México está comprometido con Estados Unidos a recibir a los migrantes indocumentados y entregarlos a las autoridades de sus países de origen.
Las cifras difieren, pero medios internacionales reportan que entre 5 y 7 mil migrantes están marchando desde Tapachula, en el estado de Chiapas, en la frontera sur mexicana, con la esperanza de llegar a la región fronteriza norte con Estados Unidos.
Son migrantes de Centroamérica, Venezuela, Cuba y Haití que iniciaron el viaje el lunes después de sentirse frustrados por los largos tiempos de espera que estaba tomando el gobierno mexicano para procesar sus solicitudes de visa de refugiado o de salida en el principal centro de procesamiento de inmigración en la ciudad de Tapachula, Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala.
El Instituto Nacional de Migración de México, que tiene la tarea de aprobar o rechazar las solicitudes, ha vuelto a recibir solicitudes y allí los inmigrantes normalmente esperan semanas o meses para legalizar su estatus, lo que les permite trabajar y moverse libremente en el país.
Con sus equipajes y niños en hombros o en coches, los extranjeros procedentes de diferentes países salieron al amanecer y recorrieron 15 km hasta la comunidad de Viva México, en Tapachula (frontera con Guatemala), puerta de entrada de cientos de miles de migrantes que escapan de la violencia y la pobreza. Muchos pasan allí semanas esperando por esos documentos.
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“Queremos permisos. La contención que venden es nuestra muerte”, se leía en una pancarta extendida al frente de la caravana, en referencia al endurecimiento de las medidas en Estados Unidos y México para frenar la migración irregular.
Washington acordó recientemente con el gobierno de Venezuela un plan para deportar a ciudadanos de ese país que hayan ingresado ilegalmente después del 31 de julio. En tanto, México se comprometió con Estados Unidos a recibir a los migrantes indocumentados y entregarlos a las autoridades de sus países de origen.
“No hay fuentes de empleo, las pandillas lo atemorizan a uno, y por eso uno toma la decisión de salir con su familia de nuestro país para ver si logramos (…) el sueño americano”, dijo a la AFP el hondureño Mateo Amaya.
“Está duro allá (…), no hay trabajo, no hay nada, por eso decidí mejor darle para arriba”, añadió su compatriota Yolanda Morales en medio de la multitud en la que sobresalía una cruz.
“Las rentas están muy caras, mucha gente está en situación de calle, tienen que decidir si rentan un cuarto o comen, y los días avanzan”, declaró a la prensa el activista mexicano Irineo Mujica, uno de los organizadores de la movilización.
Además, “el crimen organizado está encima de los migrantes, por eso con esta movilización estamos tratando de salvar vidas y que los migrantes no sean secuestrados”, añadió.
En meses recientes hubo marchas similares en Chiapas, pero se disolvieron a medida que las autoridades migratorias entregaron permisos de tránsito a los migrantes en puntos intermedios. (I)