En su primera actividad en Medio Oriente, el jefe de Estado visitó el sitio sagrado de la religión judía. Luego, inició un encuentro formal con su par israelí para repudiar los ataques terroristas del 7 de octubre y confirmar su decisión de mudar la embajada de Argentina a Jerusalén.
Javier Milei formalizó su primera actividad en Israel a través de su visita al Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado del pueblo judío. El Presidente rezó ante los restos milenarios del Templo de Jerusalén, primero solo, luego acompañado por su rabino, Axel Wahnish, designado como futuro embajador argentino en el país, y después leyó La Torá en los antiguos túneles cercanos al denominado Kotel.
Milei es el primer mandatario de América Latina que visita Israel tras los actos terroristas del 7 de octubre, y a diferencia de Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Andrés Manuel López Obrador (México), exhibe una posición de respaldo y solidaridad ante la ola antisemita que conmociona a la región y al mundo.
La posición geopolítica de Milei es elogiada en Estados Unidos, Alemania, Francia, Países Bajos, Gran Bretaña e Italia, y condenada por Irán, Cuba, Venezuela y Nicaragua, que apoyan y financian a organizaciones terroristas como Hamas, Hezbollah, Yihad Islámica y los Hutíes de Yemen.
Durante su estadía, se lo notó emocionado, con lágrimas en los ojos. Fue recibido por el rabino del Muro de los Lamentos, Shmuel Rabinowitz, y estuvo acompañado por los funcionarios que viajaron con él (su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, la canciller Diana Mondino y el rabino Axel Wahnish) y una delegación de rabinos que habitualmente rezan en el lugar.
Tras rezar y firmar el libro, Milei se dirigió hacia los Túneles del Muro de los Lamentos en medio de un fuerte operativo de seguridad dispuesto por las fuerzas de defensa de Israel. A medida que avanzaba en su recorrido, el mandatario argentino se sacaba fotos con los argentinos que se acercaron al lugar y con los turistas ocasionales. “Grande Milei”, escuchó el Presidente en un momento. “¡Viva la libertad, carajo!”, respondió.
Luego de cumplir su primera actividad oficial, el Presidente inició un encuentro formal con su par israelí, Isaac Herzog, una reunión clave para las relaciones bilaterales entre ambos países, sobre todo porque tiene previsto repudiar los ataques terroristas del 7 de octubre y confirmar su decisión de mudar la embajada de Argentina a Jerusalén. Ambos mandatarios compartieron un cónclave con agenda abierta que tuvo como eje la situación bélica en Gaza y las negociaciones que lidera Qatar para lograr la libertad de todos los rehenes que Hamas tiene cautivos en La Franja.
Antes de partir a Medio Oriente, el jefe de Estado dialogó en exclusiva con Infobae acerca de sus razones políticas y personales que justifican la gira a Israel.
-¿Cuál es el sentido del viaje a Israel?-, preguntó este enviado especial.
-En primer lugar, cumplir con mi promesa de hacer mi primer viaje diplomático a Israel. Y segundo, para manifestar mi apoyo a Israel contra los ataques del grupo terrorista Hamas, explicitar mi solidaridad para con Israel y reivindicar su legítimo derecho a la defensa. Además de seguir profundizando nuestros lazos comerciales, sobre todo de tanto afecto-, contestó Milei.
–Usted tiene previstas audiencias con el presidente Herzog y el premier Netanyahu, ¿cuáles son sus objetivos políticos?
-Las reuniones son para confirmar mi posición adoptada en términos internacionales de primera mano.
El presidente y su delegación oficial se hospedan en el King David, un hotel histórico en Jerusalén que sirvió para negociar la paz con Egipto en 1967 y alojar a Barack Obama, Madonna y Carlos Menem.