Un equipo multidisciplinario de investigadores internacionales descubrió por primera vez que los síntomas del alzhéimer pueden transmitirse a un organismo joven y sano a través de la microbiota intestinal. Estos hallazgos confirmaron el papel de los microorganismos intestinales en la enfermedad y los señalan como un objetivo clave para la investigación debido a su particular susceptibilidad al estilo de vida y a las influencias ambientales.
Sin un tratamiento eficaz
El alzhéimer es la causa más común de demencia, un término general para la pérdida de memoria y otras capacidades cognitivas con potencial para interferir con la vida diaria. Los expertos señalan que una de cada tres personas que nacen hoy en día tiene probabilidades de desarrollar alzhéimer. Es «una enfermedad insidiosa para la que todavía no existe un tratamiento eficaz», dijo Sandrine Thuret, profesora de Neurociencia en el King’s College de Londres y una de las autoras principales del estudio.
El alzhéimer y el intestino
Un total de 69 pacientes con alzhéimer participaron en el estudio, además de un grupo de 64 individuos sanos como control. Todos donaron sangre y algunos de cada grupo también proporcionaron microbiota intestinal a través de muestras de heces. A 32 ratas jóvenes, sin microbioma intestinal, se les trasplantó la microbiota intestinal de individuos de los dos grupos del estudio. Una mitad recibió el trasplante de pacientes con alzhéimer y las otras 16 recibieron el trasplante del grupo de control sano.
Diez días después de los trasplantes, las ratas con microbioma de pacientes de alzhéimer mostraron conductas de memoria deterioradas, particularmente aquellas que dependen de un proceso llamado neurogénesis del hipocampo adulto. El hipocampo es una región cerebral que es importante para la memoria y el estado de ánimo, y una de las primeras áreas afectadas por el alzhéimer. La neurogénesis del hipocampo es el proceso que crea nuevas neuronas en esta región.
«Las pruebas de memoria que investigamos se basan en el crecimiento de nuevas células nerviosas en la región del hipocampo del cerebro. Vimos que los animales con bacterias intestinales de personas con alzhéimer producían menos células nerviosas nuevas y tenían problemas de memoria», explicó Yvonne Nolan, del Colegio Universitario de Cork (Irlanda), quien fue una de las directoras de la investigación.
Las ratas con microbiota intestinal de pacientes con alzhéimer exhibieron deterioros más graves en la neurogénesis del hipocampo cuando los propios donantes tenían puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas. Los investigadores, encontraron que las bacterias del género Coprococcus, asociadas con un envejecimiento saludable, se redujeron significativamente en los pacientes con alzhéimer. También tenían significativamente más bacterias del género Desulfovibrio que los controles cognitivamente sanos.
Desarrollo de nuevas terapias
«Las personas con alzhéimer generalmente son diagnosticadas en el momento de la aparición de los síntomas cognitivos o después, lo que puede ser demasiado tarde, al menos para los enfoques terapéuticos actuales. Comprender el papel de los microbios intestinales durante la demencia prodrómica (o en etapa temprana) antes de la posible aparición de síntomas puede abrir vías para el desarrollo de nuevas terapias, o incluso una intervención individualizada», señaló Nolan. El artículo que recoge los resultados de este estudio fue publicado el miércoles en Brain.