‘Guayaquil de mis amores’, letra e historia de una canción icónica de las fiestas julianas

«Tu eres perla que surgiste del mas grande e ignoto mar, y si al son de su arrullar en jardín te convertiste», así comienza uno de los himnos no oficiales de la Perla del Pacífico ‘Guayaquil de mis amores’, que suena más fuerte durante las fiestas julianas que celebra la ciudad.

La canción ‘Guayaquil de mis amores’, cuya letra fue escrita por Lauro Dávila y la música fue obra del compositor Nicasio Safadi, fue interpretada por varios artistas, pero en la memoria colectiva suena la voz del inigualable Julio Jaramillo, el Ruiseñor de América.

Se conoce que la primera versión de ‘Guayaquil de mis amores’ se grabó en el año 1930, en un estudio de Nueva York, Estados Unidos, con las voces de Ibáñez Mora y Nicasio Safadi. Un hecho histórico para la música ecuatoriana.

La canción es un pasillo, un género considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, entidad que confirma su aparición en el Ecuador en el siglo XIX y que lo describe como un género bailable.

Lo detalla como una «fusión entre diversas músicas indígenas –por ejemplo, el yaraví– y europeas, en particular el vals, el minué y el bolero español. (…) Emanación de una cultura urbana dinámica y en constante evolución, la música de la danza la interpretan solistas, dúos, tríos y orquestas con guitarras acompañadas por un requinto en muchos casos».

«El pasillo es un auténtico poema musical», resalta la UNESCO, y pese a los años, la canción ‘Guayaquil de mis amores’ continúa vigente y es cantada por todas las generaciones.

Letra de ‘Guayaquil de mis amores’
Tu eres perla que surgiste

del mas grande e ignoto mar,

y si al son de su arrullar

en jardín te convertiste;

soberana en sus empeños

nuestro Dios formo un pensil

con tus bellas Guayaquil;

Guayaquil de mis ensueños.

Si a tus rubias y morenas,

que enloquecen de pasión

les palpita el corazón

que mitiga negras penas

con sus ojos verdes mares

o de negro anochecer,

siempre imponen su querer.

Guayaquil de mis cantares.

Porque tienes las princesas

que fascinan al mirar

y que embriagan al besar

con sus labios de cerezas,

te reclamo las dulzuras

con que anhelo yo vivir,

para nunca mas sufrir;

para nunca mas sufrir;

Guayaquil de mis ternuras.

Y al mirar sus verdes ojos

donde mi alma anhela estar

prisionero cual el mar

o al hundirme ya, de hinojos,

en las noches con fulgores

que sus ojos negros son,

te dirá mi corazón:

Guayaquil de mis amores…

Fuente: Primicias

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