahora sí va a tocar pensar bien si se coloca súper o se opta por cargar el auto con gasolina extra junto a un aditivo cada cuatro o tres tanqueadas, porque la economía no da”.
La tercera ola de migración de súper a extra se dio hace dos años: la gasolina de mayor calidad (hoy tiene 95 octanos) tenía una participación en el consumo de combustibles del 13 % en el 2011 y para el 2022 había caído al 4,2 %, y siguió en picada, pues ese mismo año el galón llegó a superar los $ 5 y, con ello, más usuarios se pasaron a la extra (85 octanos), que es subsidiada. Para marzo del 2023, la participación de la súper ya estaba en 2,1 %.
El precio referencial actual del galón de súper es de $ 4,10. En marzo, el costo sugerido por Petroecuador fue de $ 3,89. En abril tuvo dos ajustes: el 1 de abril por el alza del impuesto al valor agregado (IVA) del 12 % al 15 %, que lo elevó en unos diez centavos, y desde el 12 de abril otros diez centavos por el ajuste mensual que hace el Estado con base en los precios del petróleo en el mercado internacional, pues la súper no tiene subsidio y su precio está liberalizado en Ecuador. Es decir, que cada estación de servicio puede establecer el precio.
Así, en las gasolineras Petróleos y Servicios (P&S) y Petroecuador del sector de Calderón los nuevos precios por galón son:
- Súper: $ 3,95 (quince centavos por debajo del precio sugerido)
- Extra: $ 2,465 (antes del alza del IVA, el precio estaba congelado en $ 2,40)
- Diésel: $ 1,797 (antes del alza del IVA, el precio estaba congelado en $ 1,75)
Christian Erazo, auxiliar operativo de una proveedora de combustibles de Petroecuador, comentó que desde hace un mes realizaron acuerdos con otros tres establecimientos de venta de gasolina para conservar una competencia justa con la fijación de los mismos precios en un sector de bastante tránsito, como lo es Calderón.
Agregó que, al estar liberado el precio de la gasolina súper, ellos pueden elegir un precio conveniente y acorde a la demanda del mercado, puesto que, si fijasen los precios al valor oficial, perderían ventas. Ellos prefieren vender en volumen a vender a una tarifa superior y generar menos ventas, compensando así el margen de ganancia.
Édwin Toapanta, quien trabaja viajando entre provincias, expresó que el alza de precios a los combustibles sí le genera un malestar. Mientras que un trabajador de una gasolinera en Quito comentó que la gente prefiere cargar de combustible extra sus automóviles, mezclar la gasolina extra con la súper u optar por el uso de aditivos con un agregado de $ 6 a la tanqueada, porque les parece muy reiterativo la subida de precio y un malestar a su economía.
Fuente: El Universo
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