Los errores de la derecha podrían abrir el camino al correato en 2025

Por 3,66 puntos de diferencia, esta vez, la derecha le ganó a la izquierda, o más bien dicho al correísmo; 1,06 % menos de la cifra con la que Guillermo Lasso obtuvo la banda presidencial en 2021. Académicos consultados por este Diario creen que la captación de votos en segunda vuelta seguirá disminuyendo para quien represente a la derecha, si sus regímenes siguen fracasando.
Para Hernán Reyes, sociólogo especialista en Estudios Culturales Latinoamericanos y catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), solo el apoyo que la Revolución Ciudadana (RC) consigue en las primeras vueltas electorales presidenciales proviene del voto duro. Esto, a su criterio, correspondería al aún fuerte liderazgo del exmandatario Rafael Correa y a la estructura consolidada del movimiento político. Pero “Daniel Noboa no (tuvo ese voto duro), ni en la primera ni en la segunda vuelta”.
Los votos que consiguió Noboa, según Reyes, son el resultado de una aglutinación producto de una serie de factores, como el no haber estado bajo los reflectores ni haberse visibilizado como confrontador; además, concentraría una parte del voto antipolítico. A esto, David Chávez, sociólogo, politólogo y catedrático de la Universidad Central del Ecuador, agrega que fue el seleccionado de último momento.
En esto difiere Sofía Merino, asesora de Estrategia y Comunicación Política y coordinadora de la maestría de Comunicación Política de la Universidad Hemisferios. Para ella, los votos que captó en la primera vuelta son de él, ya que los crea bajo su propio discurso (renovación, esperanza y propuesta de oportunidades) y también a través de la cultura que generó en redes.

Sin embargo, en el balotaje, el 28,36 % de los 5’245.518 votos con los que Noboa obtuvo su pase a Carondelet provendría del anticorreísmo y de la fuerte tendencia de que el exmandatario Rafael Correa no vuelva a dominar la política nacional, creen los académicos consultados por EXPRESO.

En junio de este año, la encuestadora Comunicaliza consultó a 3.656 personas, en las 24 provincias del país, si se calificaban como correístas. El 13,9 % de ellas se autodefinieron entre “algo anticorreístas” y “muy anticorreístas”; un 28,8 % indicaron que no eran ni correístas ni anticorreístas. Solo el 35,1 % de los consultados dijeron que eran entre “muy correístas” y “algo correístas”. Este último porcentaje guardaría relación con los resultados de los últimos comicios.
Pablo Ospina, experto en Ciencias Políticas, catedrático e investigador de la UASB, cree que hay electores que, aunque no se definan como anticorreístas, no están dispuestos a votar por una candidatura impulsada por Correa. Esto porque “una cosa es una identidad o una característica que se resalta de la propia decisión política y otra, cómo actúas frente a las elecciones”. Por lo que esa tendencia parecería ser más grande que el anticorreísmo, sostiene.

Merino, por su parte, afirma que la falta de estructura partidaria y de verdaderos líderes ha hecho que personas que tienen nuevos liderazgos, aunque no presenten propuestas tan interesantes, logren captar la atención del electorado, apelando a temas como la renovación o mostrando un discurso distinto.

A partir de los reveses en el gobierno de Lenín Moreno, el cual fue postulado por Correa en 2017, la distribución de los votos en segunda vuelta se tornó a favor de los candidatos de derecha. Para los docentes consultados, este régimen fue de derecha.

En 2021, en el balotaje, Guillermo Lasso logró el 52,36 % de los votos, 32,62 puntos más de los que había alcanzado en la primera vuelta (19,74 %); pero el domingo 15 de octubre Noboa captó el 51,83 %, es decir 28,36 % más de los votos de agosto (23,47 %). Un menor porcentaje de apoyos de los que captó Lasso.

Ospina argumenta que esto se debe a que “conforme fracasan estrepitosamente los gobiernos anticorreístas de Moreno y de Lasso, entonces la gente dice: Bueno, es preferible probar el gobierno de Correa antes que volver a sufrir semejante desierto plagado de incompetencia”. Esto debido a que en Ecuador no hay una derecha política estructurada y sólida, considera Chávez, por lo que “cuando llegan a gobernar no tienen proyecto de país, estructura política, ni liderazgos reales”.

Por ello, si Noboa no hace un buen régimen, es más probable que eso favorezca al correísmo en los próximos comicios, concuerdan Merino y Ospina.

Chávez, no. A su parecer, aunque las condiciones se mantengan iguales y Noboa no gobierne lo suficientemente aceptable, es muy probable que la derecha vuelva a ganar.

En todo caso, opina Reyes, el presidente electo no debería tocar la fibra social a través de algún tipo de proyecto en su administración para que no fracase.
Fuente: Expresó

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