Son varios los escenarios que han hecho que el turismo tenga picos intermedios y bajos, y que aún falte un 10 % para llegar a los niveles de prepandemia, según Holbach Muñeton, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Turismo.
El sector cayó con la pandemia COVID-19, trató de subir un poco con los nuevos contratos laborales, volvió a caer por la matanza en las cárceles, lo que generó incertidumbre en turistas extranjeros, luego fue el golpe a lo interno por las extorsiones a negocios.
Después vino una decisión política: la muerte cruzada. El país transmitía inestabilidad, dice Muñeton y para rematar ocurre el ataque armado a un canal de televisión que puso a Ecuador en el ojo mundial.
“Entonces esto nos ha dado duro y a nadie le gusta venir a un país donde usted no tiene una estabilidad”, señala Muñeton, quien agrega que sí hay aspectos positivos que están ayudando “un poco” a que el sector turístico se levante.
Estos son la semaforización por toque de queda, donde 38 cantones son considerados con un riesgo alto; Galápagos, lugar ampliamente turístico, no cuenta con esta medida. Además, la destacada participación de Ecuador en la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en España, donde el país fue reconocido por tener el mejor estand y la presencia de militares son parte de los puntos positivos.
“Ver a una ciudad militarizada ayuda a dar paz, tranquilidad, entonces tenemos que ir ganando confianza para tener la vida de antes porque el temor se ha apoderado. Tenemos que poner de nuestra parte porque no todo lo puede hacer el Gobierno. Hay países como México que tienen el nivel de inseguridad alto, pero tienen dinero, pero aquí estamos complicados por los dos lados”, sostiene Muñeton.
Christian Viñán, director de la carrera de Turismo de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), menciona que la presencia militar es necesaria y que la clave es encontrar un equilibrio entre la seguridad y la comodidad de los visitantes: “que se maneje de manera que no ahuyente a los turistas potenciales”.
Para el feriado de carnaval, que será el 12 y 13 de febrero, fechas que se agrega el 10 y 11 de febrero, se aspira a una ocupación hotelera entre el 60 % y 70 % en Ambato, Cuenca y balnearios de la Costa. Muñeton cree que la inestabilidad afecte aproximadamente en un 30 %, aunque lo ideal es que no exista.
Muñeton resalta que el 2023 haya cerrado con 1′410.927 de visitas extranjeras, es decir, 197.096 más que en 2022, cuando eran 1,2 millones. Pero, aún no supera al 2019 cuando el país registró más de dos millones de llegadas de visitantes, de acuerdo con cifras del Ministerio de Turismo.
Nos visitan más de Estados Unidos con más del 30 %, después están los colombianos, peruanos y españoles. También provienen de China, Venezuela e India más en julio.
El 55 % son hombres y 45 % mujeres. El mayor grupo etario es entre los 30 a 39 años con el 20 %, y el de 40 a 49 años con 18 %. Luego aparecen las personas con más de 60 años.
Solo por vía aérea ha habido 1,1 millones de llegadas de visitas, 263.953 por terrestre y 25.574 marítima.
Mientras que las salidas internacionales (residentes en el exterior) han aumentado. En 2020, por pandemia solo hubo 401.225 ecuatorianos, en 2021 subió a 717.234; en 2022 pasó a 1′168.098 y en 2023 alcanzó a 1′521.708.
En el año pasado el mayor destino fue a Estados Unidos con el 28,85 %, seguido de Colombia con el 20,87 %, Perú con el 17,71 % y pocos ecuatorianos van a Costa Rica, Turquía, Francia, China, Israel, Bahamas, Japón y Egipto.
Así también la vía aérea abarca mayor porcentaje con 77 %, terrestre con 22 % y marítima 1 %. Con la vía fluvial solo ha habido 600 salidas. Existe un 43 % que sale desde Guayaquil, 35 % de Quito, un 11 % en Huaquillas y 9 % en Tulcán y Rumichaca.
Al igual que los ingresos, en las salidas de ecuatorianos resalta más el grupo de 30 a 39 años con el 23 %, luego los de entre 40 a 49 años con 17 % y viajan más en noviembre, octubre, septiembre y agosto.
De acuerdo a Viñán, estos indicadores de arribos internacionales, sobre todo, irán mejorando cuando tengamos destinos más seguros. “La confianza de las personas también dependerá de otros factores como la transparencia en la comunicación sobre medidas de seguridad, la estabilidad política y la gestión eficaz de crisis”, dice Viñán.
Frente a eso aconseja promover actividades que no estén directamente afectadas por la situación y que puedan atraer a turistas de manera segura; generar incentivos financieros y estímulos para empresas turísticas; y establecer protocolos de respuesta rápida y eficiente ante un incidente.
Mientras que para Muñeton las medidas tomadas actualmente son acertadas y asegura que hay que aprender a vivir de esta manera porque la situación no va a cambiar de un momento a otro.
En tanto, Muñeton enfatiza que en las islas Galápagos los indicadores son buenos y que ya superaron las cifras del 2019. En ese año hubo 271.908 turistas que llegaron a las islas y de enero a noviembre del 2023 fue de 329.477, según el Parque Nacional Galápagos.
“La semaforización está bien, es la válvula de escape porque hay que ganar espacio”, indica Muñeton y añade que de marzo a julio es la temporada alta en las islas, donde se recibe en promedio 27.000 turistas mensuales entre nacionales y extranjeros.
“Debemos enfocarnos en lo positivo y auténtico y qué puede contribuir para cambiar percepciones. Podemos presentar un país más atractivo y actualizado”, dice Viñán.
¿De qué otra manera se puede impulsar el turismo?
Los expertos destacan lo siguiente:
- Impulsar campañas para destacar la diversidad de nuestro país, sus paisajes, cultura y experiencias únicas.
- En algunos destinos mejorar la infraestructura y conectividad turística como carreteras, aeropuertos y servicios, para facilitar el acceso a destinos turísticos.
- Generar alianzas entre el Gobierno, la industria privada, la academia y la sociedad para desarrollar proyectos turísticos y mejorar la calidad de los servicios.
- Generar programas de formación específica para mejorar el empleo en el sector turístico; brindando calidad de los servicios turísticos y satisfacción de las demandas de los visitantes.
- Ofrecer incentivos fiscales a empresas turísticas y emprendedores que contribuyan al crecimiento del sector.
- Desarrollar nuevas experiencias turísticas y productos innovadores para atraer a nuevos segmentos de viajeros.
- Utilizar la tecnología para mejorar la experiencia del turista desde la planificación del viaje hasta la estancia en el destino, entre otras. (I)
Fuente: El Universo