La mayoría de las boyas gigantes instaladas en el río Bravo por orden del gobernador republicano del estado estadounidense de Texas, Greg Abbott, para evitar el cruce de migrantes desde México se encuentran en aguas del país latinoamericano, según resultados del levantamiento topográfico presentados como parte de la demanda del Departamento de Justicia de EE.UU. contra el estado.
De los 303 metros de boyas en el río, que fluye a través de Texas y el norte de México, 240 metros (79 % de la barrera) se encuentran en territorio de la nación latinoamericana y tan solo 63 metros del lado estadounidense, reveló el estudio, realizado por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), organización integrada por representantes de los dos países limítrofes.
Las boyas de color naranja, instaladas en la primera mitad de julio, marcaron una nueva fase de la operación ‘Lone Star’ (Estrella Solitaria, en español), la cual también incluye una valla de alambre de púas, la detención de indocumentados por cargos de invasión de propiedad privada y el envío de solicitantes de asilo a ciudades de estados demócratas. La operación fue lanzada por Abbott para contrarrestar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, problemas de los que culpa al presidente Joe Biden.
La demanda contra Texas fue interpuesta el pasado 24 de julio y solicita a un tribunal federal de la ciudad de Austin que exija el retiro de las boyas, que, según el Departamento de Justicia, plantean preocupaciones ambientales y humanitarias y se instalaron sin obtener permiso de ninguno de los dos países. El juez fijó una audiencia sobre la petición del Gobierno federal para el próximo 22 de agosto.
En anticipación a la demanda, el gobernador del estado envió a Biden una carta en la que insta al mandatario «hacer cumplir las leyes federales que prohíben la inmigración ilegal entre los puertos de entrada», pero por ahora Texas «utilizará plenamente su autoridad constitucional para hacer frente a la crisis que usted ha provocado». «Texas le verá en los tribunales, señor presidente», escribió.
Por su parte, el Gobierno mexicano envió dos notas diplomáticas en las que acusa a Texas de violar el Tratado de Aguas de 1944 y otro de 1970 que delimita la frontera entre ambos países.
Las críticas aumentaron tras el hallazgo a primeros de este mes de agosto de dos cuerpos sin vida en la zona de las boyas. «Es muy inhumano todo esto que está sucediendo», criticó la instalación de la barrera flotante el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, la oficina de Abbott aseguró que no hay indicios de que esta tuviera algo que ver con la muerte de los migrantes.
Fuente: RT