Serás lo que quieras ser o no serás nada. Maria de los Ángeles Becerra (23) confió, se hizo a sí misma y reescribió lo que le tenía preparada su historia. Sus ojos chispeantes son como ventanas a un mundo cuántico, donde supo alinearse con las posibilidades perfectas para modelar su realidad. Por eso es que, cuando las palabras le quedan cortas, cuando tiene que recordar cómo llegó hasta acá, su enorme sonrisa la enaltece y la devuelve frente a frente a esa niña que “no se atrevía a soñar tanto”.
Sin intermediarios, llega al estudio (donde la espera el equipo local más numeroso con el que nos haya tocado trabajar) en compañía de su adorada perrita Selena, que se pone toda la ternura en el bolsillo con su sweater de diseño con moño incluido. Más tarde, esa devoción por la mascota a la que bautizó Selena (por la cantante Selena Quintanilla Pérez, fallecida en 1995) quedará registrada por primera vez en una serie de placas mágicas con frames tan íntimos que parecen tomados en la intimidad de su hogar.
Da otro sorbo de mate mientras la estilista le enreda alrededor de sus piernas enfundadas de rojo las larguísimas tiras de unas sandalias gladiadoras. Habla sin filtros. No le teme al qué dirán. Y no pierde oportunidad en marcar el terreno con su simpleza, talento y capacidad de trabajo. No necesita desplegar artimañas ni poses de estrella pop para creerse hasta donde llego, porque sabe que sería una trampa. Llegó muy lejos y no piensa parar.
Fuente: La revista
