‘Hay personas que quieren causar terrorismo psicológico’: instituciones refuerzan protocolos ante alertas con maletas y carros abandonados en Guayaquil

Entre la mañana del lunes 20 y la tarde de este martes 21 de octubre, Guayaquil registró al menos cinco alertas de presuntos artefactos explosivos.

Todas fueron atendidas por personal especializado y tras las inspecciones, se descartó la presencia de artefactos explosivos en los sitios intervenidos.

Los operativos se desarrollaron con la participación de la Policía Nacional, el Grupo de Intervención y Rescate (GIR), la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), el Cuerpo de Bomberos, ambulancias y unidades de Segura EP. Además, el ECU911.

Hubo un intenso despliegue coordinado entre las instituciones

En todos los casos se cerraron calles, se establecieron perímetros y se aplicaron protocolos de seguridad con apoyo de canes entrenados para detectar explosivos.

Los hechos de este martes ocurrieron en los siguientes espacios: en la avenida 25 de Julio, sur de la ciudad; en Pío Montúfar y Colón, en el centro; una tercera en la av. Vicente Trujillo, en el sur; y una cuarta en Colón y Víctor Hugo Briones, en el barrio Garay.

La primera alerta de la av. 25 de Julio trascendió de mayor manera.

Allí, un vehículo abandonado en media calle generó alarmas en los usuarios.

En primera instancia se pensaba que el auto tenía explosivos en su interior, una hipótesis que fue descartada luego de casi tres horas de paralización del tráfico y de trabajos de inspección del GIR.

Al menos un kilómetro de la avenida permaneció cerrado al tránsito vehicular por ese tiempo.

Durante ese lapso, instituciones educativas del sector suspendieron las actividades presenciales como medida preventiva y el comercio se paralizó ante el temor de que se tratara de un nuevo atentado.

Antes, frente a la Penitenciaría se encontraron artefactos explosivos dentro de un auto estacionado el 9 de octubre y además otro vehículo explotó en el ingreso a la cárcel Regional, el 26 de septiembre.

Ante la reiteración de estas alertas en los últimos días, ciudadanos han expresado su preocupación.

“Es una situación que atemoriza, no sé a dónde vamos a llegar con todo esto, pero los más afectados son los menores. Acá yo venía a mi trabajo a los Esteros y estaban cerrando las calles porque decían que había bomba», comentó Carlos Guerrero, un morador del sur de la urbe, frente al caso de la av. 25 de Julio.

Otro ciudadano, Mauro Álava, tuvo que retirar a su hijo de un colegio ubicado a pocos metros del sitio de la alerta.

“Imagínese si hubiera sido bomba, aquí cerca hay escuelas y centros médicos. Hay incertidumbre al salir de la casa, uno no sabe si mañana nuevamente van a decir que hay un carro bomba”, relató Álava.

El contexto de las alertas ocurre tras el atentado del martes 14 de octubre, cuando un coche bomba explotó en los exteriores de un centro comercial del norte de Guayaquil, en la avenida Joaquín Orrantia. La tragedia dejó un fallecido y al menos 26 personas heridas.

Desde ese hecho, los protocolos de seguridad de la Policía de la Zona 8 y GIR se han endurecido y la ciudadanía permanece más alerta. Hay miedo y preocupación entre muchos.

Las autoridades municipales han calificado estos hechos como un caso de “terrorismo psicológico”, ya que no se ha confirmado la existencia de amenazas reales.

“Hay personas que se aprovechan de estas situaciones que se han dado en la ciudad para dar alarmas falsas”, expresó Álex Anchundia, gerente general de Segura EP.

Sin embargo, Anchundia insistió en que es necesario tomar todas las precauciones del caso, aun si al final del procedimiento se descarta tal amenaza.

“Estas situaciones ya nos ponen en un estado de alerta. Es necesario tomar todas las precauciones del caso, incluso si el propietario confirma que el vehículo es suyo, como en el caso de la avenida 25 de Julio, y que está bloqueado. No podemos dejar pasar una novedad así, toca hacer el protocolo, la logística de recursos y no podemos descartar nada”, enfatizó.

En el contexto actual, Anchundia dijo que entre las medidas constan el cierre de vías, establecer perímetros y articular con las entidades de emergencia. “Lo que antes se podía pensar que era un carro dañado, ahora pensamos que en su interior puede haber artefactos explosivos. El contexto actual nos obliga”, indicó el funcionario.

Los protocolos que se aplican ante una alerta

Según Álex Anchundia, Segura EP recibe alertas por dos vías: directamente desde el ECU911 o mediante reportes ciudadanos.

Cuando la alerta proviene del ECU911, se activa un protocolo conjunto. Las cámaras del sistema de videovigilancia de Segura EP permiten hacer seguimiento, mientras que equipos móviles de la empresa y de la ATM se desplazan para colaborar en el control de tránsito y cierre de vías.

“El ECU911 coordina con la Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Bomberos y servicios de emergencia. Nosotros nos encargamos de articular con las autoridades municipales”, explicó Anchundia.

El funcionario dijo que en el caso de la avenida 25 de Julio, las cámaras de Segura EP permitieron identificar al propietario que dejó abandonado su carro en la vía.

Asimismo este lunes, cuando se reportó una mochila abandonada en los exteriores del mercado Central, la empresa municipal Segura EP logró, mediante sus cámaras de videovigilancia, identificar el momento en que una persona llegó al sitio y dejó el bolso en el lugar.

Fuente: El Universo

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