Dos posturas marcadas. Sin importar quién gane la segunda vuelta electoral, al nuevo presidente o presidenta de la República le espera una Asamblea Nacional de tinte opositora, según van marcando los resultados del 20 de agosto.
La nueva composición del Legislativo, según el sistema de asignación de escaños (ver gráfico), tendrá una fuerte, pero no mayoritaria presencia del correísmo. Además, Construye se inserta como segunda fuerza legislativa, seguida de la la alianza Acción Democrática Nacional y el Partido Social Cristiano.
El comportamiento de la nueva Legislatura, según el exasambleísta Fabricio Villamar, dependerá de quién llegue a Carondelet. Sin embargo, eso no cambiaría la tónica que ya se puede prever: una Asamblea opositora al gobierno de turno.
Si la candidata del correísmo, Luisa González, llega al Ejecutivo, Villamar avizora que las fuerzas políticas conceptualmente no correístas (Construye, Partido Social Cristiano, Actuemos y ADN) podrían aliarse para fungir como contrapeso.
“En función de un acuerdo legislativo, donde esté la gente de Construye, ADN, los de Otto Sonnenholzner (Actuemos), e incluso con el Partido Social Cristiano, se podría encapsular al correísmo y tratar de tener un acuerdo sobre temas importantes para la República”, sostiene.
Se volverá a dar la división, ha sido una constante en nuestra política, no va a cambiar. La Asamblea Nacional será complicada para cualquiera de ellos.
Wilma Andrade, exasambleísta
Sin embargo, también señala que se podrían repetir las deserciones de asambleístas, como pasó en la Legislatura cesada. “No nos olvidemos que Daniel Noboa entra a segunda vuelta respaldado por la otrora Alianza PAIS (ahora Mover) y que tiene entre sus filas a gente que estuvo en el correísmo”, continúa.
Que se desgranen las fuerzas políticas no sería una sorpresa, hace hincapié la exlegisladora Wilma Andrade, quien además sostiene que el fraccionamiento de las organizaciones políticas o alianzas “ha sido una situación constante en nuestra política, eso no va a cambiar”.
Por ello, según sigue Andrade, es importante que los partidos políticos y alianzas definan con claridad cómo va a funcionar la nueva Asamblea Nacional, si nuevamente estará en una confrontación inútil o hay un aprendizaje de la Legislatura anterior y se busca conciliar los temas importantes del país.
Por otro lado, en el caso de que Daniel Noboa sea quien gane la presidencia de la República, este se encontrará con una Asamblea Nacional que tendrá como principal fuerza política al movimiento de su contrincante de segunda vuelta, la Revolución Ciudadana.
“En la campaña de segunda vuelta habrá una confrontación entre los candidatos presidenciales que dificultará las posibilidades de acuerdos en la Asamblea Nacional. Además, el correísmo machacará su posición, prestándose para una lucha dentro de un año y medio (en los comicios generales de 2025)”, continúa el exasambleísta.
Este aditamento, la proximidad de las siguientes elecciones presidenciales, complica aún más la búsqueda de gobernabilidad, según la exlegisladora Andrade. “Cada uno (de las fuerzas políticas) va a querer construir hacia el 2025 y, como ya hemos visto, eso da réditos estando desde la oposición”, destaca la exasambleísta.
En segunda vuelta habrá una confrontación que dificultará las posibilidades de acuerdos en la Asamblea Nacional.
Fabricio Villamar, exlegislador
Sin embargo, a criterio de Villamar, Noboa ha mostrado un pragmatismo que, incluso, no sorprendería que busque aliarse con el correísmo para no tener resistencia en la Asamblea Nacional. “No tendría problema de mover su bloque en función de la gobernabilidad. No habrá ataduras ideológicas”, comenta.
Asimismo, no descarta que, al igual que en el caso de que Luisa González llegue a la presidencia de la República, las fuerzas políticas conceptualmente no correístas se unan en función de un acuerdo legislativo para brindar gobernabilidad al eventual gobierno de Noboa.
Esta última vía, la de intentar generar consensos a partir de objetivos mínimos, pero importantes para el país, sería la más adecuada para el exlegislador Héctor Yépez. “Hoy más que nunca lo necesitamos. Cuando un delincuente amenaza a alguien en la calle, no le pregunta por quién votó (…)”, dice.
Solo si hay consensos amplios ya a la vez concretos, puede haber reformas que mejores el Ecuador en tan poco tiempo.
Héctor Yépez, exasambleísta
Asimismo, recuerda que la situación del país es tan crítica en diferentes ámbitos que los cálculos políticos no caben, menos aún en un período tan corto. “Necesitamos unirnos para devolver la paz en el Ecuador y luego podemos discutir muchas otras cosas, pero primero lo primero: seguridad”, continúa.
En ese sentido, confiesa que el perfil de Noboa sería más conciliador que el de González. “Su figura centrada puede generar consensos, pero quien sea que gane, Ecuador necesita ponerse de acuerdo para lograr paz y seguridad”, sostiene. Una afirmación que tanto Villamar como Andrade coinciden y esperan que la confrontación no caracterice a la nueva Asamblea.
Fuente: Expreso