Esta mañana se conoció del fallecimiento de la soprano Astrid Achi, quien se encontraba en la lucha de un cáncer de pulmón.
La artista estaba internada en la unidad de terapia intensiva de Solca, en Guayaquil.
En su repertorio musical, que incluye varias décadas de trabajo, la soprano Astrid Achi solía decir que que su canción favorita siempre fue Como la cigarra (escrita por María Elena Walsh), “porque a pesar de que pase el tiempo y las adversidades, el cantante, aunque esté bajo tierra, regresa y vuelve a cantar. Es lo que lo mantiene vivo”.
Esas palabras compartió la cantante lírica en una entrevista con este diario en el 2010, a propósito de un concierto para festejar 28 de su carrera artística. El 2020, año de la pandemia, marcó sus 38 años de trayectoria, por lo que a la fecha contaba con más de cuatro décadas de vida en el canto.
Achi empezó a cantar profesionalmente a los 21 años de edad, pero aclaró en otra entrevista con EL UNIVERSO que ya cantaba desde los 3 años, y que incluso apareció en varios programas de televisión. Ella hacía cuenta de su profesión desde que se graduó en el Conservatorio Nacional de Música Antonio Neumane.
Sus primeras intervenciones fueron en óperas como La Traviata, El Barbero de Sevilla, Carmina Burana, El requiem de Verdi, entre otras. Luego, en 1978, participó en el primer Concierto Latinoamericano de la Juventud de Música Clásica representando al Ecuador.
También ha participado en festivales nacionales e internacionales. En 1995 fue semifinalista en el International Voice Competitions de Luciano Pavarotti en la ciudad de Nueva York, intervino en el OTI Ecuador en 1998 y Boleros de Oro, celebrado en Cuba en el 2005. En el año 2006 ganó el Primer Premio Internacional en el Festival de la Canción en Egipto.
Además de la música clásica, Achi disfrutaba mucho de la música popular. Un año después grabó su primer disco de boleros al que tituló Voz y sentimiento, que incluyó los temas Arráncame la vida, Nostalgia, Alfonsina y El hombre del piano. Después grabó Mágico mirar.
Paralelamente con su actividad artística, Astrid Achi se desempeñó como profesora de canto, dejando su legado en el Conservatorio Nacional de Música Antonio Neumane, en el Coro Municipal de Adultos, y últimamente en en la Escuela de Artes Sonoras, de la Universidad de las Artes.
Fuente: El Universo
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