A menos de una semana de que se ponga en vigencia la nueva tarifa del impuesto al valor agregado que sube del 12 % al 15 % no se ha dado ninguna instrucción por parte del Gobierno al sector de distribuidores de combustibles sobre cómo proceder con el nuevo precio de las gasolinas eco país y extra y del diésel. Estos son combustibles con precio subsidiado y congelado.
Trabajadores petroleros y distribuidores de gasolina tienen criterios divididos sobre el tema, pero la decisión pasará tanto por un análisis económico, como político, debido a que en pocos días más se realizará la consulta popular y desde el sector se piensa que al Gobierno no le interesa perder su capital político.
Las gasolinas extra y eco país tienen un precio congelado de $ 2,40 el galón desde el 1 de julio del 2022 y el diésel $ 1,75 desde esa misma fecha. Este fue un acuerdo tras el paro indígena que enfrentó el gobierno de Guillermo Lasso.
En cambio, el precio de la gasolina súper está liberado y existen variaciones de estación en estación, aunque el precio actual sugerido por Petroecuador es de $ 3,75.
Ivo Rosero, presidente de la Cámara de Distribuidores de Derivados de Petróleo, considera que podría haber dos escenarios:
- Subir el precio de los combustibles subsidiados
El primero, y que la Cámara considera el más lógico, considerando que existe falta de liquidez para el Estado, sería que se incremente el precio de la gasolina extra, eco país y el diésel prémium, tres combustibles que mantienen su precio congelado.
Si fuera este el caso, entonces se generaría un incremento del precio del galón de las gasolinas regulares en 6 centavos y del diésel en 5 centavos. Esto significaría un precio de combustibles de $ 2,40 a $ 2,46 y para el diésel de $ 1,75 a $ 1,80. Entre tanto la gasolina súper subiría unos 9 centavos, es decir de $ 3,75 a $ 3,84.
“Este sería el escenario más sano para el país”, asegura.
- Bajar precio en terminal para que no suba precio al consumidor
Sin embargo, también se podría dar un segundo escenario, en el que el Gobierno, para no afectar el precio de los combustibles, bajara el precio de terminal. Así se mantendría en el mismo precio congelado.
Esto, tomando en cuenta que en 2016 hubo un escenario parecido y el entonces presidente Rafael Correa incrementó la tarifa del IVA del 12 % al 14 %, para obtener recursos por el terremoto de Esmeraldas y Manabí. La medida también afectó a los combustibles, pero el precio final no se vio afectado. Esto se logró bajando el precio de terminal unos centavos.
Para Rosero, no sería la mejor opción, considerando que esto aumentaría el subsidio. Explica que en estos momentos, el Gobierno seguramente está en conversaciones sobre el tema, tomando en cuenta que tiene un tremendo peso político, más aún a pocos días de la consulta popular.
Sin embargo, David Almeida, secretario general de la Asociación Nacional de Trabajadores de Empresas de Energía y Petróleo (Antep), considera que no se debe subir el precio de la gasolina o del diésel que están congelados. La manera sería justamente procediendo como se procedió en el 2016, es decir bajando el precio de terminal y dejando que se aplique el IVA a los combustibles, pero sin alterar el precio. Para el Estado, esto no significa una pérdida, pues de cualquier manera, a través del IVA o del precio de terminal recibe ingresos. Considera que se deben reformar los decretos para que esto suceda.
Alberto Acosta Burneo, editor de la publicación Análisis Semanal, comentó hace pocos días que tanto el tema de subsidios de combustibles que estaba en agenda como el tema del IVA se mantendrán sin una decisión temprana. Esto, porque espera que pase la consulta popular e incluso, podría aguardar hasta las próximas elecciones para proceder con una decisión que podría ser necesaria, pero no popular.
Este Diario consultó el jueves pasado al Ministerio de Energía si ya tienen una decisión sobre el tema de los precios de la gasolina, pero hasta el cierre de esta edición, no hubo una respuesta. (I)
Fuente: El Universo