Manabí enfrenta una escalada de violencia sin precedentes en 2025 y en Manta se localiza en el centro de estos hechos.
Tras la captura del cabecilla de Los Choneros, Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el 25 de junio pasado, y el asesinato de Leonardo Briones Chiquito, alias Mexicano, el 16 de julio, las muertes violentas en el distrito Manta, que comprende también Montecristi y Jaramijó, se dispararon.
En solo dos meses, desde finales de junio hasta lo que va de agosto, se han registrado 118 homicidios. Mientras que antes, de enero al 25 de junio, se habían registrado 225 crímenes.
Estas estadísticas elevan la cifra de muertes violentas a 344 en tan solo ocho meses hasta el 4 de septiembre, superando las registradas en todo 2024 (331).
El aumento de asesinatos y masacres ha sido notable. Antes de la captura de Fito y el crimen de alias Mexicano, el promedio de muertes violentas era de 35 cada mes. Solo hubo un pico en enero (54), mientras que julio fue el mes más violento con 55 asesinatos.
Ambos hechos desataron una pugna por el poder en Manabí, afirma la Policía.
“Como usted conoce, ya extraditaron a Fito. Y eso quedó allí, todavía no se posesionan quienes van a ser los cabecillas. También con la muerte de alias Mexicano, que era un financista fuerte de Los Lobos, se ha desatado una disputa entre los GDO”, explicó Vladimir Acurio, jefe de la Policía en la subzona Manabí.
“Entonces, esas son unas de las razones por las que la violencia criminal se ha incrementado en la provincia ”, agregó el servidor policial.
Según Acurio, la Policía, a través de su Departamento de Análisis de la Información (DAI), recopila datos y georreferencia delitos para identificar “puntos calientes” en Manta y Portoviejo, las ciudades con más muertes violentas en Manabí y donde se concentra la disputa entre ambas bandas.
“Esa información es procesada, y nosotros, después del análisis, georreferenciamos el delito. Este enfoque permite planificar operativos en zonas críticas”, afirmó.
El oficial señaló que hay una pelea entre grupos delictivos por las rutas de la droga en el perfil costanero de Manabí.
“En Colombia existe un incremento de la producción de drogas que llega a Ecuador por fronteras como Sucumbíos, San Lorenzo y Carchi. Las sustancias se trasladan por carreteras y se esconden en puertos para contaminar buques o salir en lanchas rápidas. Esta dinámica intensifica las disputas territoriales entre grupos como Los Lobos y Los Choneros, considerados terroristas en Ecuador”, detalló el jefe policial.
De esta forma, el aumento de la violencia en Manabí es notable. En 2024, de enero a agosto se habían registrado 523 muertes violentas. Mientras que este año, en esas mismas fechas, ya van 796, muy cerca de las 856 que se contabilizaron durante todo el año pasado.
| Distrito | 2024 | 2025 |
|---|---|---|
| Manta | 192 | 331 |
| Portoviejo | 158 | 227 |
| Sucre | 30 | 48 |
| Jipijapa | 21 | 35 |
| El Carmen | 25 | 30 |
| Chone | 20 | 28 |
| 24 de Mayo | 15 | 23 |
| Pedernales | 25 | 23 |
| Rocafuerte | 20 | 21 |
| Bolívar | 6 | 13 |
| Junín | 8 | 9 |
| <b>Total</b> | 523 | 796 |
Carlos Castillo, uno de los jefes policiales de Manta, indicó que la Policía maneja varias hipótesis que explicarían el aumento de los crímenes. La principal es la disputa entre bandas.
Otro factor que influye son los decomisos de drogas. “Cada vez que se ejecuta una incautación, que es una afectación a las economías ilegales, obviamente genera una reacción por parte de las organizaciones y se producen hechos violentos”, expresó.
Castillo agregó que el incremento no se da solamente en Manta, sino a nivel nacional, y que existen varias circunstancias. “Estas estructuras se manejan a través de economías ilegales y, cada vez que se ven afectadas, hay reacciones por parte de ellas”, manifestó.
Jorge Villacreses, experto en seguridad, señaló que el incremento de muertes violentas en las provincias costeras, no solo Manabí sino también Esmeraldas, El Oro y Guayas, es atribuido a la fragmentación de grupos delictivos tras la ausencia de sus principales cabecillas.
Según Villacreses, la caída de las cabecillas ha generado nuevos liderazgos y facciones que luchan por el control de territorios estratégicos, especialmente aquellos cercanos a los puertos, utilizados para el traslado de sustancias ilícitas.
“Es una realidad que los grupos delictivos se están dividiendo. Al no estar las cabecillas principales, se crean nuevos liderazgos y grupos que se pelean por territorios, lo que explica el aumento de la violencia en estas provincias”, señaló.
El experto destacó un cambio en la naturaleza de los asesinatos: “Antes, las muertes eran selectivas, pero ahora los gatilleros, muchos de ellos jóvenes reclutados por falta de oportunidades laborales, atacan sin precisión. No tienen la capacidad logística para usar armas de manera selectiva, por lo que matan a todos los presentes en lugares como bares o centros nocturnos”. (I)
Fuente: El Universo