En Ecuador estamos sentados en esta mina de carbono y no cuesta ni un centavo, indicó Marcelo Salame

En entrevista con KCH FM Radio y KCH TV, dialogó el Ing. Marcelo Salame, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Carbono, sobre el mercado de carbono (C).

EL carbono es la fibra de la vida. Es un elemento que forma parte de la piel, pelo, minerales bajo tierra, agua y hasta en los plásticos.

“El carbono está presente en todas sus formas de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos”.

-Ing. Marcelo Salame

Ecuador es un país rico y denso en este elemento. Según cifras del Ministerio del Ambiente hay 1,6 giga toneladas de C pero se habla de que en realidad hay 3 giga toneladas.

El mercado de carbono nació hace 15 años, y consiste en que países y empresas que son emisores de CO2 (proveniente de fábricas, transporte público y privado, gases de las vacas en el campo, etc.), compran créditos de C a países o empresas mitigadoras -que absorben carbono- para compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero, que es la acumulación de calor en la atmósfera y trae como resultado el calentamiento global.

Hay 2 tipos de mercado de carbono: regulado (por el Estado y lo impone como obligación mitigar) y el voluntario, que da mejor resultado. 

Un crédito corresponde a una tonelada de carbono. Se cotiza en bolsa dependiendo del origen y tipo del mineral. Su precio radica mucho en lo que se proteja. Mientras más se proteja, más caro es su carbono.

Todos los vecinos de Ecuador están inmersos en el mercado de carbono. Recientemente Paraguay y Argentina se sumaron al mercado.

Uno de los países más ricos en este tipo de créditos es Colombia; mientras que en la región los que emiten más carbono son Perú y Chile.

El Banco Mundial, BID y la ONU están promoviendo agresivamente el mercado de carbono.

El país tiene de los mejores carbonos. Forest Trends determinó en 2009 que Ecuador tenía para percibir $1.100 millones al año en estos créditos. Por ejemplo, en el Yasuní ITT, al ser un campo petrolero, proteger todo lo que está alrededor lo hace de alto valor, al igual que los manglares. Estos producen carbono de tres tipos: terrestre, arbóreo y acuático. Los páramos también son grandes secuestradores de C.

 “Lo hace todo el mundo menos nosotros”, puntualizó Salame y también mencionó que “en Ecuador, como país, estamos sentados en esta mina de carbono y no le cuesta ni un centavo”.

El país no puede vender créditos de carbono debido al art. 74 de la Constitución que dictamina:

Art. 74. – Las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades tendrán derecho a beneficiarse del ambiente y de las riquezas naturales que les permitan el buen vivir. Los servicios ambientales no serán susceptibles de apropiación; su producción, prestación, uso y aprovechamiento serán regulados por el Estado.

Como Asociación Ecuatoriana de Carbono, Salame explicó que lograron que en la Asamblea Nacional se apruebe el primer debate de la ley para establecer el mercado voluntario de carbono.

Instó a la ciudadanía a escribir al Gobierno para que apruebe esta iniciativa. “El Gobierno no tiene que gastar ningún centavo porque simplemente vamos a proteger”, señaló que los emisores pagarían por conservar la naturaleza. “Para mi es un negocio redondo que todos los países lo hacen excepto nosotros”, indicó Salame.

Las emisiones de este mineral en los últimos 25 años han sido de 38.000 millones de toneladas. El carbono va a la atmosfera y se queda por años. Mientras más carbono hay, más crece el mercado y por ende, mayor es el precio.

Mira la entrevista completa aquí.

COMPARTIR ESTA NOTICIA

Facebook
Twitter

FACEBOOK

TWITTER