¿Noboa podrá ‘patear hacia adelante’ la deuda con el FMI y otros acreedores?

Ecuador recorrerá un camino cuesta arriba en los próximos años porque tendrá que afrontar millonarios pagos de deuda externa, sobre todo a los organismos multilaterales, entre los que está el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mayor acreedor multilateral del país. Y, el presidente Daniel Noboa quiere “patear hacia adelante” los pagos de deuda externa previstos para 2025 y 2026. Por la escasez de recursos en la caja fiscal y por los mayores gastos que se requieren para afrontar el conflicto armado interno, Noboa dijo que Ecuador necesita refinanciar su deuda externa.

El presidente añadió que ese apoyo no solo debe ser de los multilaterales, sino también de otros acreedores como Estados Unidos, Europa y China.

¿Cómo se compone la deuda?

Ecuador debe pagar USD 2.211,9 millones de deuda externa en 2024, sin contar los intereses, según datos del Ministerio de Finanzas, Pero, para 2025 la cifra sube a USD 3.194 millones; y para 2026 la suma es de USD 3.940,7 millones. Así, entre 2024 y 2026, Ecuador tendrá que pagar USD 9.346,6 millones en deuda externa, sin contar los intereses. Esta cifra es mayor a los presupuestos para los ministerios de Educación, Salud y Defensa en 2023, que sumaron USD 8.242 millones.

En medio del conflicto armado interno y con un mandato que durará menos de dos años, Noboa tendrá que convencer a los acreedores de que den a Ecuador más plazo para pagar las deudas.

Y allí es cuando la relación con los organismos multilaterales de crédito se vuelve prioritaria. Del total de la deuda externa que se debe pagar en 2025, el 36% o USD 1.138,6 millones corresponde a pagos con el FMI. Y otros USD 594 millones se debe pagar al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para 2026, en cambio, el 27% de la deuda externa corresponde a deuda con el FMI; esto es, USD 1.060 millones. En ese año, además, otro pago fuerte es el de USD 660,4 millones que se debe hacer al BID. Entre 2025 y 2026, Ecuador también tiene que pagar a los tenedores de los bonos y también a China, pero los montos son menores frente a los pagos para multilaterales.

¿Qué opciones ofrece el FMI?

Andrés Albuja, economista y profesor de la Universidad Internacional SEK, explica que el Gobierno de Noboa podría buscar una reingeniería de toda su deuda externa, sin embargo, lo más importante es comenzar con el mayor acreedor: el FMI. Sobre todo, porque así Ecuador también podría buscar un nuevo préstamo con el organismo, agrega. Albuja considera que no sería una buena alternativa para Ecuador buscar una reestructuración de bonos, pues ya hubo una reestructuración en 2020. Volver a hacerlo provocaría que la calificación de riesgo crediticio de Ecuador se deteriore más. Así, al país le resultaría más difícil conseguir nuevos préstamos en el extranjero, explica. El experto cree que una reingeniería de la deuda con el FMI podría contemplar: Alargar los plazos de pago e incluso pedir períodos de gracia. Renegociación del costo de la deuda; es decir, que los intereses de la deuda sean más bajos. El multilateral desembolsó USD 7.400 millones a Ecuador entre 2020 y 2022, durante los gobiernos de Lenín Moreno y de Guillermo Lasso. En esos períodos, Ecuador firmó dos programas de financiamiento conocidos como Servicio Ampliado del FMI (SAF).

Según el Ministerio de Finanzas, con el cronograma actual de pagos, Ecuador terminaría de pagar la deuda con el FMI en 2032. No sería la primera vez que el FMI acepte una reestructuración de la deuda con un país de la región: en 2022, Argentina logró dos años y medio más de plazo en su deuda. Sin embargo, para José Emilio Vásconez, profesor de la Universidad de las Américas (UDLA), por el corto tiempo del gobierno de Noboa, podría ser difícil concretar una reestructuración y además, acceder a un nuevo préstamo. Vásconez explica que si Noboa consigue ganar una reelección en 2025, es más probable que el FMI esté abierto a firmar un nuevo programa. “Es posible que concretar un programa con el FMI en 2024 le reste popularidad y si quiere reelegirse”, advierte. La aprobación de un nuevo programa también dependerá de las señales que dé el Gobierno, con las que demuestre que se está buscando tener más ingresos y reducir sus gastos, añade Vásconez. Entre las medidas que el FMI podría considerar positivas para la sostenibilidad fiscal están, por ejemplo, el alza del IVA de 12% al 15% y una focalización de los subsidios a los combustibles, agrega.

Fuente: Primicias

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