¿Es viable reducir el IVA al 8% en días de feriado nacional? El economista Juan Rivadeneira lo responde

Durante una entrevista con Manavisión Plus, el economista Juan Rivadeneira analizó la efectividad y los límites de reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA). El propósito principal de esta medida es dinamizar el flujo de capital y fomentar el consumo interno, ofreciendo un alivio al bolsillo del ciudadano que decide viajar. Este incentivo tributario se implementa de manera temporal para maximizar el movimiento de personas hacia destinos locales en fechas específicas.

Según el especialista, la iniciativa produce un efecto positivo directo, pero su alcance total se ve mermado por una variable crítica. Es necesario revisar el panorama completo de la situación económica nacional, pues la macroeconomía tiene desafíos estructurales persistentes.

El IVA reducido impulsa el consumo, pero con límites

Durante los últimos feriados, la reducción del IVA al 8 % mostró un efecto positivo en ventas y hospedajes, según el economista. Este incentivo, explicó, ha permitido que más ecuatorianos se animen a viajar o consumir dentro del país, especialmente en sectores como el gastronómico y hotelero. Sin embargo, la inseguridad sigue siendo un obstáculo para que la medida alcance todo su potencial.

El especialista destacó que el estímulo tributario funciona mejor cuando existe confianza ciudadana y seguridad territorial. En varias provincias, como Manabí e Imbabura, el feriado activó el comercio, pero muchos ciudadanos aún prefieren quedarse en casa. “Hay familias que quisieran viajar, pero no se sienten seguras para hacerlo”, advertiendo que la percepción de riesgo limita la movilidad interna.

Rivadeneira aclaró que la política fiscal detrás de la reducción del IVA busca movilizar el consumo sin aumentar el gasto público. La medida, aunque temporal, genera flujo de caja para pequeños comercios, restaurantes y alojamientos. “En ciertos sectores se nota una mejora, pero no es suficiente para sostener al turismo durante todo el año”, comentó.

Un impulso al turismo local que necesita estabilidad

El economista recordó que los feriados con IVA reducido benefician a cantones con alta vocación turística, como Otavalo, Manta o Baños, donde el movimiento comercial es clave para el ingreso local. En esos destinos, la reducción tributaria se tradujo en mayores ventas y ocupación hotelera más alta. Sin embargo, advirtió que esos resultados son circunstanciales, ya que dependen del número de días de descanso y del contexto económico del país.

A pesar de que el Gobierno busca dinamizar el sector, Rivadeneira insistió en que el turismo no puede sostenerse solo con medidas tributarias. “Es necesario garantizar seguridad, infraestructura y transporte eficiente. De lo contrario, los descuentos pierden efecto”, afirmó. El experto destacó que una política integral permitiría al Ecuador aprovechar mejor su potencial turístico y atraer inversión sostenida en este sector estratégico.

Los comercios, por su parte, reciben liquidez temporal, lo que les permite mantener empleo y cumplir obligaciones. Sin embargo, el beneficio no siempre se mantiene después del feriado. “La economía se mueve unos días, pero luego vuelve a su ritmo lento”, explicó Rivadeneira, quien considera que el incentivo debe combinarse con estrategias permanentes de promoción turística.

La seguridad y el empleo, factores decisivos para el crecimiento económico de Ecuador

También advirtió que la inseguridad y la falta de empleo formal son los principales desafíos que impiden que el turismo se consolide como motor económico. A pesar del crecimiento del 3,2 % proyectado por organismos internacionales, el efecto no se refleja en los bolsillos de la población. Según Rivadeneira, muchos ecuatorianos no sienten ese crecimiento porque no tienen estabilidad laboral ni capacidad de gasto suficiente.

Además, destacó que la falta de inversión extranjera y la rigidez laboral frenan el desarrollo de actividades turísticas en zonas rurales y costeras. “El país necesita adaptarse a nuevas formas de empleo, como el trabajo por horas, para que más personas puedan incorporarse a la economía formal”, dijo. En su criterio, una estructura laboral más flexible ayudaría a dinamizar la oferta turística y generar oportunidades en pequeñas comunidades.

Rivadeneira concluyó que la reducción del IVA es una herramienta útil pero insuficiente. Sin seguridad, inversión y empleo, el turismo seguirá dependiendo de medidas coyunturales. “La gente viaja si se siente segura, no solo si hay descuentos”, puntualizó.

El Diario

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