Haga su propia obra de arte con Paint & Wine, una alternativa que saca el artista que lleva por dentro: también le mostramos otras opciones

El aire fresco, el cantar de los pájaros y la sombra de los árboles se convierten en inspiración en cada pincelada dibujada sobre el lienzo blanco; personas en busca de experiencias nuevas lucen sus mandiles y se sienten “artistas por un día”, bajo la guía de una maestra que enseña realizar un atardecer entre montañas. Un vinito y unos bocaditos son la compañía perfecta en este momento, que tiene como escenario a Cerro Blanco. Esta es la experiencia inmersiva que hace vivir Paint & Wine, una propuesta de arte y cultura que ofrece sesiones de pintura al público en general.

Esta iniciativa, ideada hace cinco años por la guayaquileña María del Mar Morales reúne a jóvenes, adultos mayores, y niños en espacios diferentes, como restaurantes, plazas comerciales, teatros, y bosques para crear un cuadro de pintura, y pasar un rato cálido. Cada sesión está acompañada por una maestra y ayudantes que van guiando a cada participante a crear su propia obra de arte. No se requiere de conocimientos previos, solo de ganas y mucha curiosidad. La instructora es la encargada de explicar cada trazo y combinación de color para lograr el dibujo asignado.
“Se trata de brindarles a una persona una actividad que puedan disfrutarla, que puedan desarrollar culturalmente. Algunos hasta descubren sus habilidades artísticas”, indica María del Mar Morales, fundadora de Paint & Wine.

Esta propuesta surgió como un deseo que tuvo tras una experiencia en un estudio artístico en Nueva York. A su regreso pensó que Guayaquil necesitaba algo similar. El arte siempre ha estado en sus venas, afirma Morales, quien con esta misma pasión empezó a investigar, hacer estudios de mercado, y hasta tomó clases de pintura en el Barrio Las Peñas, con un maestro llamado Marcelo Camacho, para estar completamente preparada para su próxima aventura.
Así fue como en el 2018 ocupó los espacios del patio de su casa para lanzar la primera edición al público, al que asistió un total de 22 personas. La respuesta fue tan positiva que empezó a contactarla restaurantes, aliados estratégicos y más. “Nunca me lo imaginé, yo lo tenía como una actividad de ocio extra, como un cachuelito”, expresa la mujer de 31 años que llevaba más de diez años trabajando en el área administrativa de una empresa, y que con esfuerzo se convirtió en la dueña de su propio negocio.

Morales explica que las temáticas a pintar también varian de acuerdo a las fechas o pedidos especial, pero por lo general hay opciones de pintar naturaleza, paisajes, pintar en rocas o hasta la tierna opción de hacer un retrato de su mascota. Por lo general los costos van desde $35 por persona, e incluye una copa de sangría y un delicioso piqueo.
En la actualidad continúa con el emprendimiento a distancia, pues migró a Estados Unidos. En Ecuador es su hermana la que se encarga de las sesiones, mientras ella coordina con los clientes, hace la compra de materiales y continúa con las estrategias. Su próxima meta es abrir una edición en Miami, ciudad donde reside. El equipo ahora lo conforman cinco mujeres.

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