La contaminación crítica en el ramal del Estero Salado de la ciudadela Kennedy Norte en Guayaquil podría encontrar una solución innovadora a través de un proyecto de parque urbano diseñado para oxigenar y filtrar las aguas del estuario, marcadas actualmente por olores fétidos y lodos tóxicos.
La propuesta, desarrollada por el arquitecto Emilio López Márquez como tesis de grado en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), plantea un modelo de intervención urbana basado en principios de resiliencia ambiental y biorremediación.
El estudio, denominado «Plan Regenerador de Áreas Verdes y Manglares en el Sector Kennedy Norte mediante Diseño del Paisaje», propone la creación de un parque de 10 hectáreas en un terreno baldío de la Universidad de Guayaquil ubicado en las inmediaciones de las avenidas Miguel H. Alcívar y Luis Urdaneta, al norte de Guayaquil, a un lado del ramal del Estero Salado.
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Este espacio funcionaría como un sistema natural de tratamiento de aguas del Estero Salado mediante humedales de oxidación, oxigenación y filtración, estableciendo una conexión con el Estero Salado para devolverle agua tratada y limpia al ecosistema.
López, de 23 años, explica que la propuesta surgió de su experiencia directa con el deterioro ambiental del sector. «Pasé parte de mi niñez en Kennedy Norte y fui testigo de cómo esa zona siempre estuvo contaminada, con malos olores causados por desechos y porque la mayoría del alcantarillado de las zonas adyacentes descarga sus aguas contaminadas al ramal», señala.
El diseño prioriza especies nativas como guayacanes, jacarandás, acacias y ceibos. Y el parque busca abordar otro problema crítico: las inundaciones. López explica que el estero presenta alta sedimentación y está bordeado por concreto, lo que impide la absorción natural del agua de lluvia.
El diseño del parque pretende devolver al terreno su capacidad de permeabilidad, permitiendo que el agua se absorba de manera natural y llegue limpia al estero.
Esquema de funcionamiento del bioparque diseñado para remediar el Estero Salado, en la Kennedy Norte, al norte de Guayaquil.Cortesía Emilio López
Así sería el proceso de biorremediación
El núcleo técnico del proyecto consiste en un sistema de humedales artificiales organizados en forma de mosaico o panal con cinco piscinas interconectadas que funcionan como filtros naturales progresivos. El presupuesto aproximado sería de USD 3,9 millones.
El parque contaría con un humedal de oxidación, uno de oxigenación y otro de filtración de sedimentos, además de una conexión con un canal al Estero y un sistema de retorno de las aguas tratadas al estero. Se plantea tratar el agua contaminada del Estero en las piscinas para devolverlas al ecosistema con niveles significativamente reducidos de contaminantes.
En época de sequía, las piscinas de filtración funcionarían como cisternas vivas, almacenando agua para redistribuirla, explica el autor del estudio.
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Parque Rachel de Queiroz, en Fortaleza, Brasil, caso análogo al Estero de Guayaquil.Joana França / Archdaily
Diseño arquitectónico del proyecto de un parque regenerador del Estero en Guayaquil.Cortesía Emilio López
Render de mirador de parque regenerador del Estero Salado en la Kennedy, Guayaquil.Cortesía Emilio López
Camineras sobre humedales en el proyecto de un parque para remediar el Estero en Guayaquil.Cortesía Emilio López
Render del proyecto de parque de la Kennedy Norte, en Guayaquil.Cortesía Emilio López
Parque Forestal Benjakitti, en Bangkhok, Tailandia, caso análogo a Guayaquil.Srirath Somsawat / Archdaily
Parque Rachel de Queiroz, en Fortaleza, Brasil, caso análogo al Estero de Guayaquil.Joana França / Archdaily
Diseño arquitectónico del proyecto de un parque regenerador del Estero en Guayaquil.Cortesía Emilio López
Render de mirador de parque regenerador del Estero Salado en la Kennedy, Guayaquil.Cortesía Emilio López
Camineras sobre humedales en el proyecto de un parque para remediar el Estero en Guayaquil.Cortesía Emilio López
Render del proyecto de parque de la Kennedy Norte, en Guayaquil.Cortesía Emilio López
Parque Forestal Benjakitti, en Bangkhok, Tailandia, caso análogo a Guayaquil.Srirath Somsawat / Archdaily
Parque Rachel de Queiroz, en Fortaleza, Brasil, caso análogo al Estero de Guayaquil.Joana França / Archdaily
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Voluntad política para cortar descargas al Estero
Este sistema se inspira en técnicas de biorremediación que han demostrado que es posible limpiar progresivamente cuerpos de agua contaminados.
El proyecto se inspira en casos análogos como el Herbario del Jardín Botánico de Bogotá (Colombia), el Parque Rachel de Queiroz (Brasil) y el Parque Forestal Benjakitti (Tailandia). Este tipo de estrategias se han implementado con éxito en países como China y Tailandia, dice el autor del estudio.
López aclara que no se trata de una solución inmediata, sino de un proceso de recuperación a mediano y a largo plazo que requiere complementarse con medidas administrativas fundamentales.
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«Para que esto funcione, primero hay que cortar las tuberías que descargan desechos directo al estero», advierte el arquitecto. «Si se siguen conectando ductos de aguas servidas, nunca se podrá biorremediar. Se requiere de inversión y de voluntad política por parte de la administración pública de la ciudad».
Tareas de limpieza en el Estero Salado de Guayaquil, el 3 de junio de 2025, tras derrame de aceite quemado y grasas.Ministerio de Ambiente
Grandes concentraciones de hidrocarburos
La problemática que el proyecto busca atender es grave. Se han identificado altas concentraciones de hidrocarburos totales de petróleo en los sedimentos del Estero Salado y se evidenciaba un aporte continuo de contaminantes por descargas de derivados de petróleo y aceites quemados.
El problema se agravó dramáticamente en junio de 2025, cuando se reportó una mancha negra de aceite quemado y grasas en el ramal del Estero Salado precisamente en Kennedy Norte. El incidente activó protocolos de emergencia, se colocaron barreras absorbentes y se realizaron recorridos fluviales para contener la propagación hacia áreas protegidas de manglares, en acciones de contención que se extendieron por casi un mes sin que se lograra identificar la fuente concreta de contaminación.
El parque contempla zona deportiva y lúdica, de expansión ecológica, de investigación, de restauración de borde y una zona educativa y cultural. Se incluyen ciclovías, espacios para ferias locales, zonas de camping y teatro al aire libre.
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El terreno cuenta con una elevación natural que el diseño aprovecha para crear un mirador-museo con vista 360 grados, como un espacio de educación ambiental. Los senderos elevados permitirían a los visitantes caminar sobre los humedales así como avistar aves y otras especies del ecosistema vecino.
El arquitecto subraya que el problema de los malos olores que caracterizan actualmente al Estero se mitigarían una vez que se oxigene el agua y se eliminen las descargas de aguas servidas.
«El mal olor surge por el estancamiento del agua que no se oxigena y por los desechos acumulados. Si se devuelve la capacidad del estero de oxigenarse, el olor disminuiría progresivamente hasta alcanzar el de un estuario de manglar normal, que tiene un olor a lodo natural, no putrefacto», asegura.
Ramal del Estero Salado contaminado, en el sector de la Kennedy Norte, en Guayaquil, el 18 de abril de 2023.Primicias
Una hoja de ruta de cuatro fases
La propuesta arquitectónica está aterrizada específicamente en la Kennedy Norte, pero según el arquitecto esta tipología de parques para regenerar ecosistemas aledaños podrían replantearse en otras partes de la ciudad. Se requiere plantear fases de implementación del proyecto para planificar un correcto desarrollo de las áreas verdes y la evolución de los criterios planteados.
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El estudio contempla esta serie de pasos para la recuperación progresiva de un ramal de Estero Salado:
Eliminar descargas ilegales en fase preliminar:
La primera etapa del proyecto se centra en la recuperación inicial del ramal del Estero Salado mediante acciones directas sobre el entorno natural. Incluye la plantación de especies nativas que funcionen como elementos de transición ecológica hacia el estuario. En esta fase también se prevé el retiro de especies introducidas que compiten con los manglares, afectando su desarrollo. Además, se plantea la identificación y eliminación de conexiones ilegales de aguas residuales que descargan al estuario, como medida prioritaria para frenar la contaminación. También se plantea habilitar el cercano bosque “Palo Santo”, en las inmediaciones de Lomas de Urdesa, como un “bosque de bolsillo” o espacio destinado a la regeneración ambiental.
Planificación de corredores verdes y parque urbano
La segunda fase aborda la planificación de corredores verdes y la propuesta de un parque urbano integrador. Se promoverá la reforestación del área mediante alianzas público-privadas, con el fin de consolidar una red ecológica dentro del sector. Parte del terreno cercano al estuario será liberado para la construcción del parque. También se contempla la identificación de áreas verdes aledañas para crear nexos ecológicos y la implementación de infraestructura recreativa que incentive actividades públicas y la apropiación ciudadana del espacio recuperado.
Conexión entre corredores verdes y el borde del Estero:
En la tercera fase se busca la conexión entre los corredores verdes y el borde del Estero Salado. Los bosques de bolsillo rehabilitados -ecosistemas forestales pequeños y muy densamente plantados para que compitan por la luz, crezcan más rápido y formen un ecosistemas resilientes – se enlazarán mediante corredores, consolidando un sistema continuo de espacios naturales. El parque urbano funcionará como anexo a estos corredores y punto de permeabilidad ambiental. Se aprovecharán las laderas del barrio Lomas de Urdesa como elementos conectores naturales, y se impulsará la continuidad de árboles nativos hacia las zonas verdes en desarrollo del futuro proyecto urbano “Nuevo Guayaquil”, planteado para cuando se mude al aeropuerto de la ciudad.
Hacia una rehabilitación integral del estuario:
La última fase plantea una proyección a largo plazo orientada a la rehabilitación completa del tramo del Estero Salado. Se busca consolidar una estructura permeable de corredores ecológicos que facilite la correcta reabsorción de agua hacia el canal del estuario. Aquí se contempla implementar el sistema de biorremediación de aguas lluvias a través de humedales dentro del parque urbano, fortaleciendo los procesos naturales de depuración. Esta etapa prevé también la expansión de los corredores verdes y la posible creación de nuevos “bosques de bolsillo” fuera del perímetro inicial. En el largo plazo, se aspira a una conexión entre el parque, el Estero Salado y el Nuevo Guayaquil.
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