¡Correr te da una piel radiante! Desmontando el mito «cara de runner»

La actividad física se erige como un pilar fundamental para nuestra salud general. La Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que la inactividad física representa uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades no transmisibles, disparando la mortalidad entre un 20% y un 30% en individuos sedentarios en comparación con aquellos que se mantienen activos.

Los beneficios del ejercicio son universales y trascienden todas las etapas de la vida. En la infancia y adolescencia, la práctica deportiva regular fortalece la condición física, mejora la salud cardiometabólica y ósea, potencia la capacidad cognitiva y el bienestar mental, además de contribuir a la reducción de la grasa corporal. Para los adultos y personas mayores, el ejercicio regular disminuye significativamente el riesgo de mortalidad por cualquier causa, reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, ciertos tipos de cáncer y diabetes tipo 2. Adicionalmente, previene caídas, promueve la salud mental, mejora la calidad del sueño y facilita el control del peso.

El «rostro de corredor»: ¿realidad o ficción?

La Dra. Ana Molina, dermatóloga reconocida por su labor educativa en plataformas digitales, ha puesto fin a uno de los mitos más persistentes sobre el cuidado de la piel ligado a una de las disciplinas deportivas más accesibles: el running. A través de su perfil en TikTok (@dr.anamolina), la especialista desmiente la supuesta «cara de runner», caracterizada por un aspecto demacrado y pérdida de colágeno, afirmando que esta condición «solo existe en casos superexcepcionales». La Dra. Molina aclara que para experimentar dicho efecto, uno tendría que ser un atleta de élite.

La experta enfatiza que la pérdida de volumen facial solo podría manifestarse en deportistas de alto rendimiento con porcentajes de grasa corporal extremadamente bajos. «No se trata de que ‘la piel se descuelgue al correr’, sino de una pérdida de grasa subcutánea, fenómeno que no tiene relación alguna con el impacto del ejercicio», explica la dermatóloga en una de sus recientes publicaciones. Por el contrario, la Dra. Molina sostiene firmemente que el running, al igual que otras actividades físicas, es profundamente beneficioso para la piel.

Según la Dra. Molina, salir a correr aporta «efectos impresionantes en la piel», tales como una mayor oxigenación, una mejor vascularización que facilita la llegada de nutrientes, un aumento de la luminosidad y una mayor hidratación. En resumen, asegura que el running «mejora todos los parámetros de la piel».

Para la gran mayoría de personas que practican running por salud o recreación, la Dra. Molina ha sido contundente: «Para quienes corren por salud o por hobby, esto no pasa, mito total». Además, resalta que los efectos positivos del running se extienden más allá de la piel, impactando positivamente en el bienestar emocional y la calidad del sueño. «Vas a dormir mejor, con lo cual, si duermes mejor, vas a amanecer con una piel maravillosa«, concluye.


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alt=»Mujer corriendo en un parque, con aspecto saludable y sonriente.»>

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alt=»Gráfico ilustrando los beneficios del running para la piel, con iconos de hidratación, oxígeno y luminosidad.»>

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alt=»Comparativa de un rostro antes y después de hacer ejercicio, mostrando una piel radiante.»>

Fuente: Infobae

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