Justificando la cautela predicada por las autoridades monetarias, las últimas cifras sobre la inflación para enero en Estados Unidos fueron mayores que lo anticipado. La semana pasada, el Departamento de Trabajo informó que el Índice de Precios al Consumidor en enero aumentó 3.1 por ciento, más elevado que el año pasado y menor a 3.4 por ciento en diciembre. Una disminución leve, pero mayor que 2.9 por ciento anticipado por algunos analistas de Wall Street, quienes esperaban que eso pudiese justificar una rebaja de la tasa de interés por el banco central.
Decepcionados, los mercados cayeron, con el índice Dow Jones disminuyendo 1.4 por ciento, porque la tasa de interés no sería reducida por el banco central en su próxima reunión de marzo, y de persistir el vigor en los indicadores, tampoco lo sería en la siguiente reunión de mayo.
Además, estaban disponibles otros indicadores de fortaleza, tales como la vigorosa creación de más de 350,000 nuevos empleos en enero, junto al hecho que también en enero los aumentos más agudos de precios fueron en el más pegajoso sector de servicios. Ambos indicadores confirmaron que prevalecerá la cautela. Como lo declaró el Comité de Mercado Abierto, al finalizar la última reunión en enero, quieren ganar “mayor confianza que la inflación se está moviendo sostenidamente hacia 2 por ciento.” Federal Reserve issues FOMC statement