Ranking de bacterias: clave para tu salud intestinal revelada

Un hito en la ciencia de la salud intestinal ha sido alcanzado con la publicación de un estudio internacional sin precedentes. Por primera vez, se ha logrado una clasificación a gran escala de las bacterias que habitan nuestro intestino, distinguiéndolas según su influencia directa en nuestro bienestar general y nuestros hábitos alimenticios. Esta investigación pionera, que analizó datos de más de 34.500 individuos procedentes de Reino Unido y Estados Unidos, introduce un innovador sistema de puntuación para microbios intestinales. El objetivo es claro: diferenciar las especies que nos benefician de aquellas que podrían perjudicarnos, sentando las bases para una prevención de enfermedades más efectiva y una mejora sustancial de la salud digestiva.

Este avance resuena con el creciente interés global en la microbiota, ese universo de microorganismos que reside en nuestro cuerpo y cuyo papel fundamental en nuestro bienestar integral está cada vez más en evidencia. La investigación se nutre de la vasta información recopilada por el programa Zoe PREDICT, empleando avanzadas técnicas de aprendizaje automático. Esto ha permitido vincular de manera precisa a 661 especies microbianas intestinales con indicadores cruciales de salud, como el índice de masa corporal (IMC), los niveles de triglicéridos y la glucosa en sangre.

El equipo científico ha identificado las 50 especies bacterianas que presentan la mayor asociación con una buena salud, así como las 50 especies más ligadas a riesgos para la salud. Fruto de este análisis nace el “ZOE Microbiome Health Ranking 2025” y el “Diet Ranking 2025”. Este sistema otorga a cada microbio una puntuación en una escala de 0 a 1. Los valores cercanos a cero señalan una correlación positiva con la salud, mientras que los cercanos a uno indican una relación negativa. Los resultados son reveladores: las bacterias beneficiosas son significativamente más abundantes en personas con menor IMC y menos propensas a enfermedades, en contraste con las especies desfavorables, más presentes en individuos con obesidad o patologías asociadas. Un dato contundente es que “los individuos con peso saludable portaban, en promedio, 5,2 especies favorables más que las personas con obesidad”, según detalla el equipo de investigación.

Ejemplos concretos de esta influencia se observan en intervenciones dietéticas personalizadas y el consumo de suplementos. Se ha documentado un incremento en la presencia de bacterias altamente beneficiosas como la Bifidobacterium animalis, comúnmente asociada al consumo de lácteos, y ciertas especies del grupo Lachnospiraceae, vinculadas a dietas veganas y vegetarianas. El estudio incluso ha permitido identificar nuevas especies microbianas hasta ahora no caracterizadas, lo que subraya la continua expansión de nuestro conocimiento sobre la compleja red de la microbiota intestinal. Si bien la naturaleza observacional de esta investigación no permite establecer causalidad directa, los autores confían en que este ranking se convertirá en un pilar fundamental para futuras investigaciones y para el diseño de intervenciones médicas más precisas y efectivas.

La diversidad microbiana se relaciona con dietas ricas en fibra, frutas, verduras y alimentos fermentados
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La relevancia del microbioma intestinal es innegable, desempeñando un papel crucial en procesos vitales como la digestión, la producción de vitaminas esenciales, la regulación del sistema inmunológico y la defensa contra patógenos. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) estiman que nuestro microbioma está compuesto por billones de bacterias, hongos y virus que conviven en nuestro organismo, con una concentración notable en el tracto gastrointestinal. Estos microorganismos no solo facilitan la descomposición de alimentos y la síntesis de vitaminas (como la K y las del complejo B), sino que también actúan como una barrera defensiva y modulan procesos metabólicos e inmunológicos.

En este contexto, la profesora Sheena Cruickshank, de la Universidad de Manchester, enfatiza la importancia de cuidar nuestra microbiota: “el cuidado del microbioma puede ayudar con muchas afecciones, incluidas las alergias, el asma y las enfermedades autoinmunes”. La composición de nuestro microbioma intestinal es dinámica y se ve influenciada por una serie de factores. El componente más determinante es, sin duda, la dieta. Una alimentación rica en fibra, frutas, verduras y alimentos fermentados es la clave para fomentar una diversidad microbiana saludable y un equilibrio óptimo.

Como señala Elizabeth Corwin, de la Universidad de Columbia: “la fibra no se digiere bien en el estómago y tiende a descomponerse más por los microorganismos”, lo que repercute directamente en la salud intestinal. Otros factores que pueden alterar esta delicada balanza microbiana incluyen el uso de antibióticos, el estrés, la contaminación ambiental y el sedentarismo, incrementando así el riesgo de disbiosis, o desequilibrio de la microbiota.

El microbioma intestinal cumple funciones clave en la digestión, la inmunidad y la producción de vitaminas
(Freepik)

Mantener una microbiota equilibrada se traduce en una mayor prevención de enfermedades digestivas, metabólicas y autoinmunes. Los especialistas recomiendan, por ello, priorizar una dieta variada y abundante en fibra, integrar conscientemente probióticos y prebióticos, evitar el uso indiscriminado de antibióticos y emplear estrategias efectivas para gestionar el estrés, como la meditación o el ejercicio regular.

El médico gastroenterólogo Facundo Pereyra destaca la función intestinal como un “filtro o barrera” crucial para controlar la absorción en la sangre, advirtiendo que “un intestino permeable puede generar una cascada de problemas de salud”. Añade que el desequilibrio de la microbiota no solo afecta al sistema gastrointestinal, sino que “la microbiota funciona como un órgano endocrino, es un órgano que tiene un papel casi tan importante como el riñón o el hígado”. La hidratación adecuada y un sueño reparador son también pilares fundamentales para preservar la integridad de nuestro microbioma. En definitiva, las intervenciones dietéticas personalizadas, como las exploradas en este estudio, demuestran la posibilidad real de modificar la composición microbiana y, consecuentemente, mejorar de forma significativa la salud general.

Fuente: Infobae

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