Macri volverá a hablar este domingo, se consolida el pacto con Milei y se rompe más una oposición rota

¿Se puede romper algo que ya estaba roto? Juntos por el Cambio y el PRO demuestran en estas horas que es posible. Las durísimas declaraciones de Mauricio Macri para justificar su pacto con Javier Milei hicieron estallar definitivamente al partido que fundó en 2005 y a la coalición que armó en 2015 con la UCR y la Coalición Cívica, que, en realidad, ya habían detonado cuando el martes pasado salió a la luz esa negociación secreta e inconsulta que tuvo en su casa con el candidato libertario.

El 27 de marzo pasado, cuando renunció a la candidatura presidencial, el ex mandatario difundió un mensaje en el que rechazó los “liderazgos paternalistas” y resaltó “la importancia de los equipos” para explicar el porqué de su gesto. Son definiciones que resuenan de otra manera tras su decisión de avanzar hacia un acuerdo con Milei como si fuera el único dueño de las franquicias opositoras.

Lo que queda en claro que desde entonces demostró que había abandonado la idea de postularse para la Presidencia, pero que no resignó un centímetro de su voluntad de seguir manejando los hilos de la oposición, o al menos de una parte de ella. Macri volvió a cobrar centralidad, no ya como candidato sino como el inspirador y gestor de una nueva alianza opositora hecha a su antojo. Y, de paso, como el inventor de una nueva grieta: el que no comparte su pacto con el libertario, según la simplificación que le da sustento al entendimiento, es porque apoya al kirchnerismo.
Por esas vueltas de la vida, cuando la mayoría de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio le bloqueó el ingreso a Milei a la coalición, el 28 de abril de 2022, fue Patricia Bullrich quien criticó a sus pares porque “las decisiones tienen que ser más abiertas y más democráticas, no impulsivas”. Hoy, tras haberse quejado durante la campaña por los coqueteos del ex presidente hacia Milei, la ex candidata de JxC se abrazó a Macri para acordar con el líder de La Libertad Avanza e incluso anunció su resolución “a título personal” y, a la vez, arrogándose la representación de todos sus votantes.

Macri no disimuló su falta de empatía con sus socios de Juntos por el Cambio. La última reunión de la Mesa Nacional a la que asistió fue justamente aquella del 28 de abril de 2022 en que le cerraron las puertas a Milei y 10 días después, en un almuerzo de líderes del PRO en Puerto Madero, el ex presidente reclamó que el partido “no se deje manejar por la UCR en el Congreso, como sucedió en las últimas votaciones” (en alusión al proyecto que fijaba el marco regulatorio del cannabis medicinal) e incluso advirtió: “Tenemos que diferenciarnos y no seguir cayendo en la trampa del radicalismo”.

El problema es que Juntos por el Cambio, de todas formas, hacía bastante que no funcionaba como una coalición política sino como una sigla unida por la expectativa de volver al poder. Aún sin Macri, la conducción nacional de JxC tampoco tuvo una gran actividad: la última reunión se hizo hace largos 8 meses y, al calor de la pelea entre Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, la titular del PRO elaboró sus propuestas de gobierno en forma autónoma del resto de aliados de la coalición. Hubo que redactar un “manual de convivencia” para resolver sus diferencias, pero se cumplió casi nada.

Después se agudizó la interna feroz entre Bullrich y Larreta, matizada por la influencia permanente de Macri, inclinando la cancha en favor de la ex ministra de Seguridad. O del propio Milei, como sucedió el 12 de abril pasado, en que le dio una entidad inusitada al diputado libertario al vaticinar ante empresarios del círculo rojo: “Vamos a ir a la segunda vuelta contra esta nueva expresión más liberal, más rupturista, de más enojo con la frustración que se arrastra durante décadas”.

Los guiños de Macri al candidato de La Libertad Avanza aparecieron la misma noche de las PASO, cuando lo felicitó y lo elogió en el escenario del búnker de JxC. Y las sospechas reaparecieron luego de que no descartó inmediatamente la propuesta de Milei de ofrecerle un cargo en su gobierno. La sensación de un acuerdo fue tanta que hasta Bullrich se enojó con él cuando el ex presidente, en su encuentro con estudiantes de Harvard, pidió que los diputados de su coalición apoyen las reformas impulsadas por el economista si finalmente La Libertad Avanza ganaba las elecciones.

La dura derrota de Bullrich en las elecciones generales, donde quedó tercera con el 23,83% de los votos, precipitó el final de Juntos por el Cambio. El titular de la UCR, Gerardo Morales, se quedó rezagado en el escenario y bajó antes de tiempo, molesto porque la candidata presidencial no había cumplido con su pedido de no criticar a Sergio Massa (con quien se había sacado una foto en plena campaña durante un acto del Gobierno). Dos días después de la debacle electoral, en secreto, Macri recibió a Milei en su casa de Acassuso para cerrar el pacto político, que incluyó la reconciliación con Bullrich luego de que la acusó de “montonera asesina” y de haber puesto bombas en jardines de infantes. Apenas 48 horas después, Luis Petri, el candidato a vicepresidente de JxC, dijo algo que no dejó muy bien parado al fundador del PRO: “Todos sabían que Mauricio hablaba con Milei”.

Fue extraño que Milei haya aceptado ir a la casa de Macri, en un claro reconocimiento de su liderazgo, pero también que el ex presidente haya invitado a Cristian Ritondo y Diego Santilli a visitarlo a las 23.30 para un encuentro de urgencia sin avisarles que iba a estar presente el candidato libertario. Al día siguiente a las 11 estaba convocada una cumbre del PRO que ya había sido postergada y que se suspendió para convocar a una conferencia de prensa de Bullrich donde anunciaría su apoyo a Milei.

Pero la presión de sus pares hizo que, antes de la rueda de prensa, Bullrich recibiera a un grupo de dirigentes del PRO: allí, como anticipó Infobae, el ex presidente y la ex candidata hablaron durante media hora sobre la necesidad de fijar una postura ante el balotaje, pero sin mencionar lo que todos habían leído en los diarios: el encuentro secreto con Milei. El polémico tema apareció recién a partir de una pregunta de Jorge Macri que tensó el ambiente: “¿Ustedes se reunieron o no con Milei?”.

Sólo en ese momento Macri y Bullrich lo admitieron, sin dar muchos detalles, y lo justificaron como una estrategia para evitar la continuidad del kirchnerismo. En un clima de tirantez, Larreta expresó sus diferencias con Milei y con Massa y le pidió a Bullrich que en la conferencia de prensa aclarara que su apoyo al libertario era a título personal. Enseguida estalló Ignacio Torres, el gobernador electo de Chubut: “Recién me entero de la reunión con Milei. Quiero saber por qué estamos deliberando sobre algo que ya tienen decidido”, se quejó. “Fue algo informal”, le contestó Bullrich, incómoda.

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