Un logro sin precedentes se ha gestado en la región de Gambella, Etiopía, de la mano de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF). Por primera vez en la historia, se ha culminado la administración completa de la vacuna contra la malaria R21 en un campamento de refugiados. Se trata del campamento de Kule, hogar de más de 55.000 personas provenientes de Sudán del Sur, donde se administraron las dosis cruciales a los más vulnerables.
Más de 2.100 niños menores de cinco años han recibido la cuarta y última dosis de la vacuna este noviembre. Esta campaña representa la primera vacunación exitosa con la vacuna recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para zonas con transmisión de malaria de moderada a alta. La iniciativa, fruto de una colaboración esencial con el Servicio para Refugiados y Retornados, el Ministerio de Sanidad etíope y el ACNUR (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados), se erige como un avance vital en la protección infantil contra una de las enfermedades más letales del país.
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El coordinador médico de MSF en Etiopía, Winston Mulanda, destacó la magnitud del acontecimiento: «Esta es la primera vez que la vacuna R21 se implementa completamente en Etiopía, y uno de los primeros despliegues integrales en el continente africano». Añadió con énfasis que «también es la primera ronda completa de vacunación llevada a cabo en un campo de refugiados en cualquier parte del mundo». Mulanda subrayó que «la campaña marca un paso importante en la protección de los niños que viven en algunas de las condiciones de mayor riesgo frente a la malaria».
Contexto de Alarma y Medidas Implementadas
La situación en el campamento de Kule era preocupante. En 2024, la transmisión de malaria alcanzó su nivel más alto en los últimos cinco años. Ante este escenario, MSF implementó la vacuna R21 en agosto, complementándola con un paquete integral de prevención. Este incluía el Tratamiento Preventivo Intermitente en Lactantes y Niños (IPTi), un medicamento clave para prevenir la infección en la infancia. Además, se llevaron a cabo fumigaciones residuales en los 10.079 hogares del campamento y se distribuyeron mosquiteros tratados con insecticida.
La voz de la experiencia llega desde el propio campamento. Nyakeache Dhuor, madre de cinco hijos, compartió su perspectiva: «La vida en el campamento es dura» y lamentó cómo «la malaria ha hecho que muchos niños enfermen». Relató con esperanza: «Antes temía cada fiebre. Ahora mis hijos tienen todas las dosis de la vacuna y me siento esperanzada. Puedo verlos crecer sanos, incluso con todos los problemas que enfrentamos aquí. Mi hijo tiene cuatro años y está vacunado. ¡No ha enfermado en todo este año! Pero antes solía padecer malaria dos veces al año».
Resultados Prometedores y Futuro de la Lucha Antipalúdica
Los esfuerzos de MSF han mostrado resultados alentadores. Tras la campaña de vacunación y las medidas preventivas, el hospital de Kule registró una notable disminución de casi el 50% en las muertes relacionadas con la malaria en comparación con 2024. Si bien MSF reconoce la influencia de múltiples factores, se muestra optimista sobre el papel crucial de estas intervenciones.
Etiopía, en su compromiso por erradicar la malaria, aprobó en septiembre la vacunación en diversas divisiones administrativas (woredas) de alta transmisión en Omo Sur, con el objetivo de alcanzar a 91.000 niños. La OMS considera que, de continuar estas iniciativas, podría marcarse un «punto de inflexión» en la lucha contra la malaria en el país africano.
El despliegue continuará con el objetivo de mantener una alta cobertura de vacunación en niños de cinco meses a cinco años, a pesar de los desafíos. MSF ya se prepara para administrar las dosis iniciales a un nuevo grupo de aproximadamente 3.500 menores que han alcanzado la edad para ser vacunados. Winston Mulanda enfatizó la importancia de mantener estos esfuerzos ante la «persistente alta transmisión y la reducción de recursos».
Desafíos Persistentes y Aumento de Casos
A pesar de los avances en Kule, la ONG ha alertado sobre un aumento de pacientes con malaria provenientes de campamentos de refugiados cercanos. Este fenómeno podría deberse a la reducción de actividades de tratamiento y prevención por parte de otros socios sanitarios, afectada por la falta de financiación, así como a cambios en la estacionalidad de la enfermedad.
Los datos reflejan esta tendencia: hasta noviembre de 2025, los ingresos por malaria en los centros de salud de MSF han aumentado un 50% comparado con el mismo período de 2024, y un 70% frente a 2023. Entre enero y noviembre de 2025, la malaria representó un significativo 37% de todas las consultas ambulatorias en el hospital de Kule, evidenciando la necesidad de mantener y fortalecer las estrategias de control.
Fuente: Infobae