La sala de hospitalización de endocrinología del hospital Los Ceibos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) pasó de ser un lugar tenso y silencioso a llenarse de alegría, sonrisas compartidas y una galería de retratos.
Este espacio fue concebido por uno de los pacientes, el artista Wilson Suárez, mientras estuvo allí hospitalizado.
Esta particular experiencia ocurrió cuando Wilson, quien padece discapacidad auditiva y también de habla, subió al piso luego de haber estado en el área de terapia intensiva del hospital, desde inicios de agosto a causa de una cetoacidosis diabética.
Esta es una complicación grave que ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina y quema grasa en su lugar, produciendo cetonas, que acidifican la sangre.
Wilson llegó descompensado totalmente. Estuvo postrado en cama, con fiebre, malestar, vómito y respiración acelerada y profunda. Además, con un cuadro de neumonía.
El doctor Carlos Solís, jefe de endocrinología del hospital Los Ceibos, explicó que el paciente es dependiente de la insulina y que no se la había aplicado por un mes, por lo que se dio el quebranto en su salud.
Sin embargo, al estar hospitalizado, todos se llevaron una gran sorpresa con el talento que mostró, pese a padecer de discapacidad y la enfermedad que cursaba en el sanatorio.

En una de las guardias, la doctora Cristina Moreno se dio cuenta de que Wilson estaba dibujando a su compañero de cuarto en una libreta pequeña. “Se hizo bien amigo del otro paciente que tenía el mismo problema de salud. La mamá de este chico lo ayudaba a Wilson para comer, le recibía los alimentos, ella lo ayudaba a comer cuando su familia no estaba, lo ayudaron a comunicarse mejor”, comentó ella.
Médicos indicaron que la mamá de su compañero de sala le fue a comprar los materiales para que Wilson siga dibujando y anime con su arte a más personas en su recuperación.
Es así que pintó a sus compañeros de sala, a una doctora y otros más en sus más de catorce días de hospitalización.
Este guayaquileño tiene 30 de sus 40 años pintando y dibujando. En 2016 realizó su primera exposición de arte, “Experiencias sensoriales”, como pintor autodidacta y trabajaba como pintor en el Malecón Simón Bolívar, pero por sus complicaciones de salud no puede ir de manera frecuente.
“Me inspiró dibujar porque la gente vio mi talento y le gustó cómo realicé a la doctora, a su familia y a un paciente”, recordó él, por medio de mensajes de texto.
Wilson busca recuperarse por completo para impulsar su arte y fomentar el lenguaje de señas para más personas. “No cuento con ninguna ayuda por medio de una fundación, me gustaría que me ayuden”, dijo Wilson luego de recibir el alta del hospital del IESS, el 14 de agosto anterior.
Médicos indicaron que no habían tenido una experiencia así con algún paciente, por lo que lo invitaron a regresar a la atención, a sus controles y a que siga mostrando su arte.
Fuente: El Universo