Gatos: ¿Tan o más leales que los perros? La ciencia revela la verdad

Durante años, la ciencia se ha volcado en descifrar la profunda conexión entre canes y humanos. Era bien sabido, y la investigación lo confirmaba constantemente, que los perros poseen una habilidad innata para forjar lazos sociales sólidos. Los estudios habituales a menudo se centraban en comportamientos como la ansiedad por separación para calibrar la fuerza y naturaleza de este apego.

En contraste, la relación afectiva entre los gatos y sus cuidadores fue relegada a un segundo plano en el ámbito científico por mucho tiempo. La percepción popular, teñida de viejos mitos, pintaba a los felinos como criaturas independientes y poco dadas a establecer vínculos de dependencia o confianza. Sin embargo, esta visión tradicional ha comenzado a ser desmantelada por investigaciones más recientes que han puesto el foco en las emociones y el apego de nuestros amigos felinos. La experta en comportamiento felino, Marta Olivares, señala que este giro metodológico busca revalorizar la capacidad de los gatos para desarrollar relaciones de apego, que podrían ser incluso más profundas que las de los perros.

Los resultados son contundentes: los gatos no solo son capaces de crear vínculos duraderos con quienes los cuidan, sino que sus porcentajes de apego seguro superan a los de los perros. Según los datos recopilados, un notable 65,5% de los gatos demuestra tener una figura de apego definida, cifra que excede el 58% registrado en los canes.

Este descubrimiento no solo redefine lo que creíamos saber desde el punto de vista científico, sino que nos invita a una profunda reflexión sobre la interacción diaria que millones de dueños tienen con sus gatos, cuyas complejas vidas emocionales han sido, hasta ahora, subestimadas.

Desentrañando el Vínculo: Metodología y Hallazgos Clave

El análisis de la relación entre gatos y humanos ha sido posible gracias a una innovadora adaptación metodológica. La comunidad científica ha adoptado para los felinos el mismo protocolo de estudio que ya se aplicaba a bebés, primates y perros: el conocido como Secure Base Test. La aplicación sistemática de este experimento a gatos ha sido crucial para cuantificar la profundidad del apego que son capaces de formar con las personas.

El experimento se estructuró en tres etapas claramente definidas. Primero, el gato y su cuidador eran introducidos en un entorno nuevo y desconocido durante dos minutos, una situación diseñada para generar cierta expectación o estrés en el animal. Posteriormente, el cuidador abandonaba la habitación, dejando al gato solo por un lapso de dos minutos adicionales. Finalmente, se procedía a la fase de reencuentro, con el regreso del humano a la estancia.

La observación minuciosa del lenguaje corporal y las reacciones del felino al reunirse con su cuidador permitió distinguir dos comportamientos claros. Un grupo de gatos mostró indiferencia o mantuvo signos evidentes de estrés a pesar de la vuelta de su dueño. Sin embargo, la mayoría, un grupo significativamente más grande, estableció lo que se denomina una auténtica «figura de apego y seguridad» hacia su cuidador, evidenciando una notable relajación y una disminución visible de la ansiedad. «La gran mayoría de los felinos logra desarrollar vínculos muy fuertes», afirmó Olivares.

La estrategia experimental y la interpretación de sus resultados han supuesto una revolución en el campo científico, demostrando fehacientemente que los gatos no solo necesitan, sino que buscan y responden activamente al apoyo emocional que les brindan sus cuidadores. La reacción de los gatos ante entornos desconocidos resalta la importancia fundamental de contar con una figura de seguridad, dejando claro que la simple presencia de su propietario actúa como un escudo protector ante situaciones de estrés.

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Fuente: Infobae

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