La caída de lluvias ofreció este viernes un poco de alivio en el combate al mayor incendio forestal en la historia de Texas, Estados Unidos, que ya deja dos muertos, aunque las condiciones climáticas favorables para avivar el fuego amenazan con volver.
Según el Servicio Forestal de Texas, cuatro incendios permanecían «activos», localizados en el norte del estado, en la zona conocida como Panhandle, mango de sartén, en español, por la forma que tiene en el mapa esta área cuadrada en la parte superior.
El mayor foco activo, denominado Smokehouse Creek, inició el lunes y ya arrasaba el viernes unas 436.200 hectáreas. Solo estaba contenido en un 15% de su extensión y ahora se ha fusionado con otro siniestro en la zona, el 687 Reamer. El fuego había afectado también al vecino estado de Oklahoma, alimentado por un invierno inusualmente caluroso y fuertes vientos.
Se trata del mayor incendio forestal registrado en la historia de Texas, superando a uno conocido como East Amarillo Complex, que en marzo de 2006 devoró 371.000 hectáreas, según cifras oficiales.
«Gran parte del incendio recibió algo de precipitación ayer y no hubo crecimiento del fuego», informó el Servicio Forestal de Texas sobre los trabajos para contener al Smokehouse Creek. El invierno remanente hizo su trabajo, y en algunos sectores incluso nevó.
Pero el alivio de las lluvias podría durar poco, ya que «se espera que las condiciones climáticas favorables para el incendio regresen al mediodía del sábado y nuevamente después del amanecer del domingo», dijo en X el Servicio Meteorológico Nacional en Amarillo (norte).
El pasto muy seco y las ráfagas de viento de 64 kilómetros por hora, con una humedad relativa no superior al 10%, son alimento para el fuego.
El jefe de bomberos del Servicio Forestal de Texas, Wes Moorehead, instó a los texanos a ser cautelosos durante el fin de semana, cuando muchos celebran el Día de la Independencia de Texas el 2 de marzo, principalmente al aire libre con barbacoas o fogatas.
«Mientras los bomberos continúan extinguiendo los incendios, instamos a los texanos a ser cautelosos con cualquier actividad al aire libre que pueda causar una chispa», dijo en un comunicado.
Una mujer de 44 años falleció en un hospital de la ciudad de Oklahoma, después de haber sido rescatada el martes cerca del camión que manejaba, alcanzado por la humareda del Smokehouse Creek, según informaron varios medios locales.
Si bien se ordenaron evacuaciones preventivas en algunos lugares, el cuerpo de una mujer de 83 años fue encontrado en la ciudad de Stinnett, dijo a ABC News un portavoz de los servicios de emergencia del condado de Hutchinson, uno de los más afectados por el siniestro. También informó que unos 20 inmuebles en Stinnett habían sido arrasados.
-Grandes pérdidas-
Un centenario rancho de Texas precisó que perdió el 80% de su propiedad de 32.000 hectáreas cerca del área del incendio más grande.
«Creemos que la pérdida de ganado, cultivos y vida silvestre, así como cercas del rancho y otra infraestructura en toda nuestra propiedad, y otros ranchos y hogares en la región, no tiene paralelo en nuestra historia», dijeron los administradores de Turkey Track Ranch, en un comunicado.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el cambio climático ha sido un factor clave en el aumento de la actividad de incendios forestales en todo es sector oeste de los Estados Unidos durante las últimas dos décadas, debido al aumento del calor, la sequía prolongada y el aumento de la «sed» atmosférica (déficit de presión de vapor).
El presidente Joe Biden sobrevoló el jueves las zonas afectadas y ofreció ayuda federal para Texas y Oklahoma. Dijo que observó varias zonas devastadas. «Amo a algunos de mis amigos neandertales que todavía piensan que no hay cambio climático», ironizó.
Varias ciudades de Estados Unidos y Canadá registraron temperaturas récord en febrero, y algunas incluso experimentaron calor de verano en una temporada aún considerada como invierno. Según los expertos, se debe al fenómeno de El Niño, además de al cambio climático.
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