Este aumento está relacionado con el anunciado la jornada previa sobre los costos del combustible, que subirá 500% a partir de febrero. Las medidas suponen una fuerte inflación en la isla.
El ministro de Transporte de la dictadura de Cuba, Eduardo Rodríguez Dávila, y la viceministra de Finanzas, Lourdes Rodríguez Ruiz, han informado este martes el aumento de los precios del transporte en hasta un 700 por ciento en el caso de los trenes, y de hasta un 300 por ciento en los billetes de avión y autobuses interprovinciales.
Ambos funcionarios han explicado en el programa televisivo “la Mesa Redonda” que este aumento está relacionado con el anunciado la jornada previa sobre los precios del combustible, y que son necesarios por “la desactualización durante los últimos tres años de otros componentes de los costos de la actividad del transporte que no han sido actualizado”, según reseña el portal de noticias Cubadebate.
“No en todos los casos la modificación se traslada a los precios que paga la población, porque lo que hemos hecho es mantener la mayor cantidad de precios posibles en la magnitud que lo puede respaldar el presupuesto. Hay precios que sí ha habido que trasladar al cliente final”, ha afirmado el ministro.
En ese sentido, ha añadido que más del 70 por ciento de los pasajeros seguirán pagando las mismas tarifas y que el resto no son posibles mantenerlas financieramente, y es que estas subidas, que se aplicarán a partir de marzo, se producen por la eliminación de subsidios estatales.
Así, se mantendrán los precios en servicios urbanos, suburbanos, interurbanos, rurales y de lanchas, que sí mantendrán las ayudas del Estado.
Este anuncio se ha realizado tan solo un día después de que el ministro de Finanzas de Cuba, Vladimir Regueiro Ale, asegurase que habría un incremento de los precios del combustible en más de un 500 por ciento y la subida de un 25 por ciento la tarifa eléctrica a los consumidores que se sitúen por encima de los 500 kWh, todo ello en medio de una grave crisis económica que azota a la isla.
El anuncio de incrementos en las tarifas de servicios básicos y gasolina a partir de las próximas semanas cayó como un balde de agua de agua fría entres los cubanos y generó críticas entre los expertos el martes.
El lunes por la noche ministros y funcionarios de alto rango comparecieron en la televisión cubana para poner fecha y monto a los incrementos que ya habían sido mencionados en diciembre por las autoridades de la isla y habían provocado desasosiego.
Los precios de los combustibles se incrementarán unas cinco veces, y el gas y la energía eléctrica un 25%, cifras que agregarían más presión sobre los sueldos, según los expertos.
Las tarifas nuevas comenzarán en febrero para el combustible y las de energía y gas licuado en marzo, informaron las autoridades.
“El salario de los trabajadores no alcanza ni para la canasta básica”, se quejó en declaraciones a The Associated Press la cubana Yanei Vázquez, una trabajadora estatal de 47 años. “Están llevando a que el pueblo haga una manifestación porque lo están llevando contra la pared. Yo soy muy fidelista (aludiendo a Fidel Castro) y estaba muy de acuerdo en la economía como la llevaba Fidel, pero él ya no está”.
El 2023 culminó en la isla sin que se pudiera despegar de una crisis que comenzó con la pandemia y un radical aumento de las sanciones de Estados Unidos presionando un cambio político, según las autoridades. Ello, dicen los analistas, afectó más la calidad de vida de todos los cubanos, con desabastecimiento, largas colas, deterioro de servicios públicos, cortes de luz —sobretodo en julio y agosto— e incremento de la migración.