El Tottenham por su parte esperaba su momento. Aït-Nouri, lateral izquierdo del City, tuvo que retirarse por lesión y Aké entró en su lugar. Thomas Frank olió la sangre y pidió a su equipo que insistiera en atacar por su banda derecha y así llegó el primer gol. Pase largo de Porro para Sarr, que descargó con la cabeza para Richarlison. El brasileño llegó hasta el área, y vio la llegada de Brennan Johnson. El galés no falló, y aunque hubo suspense por un posible fuera de juego de Richarlison, finalmente el gol subió al marcador.
El gol sacó a la superficie la baja intensidad que tenía el City, que no fue capaz de reaccionar tras el gol. Reijnders y Cherki estuvieron desaparecidos durante todo el partido, sin poder entrar demasiado en la creación del juego, pero al menos no tuvieron errores grotescos como Trafford. El portero inglés, recién fichado por 30 millones de libras y que sustituye a Ederson, regaló la pelota a Richarlison en un saque de puerta y aunque el brasileño no acertó a marcar, Palhinha cazó el rechace y puso el segundo para el Tottenham.
La segunda parte tuvo la misma dinámica, y ni siquiera la entrada deFoden y Rodri cambió lo más mínimo el flujo del partido. Los pupilos de Pep no tuvieron la intensidad ni la puntería necesaria para acercarse al Tottenham, y el partido llegó a su final sin mayores complicaciones para los londinenses.
Este resultado presenta al Tottenham como un serio candidato a la Premier League, con un juego directo, efectivo y sólido en defensa. En el lado azul de Manchester hay mucho trabajo por delante, y Pep debe acoplar a los nuevos jugadores a su sistema de juego. Y a Trafford le tiene que recordar que si no hay nadie libre, patadón arriba.
Vía diario as