La violencia armada, la destrucción ambiental y control social y político que ejecutarían grupos irregulares son amenazas para la Amazonía en territorios de Ecuador, Perú y Colombia.
Así lo revela la investigación En las sombras del Estado, de Amazon Underwold y Amazon Watch. El informe pone en evidencia la operación de grupos armados, como Comandos de la Frontera, Los Choneros y Los Lobos, que manejan espacios para el narcotráfico y minería ilegal, mientras generan desplazamientos forzados y cometen ataques a fuerzas armadas.
Raphael Hoetmer, director del Programa de Amazonía Occidental en Amazon Watch y asociado al Transnational Institute, habla de los hallazgos de este estudio, que contó con la participación de siete periodistas e investigadores. Tuvo nueve meses de visitas de campo y más de setenta entrevistas con distintos actores implicados, así como revisión de documentos.
¿Qué detectaron de la operación de los grupos irregulares?
El informe trata de analizar las economías ilícitas y que la presencia de actores armados está teniendo un impacto en la Amazonía y las poblaciones locales, y cómo esto ha generado la instalación de una suerte de gobernanza criminal en la cual son las economías ilícitas las que están afectando todas las dinámicas en territorio. En un lado, el control armado y violencia; y del otro lado, una presencia fuerte de los territorios. Estos grupos han ido escalando y amplificando su presencia. Los Comandos de la Frontera resultan ser el actor con la presencia geográfica más amplia, que incluye Perú, Ecuador y Putumayo (Colombia), que es como su base histórica. Pero también los grupos ecuatorianos han consolidado su presencia mucho en el país y se registran incursiones de Los Choneros al territorio colombiano… No se determinan tanto por las fronteras, más bien por redes económicas que generan desde los territorios.
¿De qué manera estas acciones afectan a la Amazonía?
El impacto de las economías ilícitas y el control sobre el territorio en los últimos años se ha consolidado y profundizado mucho. Hubo un periodo del acuerdo de paz en 2016 en Colombia: la violencia bajó, hubo esperanza, pero más bien lo que sucedió es que hubo un vacío de poder que luego fue llenado por distintos grupos armados, disidencias de las FARC, Comandos de la Frontera, y se ha sumado la dinámica de las economías ilícitas y la violencia en Ecuador. Entonces, hoy las poblaciones están sujetas a una gobernanza criminal que constituye un control casi total del territorio, de economías y fuerte influencia sobre los sistemas estatales y políticos locales.
¿De qué manera esos grupos generan gobernanza?
Tiene que ver con mucha presencia en los territorios. En el caso de los Comandos de la Frontera, el reclutamiento es básicamente local; tienes mucha presencia en las comunidades, cierta legitimidad en ciertas comunidades, pero también una presencia coercitiva, represiva constante que condiciona a las instituciones comunitarias locales. De alguna manera llenan el vacío que ha dejado el Estado, porque proveen ciertos servicios y funciones que el Estado no está dando, como la seguridad, por ejemplo.
Es una organización armada que tiene unos 2.000, 3.000 integrantes armados, que vigila el territorio, hace retenes, que está presente. Es una combinación de distintas formas, que han logrado una instalación de un régimen local de poder bastante omnipresente. Quienes no quieren colaborar, quienes no cumplen reglas pueden correr peligro y ser desplazados. Al contrario de las FARC, por ejemplo, se ven ellos mismos como una corporación dedicada a estas economías, pagan a sus integrantes…
¿Qué otras conclusiones han determinado con el estudio?
Que los esfuerzos para contestar y contener a la expansión de estas economías muchas veces son muy sesgados por los enfoques represivos y militaristas que (…) deben ser parte seguramente de la estrategia, pero, si no vienen acompañados por una presencia estatal mucho más continua, sólida, que ofrece servicios a las poblaciones, que ofrece oportunidades económicas a las poblaciones y que refuerza la gobernanza de las comunidades y los territorios, están destinados al fracaso. Estas economías están convirtiéndose quizás en la amenaza principal sobre la Amazonía, porque están atacando justamente a zonas de alta biodiversidad, de gran importancia para la regulación del clima global y que han sido relativamente bien conservadas hasta ahora.
¿Por qué se considera a la militarización como fracaso?
El problema es que en zonas donde no hay oportunidades económicas hay una gran dependencia de estas economías sistemáticas. Cuando uno llega con enfoques militaristas, como ha pasado históricamente en Colombia, como el Plan Colombia, esto suele llevar más bien a niveles de violencia mayor. Además, las Fuerzas Armadas están preparadas para llevar adelante guerras y no necesariamente implementar estrategias de seguridad integrales en los territorios. Si bien se necesitan elementos de fuerzas para contener esas actividades, si vienen solos, sin un enfoque de derechos y oportunidades, se puede ver que las operaciones militares no logran controlar a las ilícitas. Las negociaciones de paz son un camino importante.
¿Se puede considerar necesaria la cooperación internacional?
Creo que eso es muy importante. Si bien hay iniciativas de mayor cooperación entre los países, aún hay mucho por hacer. Hay que entender que las dinámicas de violencia y de guerra en la Amazonía tienen causas globales. A fin de cuentas, la cocaína y el oro son exportados a los EE. UU., Canadá, Suiza… Obviamente, la comunidad internacional tiene una responsabilidad aquí y tiene que respaldar a los países amazónicos.
(…) Hay necesidad de implementar de forma mucho más consistente los sistemas de protección de defensores que existe en Colombia. En Ecuador no existe en realidad una política que permita que las personas que defienden los derechos de sus territorios y de sus poblaciones sean acogidas y protegidas por el Estado; y, del mismo modo, también fortalecer, acompañar y potenciar a la gobernanza territorial…
Que EE. UU. y Ecuador declaren terroristas a estos grupos, ¿qué tan importante es para prevenir la afectación a la Amazonía?
Este tipo de declaraciones muchas veces son más para las noticias… Se necesita tener mayores capacidades de investigación, de persecución de las actividades delictivas en los territorios, atender a las causas de fondo en los territorios de una forma mucho más integral. (I)
Fuente: El Universo