El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada del Ecuador (Inocar) canceló la alerta de tsunami que se mantenía vigente para el territorio continental e insular, tras el fuerte sismo de magnitud 8.7 registrado la noche del lunes en Rusia.
La decisión se tomó luego de evaluar el comportamiento del mar en las últimas horas. Según el informe oficial del Inocar, las perturbaciones fueron mínimas y ya no hay amenaza para las costas ecuatorianas.
“Basados en todos los datos disponibles, se procede a cancelar el estado de alerta para las costas continental e insular nacional”, indicó la entidad en un comunicado.
Durante la mañana, las autoridades esperaban que en la región insular —específicamente en Galápagos— las olas alcanzaran hasta 1,5 metros de altura. Sin embargo, el nivel máximo registrado fue de 1,3 metros, sin provocar daños ni emergencias graves.
En la costa continental, las olas llegaron con menos intensidad: las primeras alcanzaron apenas los 30 centímetros, muy por debajo de los 100 cm previstos.
Como medida preventiva, se había suspendido temporalmente la operación de vuelos hacia Galápagos y restringido el acceso a playas y actividades marítimas en ciudades costeras como Manta, Esmeraldas y Atacames. Además, se suspendieron clases presenciales en algunas instituciones educativas y se activaron protocolos de monitoreo y respuesta en conjunto con las autoridades locales.
En horas de la tarde, con el cese de la alerta, se reanudaron los vuelos desde Guayaquil a Baltra y San Cristóbal, y la población evacuada en algunas zonas de Galápagos regresó a sus viviendas.
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) y la Secretaría de Gestión de Riesgos destacaron la importancia del monitoreo temprano y de los simulacros realizados previamente en el país, que permitieron actuar con rapidez y coordinación ante esta eventualidad.
KG