Tras 31 días de paralización, el paro nacional llegó a su fin, pero las tensiones sociales persisten. En entrevista con este deiario, el exdirigente indígena y político Yaku Pérez sostiene que el Gobierno perdió una oportunidad histórica para demostrar liderazgo y abrir un diálogo nacional con todos los sectores.
Pérez también lamenta las consecuencias humanas que dejó el paro: detenidos, heridos y fallecidos que, dice, no pueden quedar en el olvido. Asimismo, hace una autocrítica y reconoce que el movimiento indígena también atraviesa un momento complejo, que le faltó articularse con otros sectores sociales y tener una agenda más amplia que conecte con las bases y sus verdaderas necesidades y los invita a ser menos sectarios y más incluyentes.
El paro nacional llegó a su fin, pero aún se mantienen ciertos llamados activos para marchas y también pedidos de resistencia local, ¿qué lectura deja esto?
Es una tristeza que el Gobierno haya desaprovechado la oportunidad para demostrar que es un estadista y que quiere dialogar y que quiere en consenso, sacar al Ecuador del del lozadal en el que se encuentra. En esta crisis multidimensional es urgente un diálogo nacional con todos los sectores y no se le puede excluir a nadie y menos al movimiento indígena que históricamente ha sido el sector más golpeado, más empobrecido, más humillado… y si no se paga la deuda social o deuda ecológica, es imposible encontrar una paz verdadera. Esto será una pequeña pausa… esta oportunidad todavía la tiene el Gobierno Nacional, pero cuando el pueblo pide pan, no se le puede dar balas.
El cese del paro fue decisión de la Conaie y a diferencia de paros anteriores, está vez sus demandas no fueron alcanzadas…
Sin duda que la Conaie no está atravesando los mejores momentos. Hay que ser autocríticos, pero eso no significa que el gobierno puede celebrar y decir que ha triunfado. Aquí el gobierno creo que perdió, la dirigencia de la Conaie perdió, los ecuatorianos perdimos y perdimos, reitero, una oportunidad histórica para sentarnos a dialogar y juntos construir ese Ecuador que deje de tener los mayores índices de pobreza, de mayor violencia. Esto no es con parchecitos, con $ 50 millones para reactivar Imbabura. Eso es como calmar una cirugía con finalín o paracetamol, así no se soluciona.
¿Coincide en decir que el paro no logró volverse nacional como años anteriores y lo que se vio fueron varios frentes activos con distintas demandas?
Sí, son un cúmulo de demandas, por eso digo yo que existe una deuda ecosocial, ecológica porque los territorios están llenos de amenazas del extractivismo minero, petrolero, maderero, agua, biodiversidad… y en materia social la desnutrición crónica infantil, la pobreza, los campos que están quedándose abandonados y si no apoyamos allá, pronto seremos como Venezuela en donde tendremos que estar haciendo filas para comprar alimentos… el Gobierno de invertir en el agro. La verdadera riqueza está en la agroecología.
Luego de 31 días de protestas, ¿cómo lo evalúa el paro en base a su experiencia política y también desde la dirigencia social?
Fue un un tiempo que parecía una eternidad. Nosotros también participamos en algunas medidas de hecho, la marcha por el agua fue una de ellas, por eso que hay muchos criminalizados y a mí mismo me han criminalizado, tengo cuatro procesos penales abiertos, dos por el Estado que es asociación ilícita y paralización de servicios públicos y dos por la minera, por limpiar la basura minera de Quimsacocha, tanto por el gobierno como por la Dandee Precious Metals por daño a bien ajeno. Y hay cientos de casos… hay más de 200 heridas, más de 260 personas que fueron detenidas, más de 300 personas que están criminalizadas, tres personas a las que se le apagó la vida. La pregunta es, ¿quién devuelve la vida?, ¿quién repara esas familias? Eso ni con millones de dólares se puede devolver y eso debe invitar al Gobierno para aprender las lecciones y también al movimiento indígena… el presidente tiene que entender que ya no es el gerente de la Bananera Noboa, él es el presidente de los 18 millones ecuatorianos y tiene que sentarse a dialogar con los sectores afines y no afines, con los que coinciden y con los que disiente, por lo tanto la gobernabilidad es precisamente aprenderles a escuchar también a la disidencia política.
Al no haber tenido diálogo ni el regreso del subsidio ¿cree que el paro fracasó?
Yo creo que la eh el tema del diésel es apenas uno de los temas y es sensible porque eso hace que los precios empiecen a incrementarse por los pasajes, por el transporte y sube con eso los alimentos y todo. Pero no es el único y creo que ahí tenemos que ser autocríticos. Faltó tener una agenda más contundente, que pueda sintonizarse más con las bases que están reclamando la falta de empleo, la falta de cupos en las universidades, la falta de escuelitas que no han logrado reaperturarse, cómo se va a compensar con el incremento del diesel a los sectores más empobrecidos.
¿Cree que ademas de esta falta de sintonía en los pedidos, faltó también una mejor articulación dentro del Movimiento Indígena?
Faltó articular al movimiento social. Si bien la Conaie es la vanguardia, es la que más legitimidad tiene, pero no es la única. Ahí tenía que estar también la Fenocin, la Feine. Tenía que estar el Frente Unitario de los Trabajadores, las organizaciones sociales históricas como la UNE y otras. El sectarismo ahuyenta la articulación y creo que esas lecciones también hay que aprenderse, no hay que pensar que somos los únicos y solitos podemos. Desde nuestra parte hay que abrirnos más, ser menos sectarios, ser más incluyentes y de parte del Gobierno, perdió olímpicamente al decir quellevaba un cordón humanitario a Imbabura y lo que hacía era llevar 5.000 militares y 2.000 policías y gases lacrimógenos, balas, proyectiles, así no se dialoga, veo con una tristeza profunda porque Benjamín Netanhayu con Hamas se sientan a conversar y que son aparentes agua y aceite y aquí somos 18 millones de ecuatorianos y es como un matrimonio, dormimos juntos pero de espaldas.
¿En el contexto político actual, cree que aún haya espacio para ese diálogo?
Yo quisiera puede estar equivocado, pero con lo que le he visto al presidente Noboa, él no quiere ningún diálogo. Él impone su agenda… no tiene un ministro de Gobierno que busque dialogar con todos, lo veo superdifícil. Es más, creo que en estos días va a encriptarse, se van a exacerbar los ánimos porque el gobierno ha mostrado una política completamente regresiva, ha dicho que quiere eliminar la justicia indígena, lo que significa desconocer toda la la justicia milenaria de los pueblos, desconocer la interculturalidad, plurinacionalidad… en el Ecuador hay 15 nacionalidades, 15 lenguas, 15 formas de medicina, 15 formas de educación, 15 formas de justicia, 15 formas de cosmovisiones. De un plumazo, no se puede caer en un genocidio y lo mismo con los derechos de la naturaleza, no se puede decir que están por demás.
¿Estas acciones que se han convocado para el próximo mes, incluída la que usted impulsa desde la FOA, cree que puedan terminar por diluirse y perder fuerza?
Va a ser una aparente forma de diluirse… van a ser gotitas por aquí, gotitas por allá que van a formar una quebrada, un río, un riachuelo, un río y tarde que temprano si no se paga la deuda ecosocial va a venir, en cualquier momento, una movilización, una explosión social y hay que evitar eso. Porque no queremos violencia, venga de donde venga…. quisiera que el presidente de la República y todos recordemos que somos mortales, al presidente que le recuerden “eres mortal, pisa la tierra, no vas a vivir eternamente, no vas a tener el poder eternamente, no vas a vivir en la gloria eternamente.” Hay que recordarle lo que le pasa a los expresidentes del Perú, si no están presos, se suicidan o lo de aquí, huídos o presos. La forma de prevenir todo eso es del diálogo y para dialogar hay que ser más humildes, más sencillos. No queremos un presidente, queremos un estadista, que no piense en las siguientes elecciones, sino en las siguientes generaciones.
¿Qué acciones alista la FOA y cómo están trabajando?
Nosotros estamos básicamente concentrados en la geopolítica hídrica y para eso hemos hecho enlaces a nivel de la provincia, a nivel del país, a nivel de la región y y estamos articulados, la defensa del agua es un tema que no va a perder actualidad, por el contrario, va a ir ganando cada vez más importancia porque las próximas crisis que se nos avecinan serán por alimentos y por el agua… es una alegría enorme, que aquí en Cuenca haya mucha sensibilidad ecológica, hidrológica… para este 3 de noviembre se pretende hacer un chasqui por el agua, vamos a caminar desde la Casa del Agua hasta Cuenca y así algunas acciones para seguir sensibilizando a todos para defender la Pachamama.
Fuente: El Universo
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