Se sabe que las finales se suelen jugarse en mayo, pero para el Aston Villa y el Manchester United, esta final se presentó en el encuentro que cerraba la jornada de domingo en Inglaterra. Un partido de los podría resultar decisivo para entrar en la Champions League la próxima temporada, y en el que se decantó a favor del equipo de Ten Hag con los goles de Rasmus Højlund y Scott McTominay. De nada sirvió el empate de Douglas Luiz en la segunda parte. La derrota del equipo de Unai Emery permite a su rival en la clasificación entrar en la pelea por Europa, lo que convierte la carrera por los puestos europeos en una contienda de tres equipos, en lugar de solo dos, haciendo referencia al Tottenham.
El enfrentamiento comenzó con dominio de los Villanos, aunque las ocasiones de peligro fueron de los diablos Rojos. Primero, con una contra liderada por Marcus Rashford y luego con un disparo de Alejandro Garnacho con su pierna menos hábil, en apenas diez minutos. Todo parecía indicar que el primer gol de la tarde caería del lado visitante, y así fue con un saque de esquina en el minuto 16 que Harry Maguire cabeceó para asistir a Højlund, sumando así su quinto gol en las últimas cinco jornadas de Premier League. Ya quedan lejos las críticas en torno al rendimiento del danés con el Manchester United.
A pesar del gol encajado, el Aston Villa buscó el empate antes del descanso con tres acciones destacadas. La primera fue de Jacob Ramsey, cuyo disparo se marchó a la grada, seguido de dos oportunidades muy claras de John McGinn y Ollie Watkins, que fueron evitadas por André Onana. Sin duda, fue una primera parte de reinvidicaciones para los jugadores mancunianos, con Maguire, Højlund y el portero camerunés como grandes protagonistas.
El acierto bajo palos de Onana continuó en la segunda mitad con una mano casi imposible tras un disparo a bocajarro de Watkins. El delantero inglés no podía creer al presenciar semejante parada del camerunés. Aunque no estuvo certero, su partido fue notable al ofrecerse siempre y, especialmente, al permite descargar la gran mayoría de jugadas de sus compañeros.
La lesión de Boubacar Kamara acercó el empate para el Aston Villa porque eso obligó a Emery a meter a Moussa Diaby en el terreno de juego. Unos minutos después, el francés asistió a Douglas Luiz para empatar el encuentro una vez transcurrida la hora de juego. El brasileño lo celebró en la cara de Onana con un baile peculiar. El resultado se iba a mover una vez más por la acumulación de jugadas de peligro en las dos áreas. De nuevo, fue a favor de los Diablos Rojos con un centro lateral de Dalot que remató Scott McTominay. El centrocampista escocés tiene alma de delantero como bien está mostrando este curso.
La victoria del Manchester United permite quedarse a cinco puntos por la pelea por la Champions League y deja tocado al Aston Villa con su segunda derrota consecutiva en su feudo. Los de Unai Emery tendrán que salir de esta pequeña crisis para así mantener sus opciones por meterse en Champions.
Fuente: Diario AS
