Imbabura clama al Gobierno tras un mes de paro indígena: O vuelve al diálogo o abre la vía como sea, ya no podemos permanecer aislados más tiempo

Imbabura llega a un mes de paralizada porque se convirtió en el centro de la protesta del paro indígena, y las empresas calculan que las pérdidas son de $ 70 millones y están en riesgo unas 20.000 plazas de empleo. Pero las pérdidas no es lo único que lamentan, sino el sentir abandono “a su propia suerte” de todos, incluso del Gobierno, y la falta de decisión para avanzar con los diálogos.

Están en la quinta semana de inactividad, de paralización total. “Sentimos que nos han abandonado, que no hay definiciones, que no hay decisiones y que estamos abandonados a nuestra propia suerte por parte de todos: Gobierno central, provincial, de los ministerios. Estamos sin saber qué es lo que viene y sobre todo sin visualizar una solución inmediata al paro”, asegura el presidente de la Cámara de Comercio de Ibarra, Ramiro Aguilar.

No es el único: “Sí se siente la falta de, no sé si llamarle de decisión del Gobierno, porque esto ya se salió de las manos y si bien es cierto que hay gente que quiere protestar, también hay quienes queremos trabajar y a eso no se le está dando tanta importancia ni al sector productivo, y es una pena porque pienso que nosotros sí contribuimos con más recursos, con más impuestos que los protestantes”, comenta el dueño del hotel Las Palmeras Inn, en Otavalo, César Arcos.

De acuerdo con Aguilar, las pérdidas superan los $ 70 millones en efectivo y el riesgo que hay en el plano social es que solo en el sector hotelero, bares y restaurantes se pierdan alrededor de 10.000 empleos. A eso suma la amenaza de otros 10.000 en construcción.

En toda la actividad turística hotelera de bares y restaurantes el cierre ha sido total, incluso en Ibarra.

El hotel de Arcos, en Otavalo, ha estado cerrado y de los doce colaboradores que tiene solo dos han estado yendo porque son del sector. “El hotel sigue cerrado, la realidad no ha cambiado, sigo con la misma cantidad de colaboradores, el resto no puede venir, pero como va la situación y sin tener gente no hay ni razón de que vengan. Las empresas estamos resistiendo lo suficiente”.

A fin de septiembre canceló los salarios casi de una manera proporcional. “A los que estuvieron acá se les pagó entero y los que no estuvieron nos acogimos a un acuerdo que les pagaría el resto este mes, pero eso no se va a dar”, sostiene.

Sector florícola

En el sector florícola, la Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores del Ecuador (Expoflores) estima una afectación acumulada de alrededor de $ 26 millones, producto del desperdicio de flor y sobrecostos logísticos.

La producción cosechada se mantiene relativamente estable en el campo (las plantas siguen su ciclo), pero la producción exportable se redujo por las restricciones de movilidad. “Estimamos una afectación operativa al 70 % de la producción, ya que la mayoría se concentra en las zonas con más cierres (Cayambe, Pedro Moncayo, Imbabura)”.

Y reitera que las movilizaciones también han afectado para la producción de San Valentín, que exige podas, nutrición, curvas de corte, que algunas fincas ya no pudieron hacer por lo que se perderán la temporada más esperada del año, la cual representa cerca del 30 % de sus ventas anuales.

Para el gremio , la prioridad ha sido sostener el empleo y que no hay procesos de despido masivo derivados de las movilizaciones. “Pero si la situación continúa, ese escenario podría cambiar, por ello hacemos un llamado a promover un diálogo responsable que devuelva la paz y la productividad al país”.

Comercio en Ibarra

Mientras, el comercio de Ibarra ha dejado de funcionar el 80 %, de acuerdo con datos del Municipio citados por Aguilar, y en otros cantones como Antonio Ante, Cotacachi y Atuntaqui, al 100 %.

En cuanto al tema de la agricultura, dice que en Cotacachi, Atuntaqui y Otavalo para la actividad hay un cierre total, mientras que para Ibarra, Urcuquí y Pimampiro, al 50 %.

Asimismo, comenta que de alguna manera han sido asistidos por la vía que ha estado abierta de Ibarra-Lita-San Lorenzo-Esmeraldas y les ha permitido abastecerse en algo de gas, combustible y alimentos de primera necesidad no perecederos, porque en el caso de los perecibles, las perchas de los almacenes están vacías.

Cuenta que Selva Alegre dejó de operar de manera temporal porque no puede producir tras dejar de recibir los suministros y las pérdidas ascienden a $ 14 millones. Y que en el feriado, Atuntaqui, en el sistema de provisión y venta de artículos de textilería y manufacturera, dejó de percibir $ 5 millones.

En la provincia, el sector hotelero, alimentos y bebidas dejó de percibir $ 1 millón diario, es decir, en los cuatro días de feriado fueron $ 4 millones. “Y si es que no hay solución a esto, la pérdida sería igual de $ 4 millones en el próximo feriado” de noviembre.

Dice que las pérdidas reportadas no se pueden recuperar y que el tema de la reactivación es otro capítulo. Incluso conoce que gente de Otavalo piensa emigrar, porque cada tres años ocurre lo mismo en cuanto a las movilizaciones.

Pagos vencidos

Ante la situación, los socios de la Cámara no han podido cumplir con varias obligaciones. “Un mes cerrado, no hay dinero para pagar al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), sueldos, obligaciones con el sistema financiero, es decir, toda la cadena de pagos se ha roto, está interrumpida”.

Ahora esperan “con una angustia enorme” que el Gobierno se defina. “O vuelve a las mesas de diálogo, como parece que no es esa la decisión, o, la otra alternativa, abre la E35 como sea, porque ya no podemos permanecer aislados más tiempo, hay mucha desesperanza, hay angustia en la población. Varios hoteles de aquí de Ibarra están cerrando sus puertas definitivamente e igualmente varios negocios”.

Cámaras de comercio, de turismo, de construcción, transportistas, empresas se han reunido para proponer que al menos por seis meses en la provincia de Imbabura se reduzca el impuesto al valor agregado (IVA) al 8 %. “Esa es la única alternativa para poder reactivarnos. De otra manera, con paliativos no vamos a poder reactivarnos”.

También esperan que el sector financiero reprograme el pago de las deudas, como ocurrió en la pandemia. “No hay de dónde pagar, no es mala voluntad, existe imposibilidad real y física de pagar, porque no hay el dinero”.

Al Gobierno también pide que se asignen $ 50 millones a BanEcuador en Imbabura para entregar créditos y de una manera flexible. “Es fácil anunciar créditos, pero si es que no está capitalizado el banco, simplemente no hay los créditos, porque si le van a pedir al cliente que demuestre que tiene solvencia, no va a haber ningún solvente aquí en Imbabura, porque todos estamos este rato con cuentas pendientes de pagar”, afirma.

Fuente: El Universo

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