El presidente electo Daniel Noboa Azín anunció en estos días parte de su frente económico y serán mujeres jóvenes las que manejen dos de los ministerios más importantes, como Economía y Finanzas, a cargo de Sariha Moya, y Andrea Arrobo para la cartera de Energía, que ahora enfrenta los apagones.
Sus nombres poco conocidos son considerados por analistas económicos como positivos, por el tema de juventud y una suerte de oxigenación que se podría percibir, pero sí generan dudas por una posible falta de experiencia, peso para negociación y conocimiento para el manejo de lo público.
Sariha Moya, quien será ministra de Finanzas, tiene 35 años y dos posgrados en Europa: uno en Economía y otro en Gestión, ha trabajado en el sector público desde el 2016 en diferentes posiciones de mandos medios. Andrea Arrobo tiene 33 años y una maestría en Organizaciones Internacionales y Cooperación Internacional de la Universidad de Barcelona. Desarrolladora de negocios de hidrógeno de Francia, en la empresa HDF Energy.
Para el exministro de Economía Mauricio Pozo, es positivo un Gobierno joven. “Esto es refrescante, da energía y creatividad, da una visión distinta de los temas en algunos ámbitos”, indica. Sin embargo, le parece que el sector público requiere también un poco de experiencia de lo que se puede y no se puede hacer.
Asegura que en lo que a él corresponde, no conoce a estas personas y, por ende, no sabe cuál será su línea. Adicionalmente, considera que el perfil del ministro o ministra de Economía y Finanzas debe tener varias aristas. Por un lado, conocer de economía y entender cómo funcionan las cosas en el sector público, pero también una capacidad de negociación con los diversos sectores: empresarial, gremial, políticos, la Asamblea.
También se necesita un perfil de facilidad de comunicación y esto es saber vender las medidas que adopta. Explica que sobre estos otros requisitos no se conoce si los tienen o no. Recuerda que cuando él ocupó esa cartera, primero a los 40 años en el gobierno de Lucio Gutiérrez y luego a los 60 años en el de Lenín Moreno, sintió que tuvo mucho mayor espacio para la negociación “por mis canas”, comenta.
En un criterio similar, Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, considera que estas dos profesionales jóvenes no han tenido exposición mediática y por tanto no conoce sus logros. De acuerdo con sus hojas de vida, sostiene que se puede decir que sí tienen los conocimientos, pero no se sabe si también tienen la habilidad para la gestión en el sector público. “La gestión es una de las grandes dificultades, hay que saber cómo se mueven los hilos en el sector público. Esa fue una de las grandes falencias del gobierno de Guillermo Lasso”.
Comenta que según el currículum de Sariha Moya, sí ha tenido actividad en el sector público. Explica que en el año y medio de Gobierno no hay tiempo para pasar por una curva de aprendizaje.
Tanto Acosta como Pozo esperan que a ambas funcionarias les vaya muy bien en sus respectivos cargos, pues esto permitirá que el país también tenga buenos resultados
Y más allá de los nombres propuestos, tienen ciertos reparos sobre los primeros anuncios que ha hecho el presidente electo Daniel Noboa Azín en el tema económico.
Pozo explica que Noboa ha hablado de un impuesto al valor agregado (IVA) diferenciado. Pero en este tema hay suficiente experiencia sobre que no es conveniente, pues genera distorsiones y tensión política. Un sector como la agricultura puede decir por qué se le baja a la construcción y no a la agricultura si tiene más peso en la economía. Explica que si se quiere estimular la economía, se debe apuntar al origen del problema, que no sería exactamente el IVA. Se deben buscar las soluciones vía mayor financiamiento, mejora en la capacidad de financiar proyectos, más certidumbre de costos de insumos importados. Considera que el IVA en Ecuador es uno de los más bajos de la región.
Para Pozo, el tema de la reforma tributaria, donde estará justamente lo del IVA, buscaría según la mirada de Noboa reanimar el tema empresarial y no perseguiría ingresos fiscales. Sin embargo, considera que esta sería una lectura demasiado empresarial de la realidad, y que es importante la parte macroeconómica. Sobre la posibilidad de que los multilaterales puedan entregar un préstamo puente, asegura que esto solo se logrará si hay un plan sostenible en el tiempo.
Acosta Burneo reconoce que el presidente electo ha aclarado que no se subirán impuestos, lo cual es positivo; sin embargo, una reforma que solo reduzca los ingresos no es viable en un Estado quebrado. Tiene que financiarse o compensarse la baja de recursos, más aún en un país que podría terminar con un déficit de casi $ 5.000 millones, comenta. En este sentido, dice que el Gobierno debe apuntar a la reducción de gasto corriente.
El mencionado préstamo puente, dice Acosta Burneo, serviría para cerrar la necesidad de financiamiento de este año, pero no para compensar la baja de impuestos. (I)
