Canadá se prepara para dialogar formalmente con Estados Unidos sobre el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las conversaciones, que iniciarán a mediados de enero, estarán lideradas por el ministro de relaciones comerciales canadiense, Dominic LeBlanc. El objetivo principal será evaluar el estado actual del acuerdo y asegurar su cumplimiento, tal como lo estipula la cláusula de revisión programada para el año 2026.
Esta reanudación de los diálogos comerciales llega después de un impasse en octubre, cuando negociaciones previas fueron abruptamente suspendidas. La interrupción se debió a la difusión de comentarios críticos por parte de medios canadienses sobre las políticas arancelarias estadounidenses, según declaraciones del entonces presidente Donald Trump.
El T-MEC, que entró en vigor el 1 de julio de 2020, establece un marco para la revisión periódica de sus términos. La agencia AP destaca la importancia de EE.UU. para la economía canadiense, señalando que más del 75% de las exportaciones de Canadá tienen como destino el gigante del norte. Sectores como el acero, aluminio, la industria automotriz, la madera, el petróleo y la electricidad son pilares fundamentales de este intercambio comercial.
La revisión de 2026 es crucial, ya que los tres países signatarios –Estados Unidos, Canadá y México– deberán analizar el funcionamiento general del tratado, incluyendo la efectividad en la resolución de disputas y su impacto en las industrias y el empleo de cada nación. Si hay un acuerdo unánime, el T-MEC podría tener una prórroga de 16 años adicionales. En caso contrario, se considerarían revisiones anuales o la transición hacia acuerdos bilaterales.
En este contexto, el representante comercial de EE.UU., Jamieson Greer, reconoció ante el Congreso de su país que, si bien el T-MEC ha tenido éxitos parciales, no ha cumplido todas las expectativas de Washington en cuanto a manufactura y creación de empleo.
Por otro lado, el primer ministro canadiense, Mark Carney, confirmó a líderes provinciales que Canadá y Estados Unidos avanzan hacia un acuerdo para reducir aranceles específicos en acero y aluminio. Estas medidas arancelarias han generado un impacto considerable en diversas industrias canadienses, con repercusiones notables en el sector automotriz y la industria maderera.
La interdependencia comercial entre Canadá y Estados Unidos es innegable. Diariamente, se movilizan más de 3.600 millones de dólares canadienses (equivalentes a 2.700 millones de dólares estadounidenses) en comercio. Además, Canadá es un proveedor fundamental de acero, aluminio, uranio y petróleo para Estados Unidos, y satisface el 85% de la demanda estadounidense de electricidad.
En paralelo a las negociaciones bilaterales, el gobierno canadiense no descarta la exploración de nuevas alianzas comerciales, especialmente con Europa. Según el primer ministro, «Canadá tiene otros socios interesados en participar en sectores estratégicos». Para dar seguimiento a estos avances, los líderes provinciales y el primer ministro se reunirán en Ottawa a principios del próximo año.
Fuente: Infobae