Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en Ecuador solo hay alrededor de 350 personas que ganan $1 millón o más al año.
Esto quiere decir, de acuerdo con Jorge Jaramillo, economista y docente universitario, que los llamados ricos representan al 0.001% de la población.
Si sumamos todos sus ingresos equivalen a $1.000 millones al año.
“Sabiendo que el déficit fiscal del Ecuador es de alrededor de $5.000 millones, así le quitemos todos los ingresos anuales a esos ricos, no alcanza. Es más, Ecuador es de los países que menos ricos tiene en comparación con el resto de Latinoamérica, por lo que, en vez de espantar a los pocos que existen, sería mejor atraer más”, puntualizó.
La economía ecuatoriana es cerrada, tanto para la competencia interna como para la externa, y no se incentiva la generación de emprendedores exitosos, sino que estamos plagados de personas que emprenden a la desesperada porque no encuentran empleo.
Además, como ya ha tratado LA HORA, en el país, incluso dentro de las familias, el dinero es un tema tabú y las utilidades son vistas como algo malo, que incluso debe ser castigado como en el caso de los bancos.
El resultado es una sociedad de bajos ingresos, con deficiente acceso al crédito, con escasa movilidad social y un número ínfimo de ricos.
Antonia Verduga, economista y emprendedora, puntualizó que países como Ecuador necesitan más y no menos rico.
“Siempre y cuando se consiga con base en trabajo honesto, la riqueza no debe ser penalizada, sino impulsada. Actualmente, en lugar de impulsar la apertura comercial y buscar formas para que las grandes empresas tengan competencia, se quiere frenar temas como el acuerdo comercial con China y volver a una economía cerrada en nombre de defender la producción nacional. Esa es la receta para ser más pobres”, añadió Verduga.
Pequeños frente al mundo
Comparados con los millonarios de otros países, los millonarios ecuatorianos se quedan pequeños. Así, por ejemplo, los $193.500 millones de Elon Musk representan 276 veces la fortuna de Fidel Egas y 241 veces la fortuna de Isabel Noboa.
Esto habla claramente de la dimensión de la economía ecuatoriana, donde las trabas para la formalización, y la sobre regulación para financiar a un Estado ineficiente, han creado el círculo de la pobreza: baja creación de empresas, escasa apertura al mundo, baja liquidez interna y pocas oportunidades de empleo fuera de la informalidad.
En el país, por ejemplo, ganar $2.000 o más al mes es ser parte del 4% más privilegiado y con más ingresos.
Como también ya ha analizado LA HORA, apenas un poco más de 11.000 personas en Ecuador tiene un patrimonio de $1 millón o más.
En otras palabras, solo el equivalente al 0,57% de la población de Quito tiene propiedades, depósitos, terrenos, y otros tipos de activos, de $1 millón o más luego de descontar sus deudas. (JS)
Estancados y pobres
En número redondos, desde 2008 a 2023, es decir en los últimos 16 años, los ingresos por recaudación de impuestos que llegan al Presupuesto General del Estado (PGE) pasaron de $10.000 millones a $15.000 millones, según un análisis del economista Manuel González.
Debido a una económica con poca competencia y cerrada, el nivel de impuestos que se le pueden sacar al sector privado formal está estancado; y por eso, ante las pocas oportunidades para que más gente prospere, haga empresa y se enriquezca, cada cierto tiempo se buscan fórmulas para apretar más a los que ya contribuyen con el mismo.
Esta es una de las razones de fondo para que se busque que las actuales élites económicas y empresariales tengan más competencia en forma de nuevos empresarios que puedan trabajar sin trabas desde una economía abierta al mundo.
Como también ya ha analizado LA HORA, entre las cosas que se deben hacer está combatir los monopolios públicos y privados que hacen que los productos y servicios le cuesten más a los ecuatorianos
“En el sector público, sobre todo en los sectores estratégicos, se ve claramente cómo se impide la competencia, y solo por excepción se permite la participación privada. El resultado son empresas ineficientes y corruptas como Flopec y trabas para que se concreten las inversiones que necesita el país”, puntualizó Alberto Acosta Burneo, economista y editor de Análisis Semanal.
Fuente: Diario la Hora