Revolución en neurociencia: Implante de luz para recuperar sentidos

Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern ha marcado un antes y un después en la comunicación directa con el cerebro. Han diseñado un implante cerebral inalámbrico, flexible y de un material suave, que emplea tecnología de luz para transmitir datos directamente a la corteza cerebral, saltándose los canales sensoriales tradicionales del cuerpo humano.

Este dispositivo, que apenas tiene el tamaño de un sello postal y un grosor menor al de una tarjeta de crédito, representa un salto cualitativo para la bioelectrónica. Su diseño permite enviar estímulos artificiales a neuronas específicas de forma precisa y eficiente.

¿Cómo funciona el chip de luz?

El implante opera mediante una matriz de 64 micro-LEDs programables. Cada uno de estos emisores es tan fino como un cabello humano y puede ser controlado de forma independiente. El aparato se coloca bajo el cuero cabelludo, permitiendo que la luz penetre el tejido óseo para alcanzar las neuronas corticales.

Los científicos pueden ajustar la frecuencia, intensidad y secuencia de la luz en tiempo real, creando patrones complejos que imitan las sensaciones naturales. Según la neurobióloga Yevgenia Kozorovitskiy, líder del estudio: «Esta plataforma nos permite crear señales completamente nuevas y observar cómo el cerebro aprende a usarlas».

El diseño blando y adaptable del implante minimiza riesgos y mejora la integración con el tejido cerebral respecto a versiones anteriores

Un avance frente a las tecnologías tradicionales

A diferencia de los métodos antiguos que utilizaban cables estorbosos o sondas rígidas que limitaban el movimiento, este sistema se basa en la optogenética. Esta técnica utiliza neuronas modificadas para reaccionar ante estímulos lumínicos, garantizando una activación mucho más exacta.

Característica Sistemas Anteriores Nuevo Implante Northwestern
Conexión Cables de fibra óptica externos 100% Inalámbrico
Diseño Sondas rígidas e invasivas Matriz suave y adaptable
Movilidad Limitada en laboratorio Permite comportamientos naturales

Éxito en modelos experimentales

Para confirmar su funcionamiento, se realizaron pruebas en ratones con neuronas sensibles a la luz. Los animales fueron entrenados para identificar patrones lumínicos específicos que les indicaban dónde obtener una recompensa.

Sin necesidad de sonidos o imágenes reales, los sujetos lograron interpretar la información artificial y tomar decisiones correctas. Mingzheng Wu, autor principal de la investigación, destacó que la selección constante del puerto de recompensa demostró que el animal realmente recibió el mensaje cerebral.

Potencial médico y terapéutico

El implante abre posibilidades terapéuticas para restaurar sentidos perdidos, modular el dolor y controlar prótesis mediante señales cerebrales (Imagen Ilustrativa Infobae)

El horizonte que abre esta tecnología es inmenso. Entre las aplicaciones que se visualizan para el futuro cercano se encuentran:

  • Restauración de la vista y el oído enviando señales directamente al cerebro.
  • Retroalimentación sensorial para prótesis robóticas de brazos o piernas.
  • Tratamiento del dolor crónico sin necesidad de fármacos opioides.
  • Aceleración de la rehabilitación tras un accidente cerebrovascular.

A pesar del optimismo, los expertos advierten que aún quedan desafíos. El cerebro humano es mucho más complejo que el de un ratón, y el paso a la práctica clínica requiere validar la seguridad y la precisión a largo plazo. Además, el avance plantea interrogantes éticos sobre la privacidad neuronal y los límites de la manipulación externa de la percepción humana.

«Representa un avance significativo en la creación de dispositivos que interactúan con el cerebro sin hardware voluminoso», concluyó John A. Rogers, pionero en bioelectrónica, subrayando que esta innovación servirá tanto para la investigación básica como para tratar graves problemas de salud en el futuro.

Fuente: Infobae

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