Dan Brown presenta «El último secreto»: misterio, conciencia y IA

El renombrado autor Dan Brown, célebre por dar vida al profesor Robert Langdon, ha desvelado su obra más reciente: El último secreto. En esta nueva aventura, Brown se sumerge en las profundidades de la conciencia humana y el misticismo, al tiempo que consolida el legado de su icónico personaje. La novela, que tiene como telón de fondo la mágica ciudad de Praga, representa un hito en la carrera del escritor, quien aprovecha para compartir sus reflexiones sobre la narrativa, la ciencia y el creciente protagonismo de la inteligencia artificial en nuestra era.

Praga fue elegida como escenario por su aura enigmática. «Praga es el centro místico de Europa», confesó Brown en una entrevista, destacando cómo en la época de Rudolf II la ciudad se convirtió en un imán para cabalistas, médiums y alquimistas. Si bien otras ciudades como París han sido escenarios recurrentes en su obra, el autor siente que «Praga tiene un aura especial», describiendo sus callejones como portadores de un misterio incomparable.

Explorando la Noética y lo Paranormal

La figura femenina central de la historia, Katherine, se presenta como una experta en noética. Según Brown, esta disciplina, derivada del griego «noetikos» (percepción), se enfoca en «el estudio de la conciencia humana y nuestra percepción del mundo». La noética también investiga la capacidad de la mente para impactar el mundo físico, abarcando fenómenos como el poder de la oración o la influencia del pensamiento colectivo en la biología celular.

El interés de Brown por la noética se extiende a lo que él denomina «fenómenos paranormales más amplios», incluyendo los fantasmas o los ovnis. «Creo que todo está relacionado», afirma. «La conciencia es el filtro a través del cual experimentamos el mundo». Si bien se muestra escéptico, reconoce la existencia de «una sorprendente cantidad de evidencia que sugiere que hay algo visitando el planeta que no comprendemos».

El Arte de la Narrativa y la Creación de Misterio

En cuanto a la estructura de El último secreto, Brown detalla su minucioso proceso creativo: «Si algo está ocurriendo, llego a la acción lo más tarde posible y me voy lo más pronto posible». Su objetivo es mantener al lector enganchado, planteando intrigas que se resuelven a medida que surgen otras nuevas. El escritor confiesa haber necesitado desechar «un millón de palabras» para llegar a las 200.000 finales, y que el proceso de escritura lo llevó a cambiar de teclado en varias ocasiones.

La interacción entre Katherine y Langdon evoca la mítica dupla de Mulder y Scully. Brown lo confirma, señalando que Langdon representa al «lector escéptico». «Cuando Katherine dice algo que suena un poco loco, Langdon está ahí para cuestionarlo», explica, asegurando que los lectores aprecian no ser inducidos a creer ciegamente.

El autor reflexiona sobre su propia evolución, que se ve reflejada en el personaje de Langdon. «Esa es mi transformación a lo largo de muchos años«, confiesa. A diferencia de él, Langdon vive estos cambios en un solo día. Brown admira a su personaje, al que describe como «el hombre que desearía ser», más audaz y con una vida más emocionante.

Tom Hanks como Robert Langdom en

La figura de Langdon como héroe intelectual es crucial para Brown. Insiste en que, tanto en las adaptaciones cinematográficas como en la próxima serie de Netflix, su personaje no debe desviarse de su esencia. Creció en un entorno académico, en la Phillips Exeter Academy, donde sus referentes eran profesores y estudiantes que resolvían enigmas con la mente, y esa es la visión de héroe que él promueve: «Hay muchas formas de resolver problemas».

La Era de la Inteligencia Artificial y el Futuro Tecnológico

La investigación rigurosa es un pilar en la obra de Brown, y reflexiona sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en este ámbito. «La especie humana nunca ha creado una herramienta o tecnología que no haya terminado por ser utilizada como arma», advierte. La IA, «una herramienta de proporciones asombrosas», aún es incipiente y Brown confiesa no confiar plenamente en su precisión. Recuerda cómo en su novela «Origen», hace ocho años, sus descripciones de IA eran consideradas inverosímiles, algo que hoy sería muy diferente.

El autor alerta sobre la vertiginosa velocidad del avance tecnológico: «La tecnología crea un juego de espejos… Así se produce un crecimiento exponencial». El gran desafío, a su juicio, es que «nuestra tecnología avanza más rápido que nuestra filosofía«.

Esta disparidad plantea serias preguntas sobre la capacidad humana para afrontar los desafíos éticos y morales de la era digital, dejando una profunda reflexión sobre el futuro de la sociedad y la propia literatura ante la imparable evolución tecnológica.

Fuente: Infobae

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