La crisis devalúa el precio de los inmuebles en Ecuador

No es el mejor momento para vender, pero la inseguridad nos obliga, asegura Andreína Espinoza, quien tiene una propiedad en el centro de Guayaquil. Espinoza, de 59 años, se asesoró con un corredor de bienes raíces, para vender su propiedad, valorada en 150 mil dólares, y le expuso que debido a la contracción del mercado en los últimos meses, tras los últimos hechos violentos en el país, la casa reduciría su costo en un 20 o 30 %.

Los precios en los inmuebles, a escala nacional, han caído en los últimos meses por varios factores como la crisis económica y de seguridad que atraviesa el país, asegura Marcus da Fonseca, gerente de Marketing de Plusvalía, portal web especializado en bienes raíces. A la compleja situación se suman otras causas como la mayor oferta de inmuebles debido a la emigración de ecuatorianos y la desaceleración en la entrega de crédito en el sistema financiero, dice el experto en el sector.

‘Se vende’ o ‘Vendo’. En Quevedo, en Los Ríos; en Salinas, en Santa Elena; en Machala, en El Oro; y el norte de Quito, los letreros de inmuebles en venta se han multiplicado. Una de las causas puede explicarse, además de la inseguridad que afecta a estas localidades, por una segunda ola migratoria que vive el país, según los expertos.

Henry Ríos, broker de Remax Golden Home, habla con EXPRESO y argumenta que en lo que va del año ha incrementado “considerablemente” la venta de propiedades en lugares abiertos como la zona céntrica del Puerto Principal, Kennedy, Urdesa, Alborada, Sauces, todo esto debido a los peligros de no tener un cerramiento, que brinde más seguridad. “La gente tiende a vender esas casas para irse a ciudadelas cerradas, se ve un movimiento migratorio de todo tipo de estratos, y muchos han comenzado a vender inmuebles, porque los han ‘vacunado’”.

Ríos manifiesta que el precio de las casas han reducido en un 20 a 40 % a comparación del 2023. “Estamos en este momento en un mercado de compradores. Se busca agilizar la compra. Muchos de los ciudadanos desean más seguridad para su familia o tienen planes de migrar a otro país debido a la violencia. Propiedades de 120 mil dólares, ahora bajan a los 100 mil dólares, dependiendo de la zona, es algo que no se esperaba”, alega.

Heidi Hollihan de Garzozi, con más de 20 años de experiencia inmobiliaria, también se refiere a la disminución del valor de las propiedades en alquiler y venta en Guayaquil, sobre todo en la zona de Urdesa y alrededores, que antes tenía un precio alto por estar ubicadas en un área comercial, pero que ahora debido a las ‘vacunas’ o extorsiones a pequeños y grandes establecimientos, tuvieron una caída en sus costes. “Los comercios que antes eran los que revalorizaban los terrenos de Urdesa o La Garzota están siendo extorsionados, y eso ha provocado que se cotice a un menor valor las propiedades y oficinas. Si uno recorre algunas calles de este sector, encontrará que hasta las tiendas más pequeñas pagan ‘vacunas’, eso es un golpe al vendedor”.

La gerente de Hollihan Bienes Raíces, también habla del temor que esta realidad ha causado en los corredores, y que finalmente ha hecho que sean más cautelosos en brindar sus servicios, identificando con más detenimiento al ciudadano que desea comprar. “Yo tuve que quitar todos los letreros con mi logo y mi número personal, ahora tengo un teléfono prepago. Apenas supe de las ‘vacunas’ y las extorsiones cambiamos nuestro servicio, al punto de identificar al ciudadano con su cédula, y revisar si tiene algún proceso judicial”.

Hollihan hace un análisis de la migración que existe localmente, específicamente en el mercado de oficinas, que antes encontraba un nicho en Guayaquil, se ha trasladado a la jurisdicción de Samborondón. La especialista cree que el imaginario de seguridad que dan las ciudadelas cerradas permite que incrementen las ventas en ese cantón aledaño. “Hay empresas que tenían sus oficinas en Guayaquil y Durán, y la parte administrativa se están pasando a Samborondón por seguridad, y no sé si van a volver. Lo mismo que las propiedades, es más viable vivir en una ciudadela cerrada que en una zona residencial como Los Ceibos porque es más beneficioso”.

La presidenta de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces del Guayas, Sue Murillo, alega que en Guayaquil, las únicas zonas seguras, y que brindan “algo de seguridad”, tienden a tener las mismas características.

Entre esas viviendas encontramos las ubicadas en ciudadelas como vía a la costa, Colinas de los Ceibos, Ceibos Norte, Alta Gracia, el Portón de las Lomas, que son consideradas satélites en el cantón porteño”. De los otros sectores Murillo sostiene que “solo se vende lo bueno, bonito y barato” y que la demanda de vivienda, a pesar de las circunstancias, no ha disminuido. “Es lo que le digo a mis clientes. El riesgo se traslada en descuento, si usted quiere vender debe hacerlo a un precio de oportunidad, porque el mercado les dice a la cara no es el momento. Sin embargo, persiste la intención porque todos desean salir a un mejor lugar”, concluye.

Aumentan los estafadores de bienes raíces

Es una realidad que grita por ser atendida por todos los corredores de bienes inmuebles consultados por EXPRESO, es la suplantación de profesionales que engañan a los compradores, haciéndoles pagar entradas para la adquisición de casas y oficinas, tomándose el nombre de empresas reconocidas. Sue Murillo, presidenta de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces del Guayas, alega que se reúnen con distintos abogados para tratar este tema y poner las denuncias respectivas, ya que han recibido en la institución informes de profesionales que han tenido la mala fortuna de encontrarse con timadores. “Estas personas toman fotos de los logos de las empresas de bienes raíces, y hacen promociones en redes de viviendas a un valor falso. Si la casa vale 100 mil dólares, ellos la ofrecen a 50 o 60 mil, y no tan solo sucede con propiedades en sectores, regularmente caros, sino en toda la ciudad. Una de nuestras corredoras se encontró con uno de estos estafadores, quien con astucia había ido a presentar la casa, y les convencía a los clientes, que la casa costaba 50 mil, cuando realmente valía el doble, y aún les aseguraba, que con solo 5 mil dólares podían reservarla. Las personas estaban felices por esto, pero todo era una mentira”. Suggey Cedeño, de 45 años, cayó en una de estas trampas y recomienda a la ciudadanía cerciorarse del corredor de bienes. “No se puede confiar en nadie”, lamenta.
Fuente: Expreso

COMPARTIR ESTA NOTICIA

Facebook
Twitter

FACEBOOK

TWITTER