Cualquiera de los candidatos presidenciales, Daniel Noboa (ADN) y Luisa González (RC), que gane las elecciones de segunda vuelta electoral, que serán el 15 de octubre próximo, no tendrá fácil el camino político-legislativo en la Asamblea Nacional.
Cada finalista tiene su grupo de asambleístas electos para completar el periodo legislativo, hasta mayo de 2025, pero ninguno posee los 70 votos. En el caso de Daniel Noboa, no tendría más de 13 asambleístas propios; y, Luisa González, alrededor de 53 legisladores, que tendrán un peso indiscutible. Esto los obligará a abrir espacios de diálogo para llegar a acuerdos y pactar los votos que necesitarán para aprobar las leyes que enviarán al Parlamento como una medida para enfrentar el desempleo y mitigar la crisis económica del país.
Uno de los bloques legislativos clave para ambos finalistas es el Partido Social Cristiano (PSC), que con aliados llegarían a controlar 18 voluntades; de ahí que este sector se convertiría en la bisagra política en el momento de armar o desarmar mayorías.
En la conformación de la Asamblea de transición también existen sectores de minoría como Pachakutik, que alcanza cinco votos, que para el correísmo tiene con ellos más coincidencias que disensos, a decir de otros sectores como el movimiento Construye, con más de 25 legisladores, y que anticipa su renuencia a dialogar con la bancada de la Revolución Ciudadana.
En el Parlamento que se instalaría en diciembre también están ocho asambleístas de la alianza Actuemos, que representan al partido Avanza y al movimiento SUMA, pero este grupo apunta a reunir a los representantes de movimientos provinciales minoritarios y a los posibles desertores de la bancada Construye, para constituirse en bloque parlamentario y provocar derechos de representación en la Asamblea y entrar a las negociaciones con el nuevo gobierno que reemplazará a Guillermo Lasso.
Posiciones y condiciones
Si el próximo presidente de la República es Daniel Noboa, probablemente el correísmo va a estar en franca oposición y con ello se reduce el espacio de armar una mayoría circunstancial.
A eso se suma que la próxima Asamblea tendrá un espacio de acción de 18 meses y la mayoría de sus integrantes apuntarán a una reelección como legisladores para mayo de 2025, de ahí que todos calibrarán la conveniencia electoral de estar cerca del nuevo gobierno o las ventajas de ser oposición.
El PSC considera que es el momento de los consensos, pues a criterio del legislador electo por Guayas Vicente Taiano, hay temas país que indistintamente de quien gane la elección presidencial van a generar consensos como seguridad y crear condiciones para que el mercado laboral sostenga plazas de trabajo.
“Si el correísmo no entiende eso, y no cree que es el momento de un país de consensos, se puede quedar aislado”, advierte Taiano, quien sostiene que si la Revolución Ciudadana no gana la presidencia y triunfa Daniel Noboa, “lo van a condicionar a sus grandes causas, por ejemplo, una reforma laboral que el país necesita, ya sabemos cuál es la posición del correísmo”.
El PSC frente a un eventual triunfo del correísmo mostrará la bandera de defensa de luchas ciudadanas que deberán estar recogidas en una agenda y para ello habrá acuerdos coyunturales.
Taiano dice que no ha adelantado conversaciones con nadie, pero tampoco van a discriminar a nadie para los diálogos, pues en función de una agenda se debe conversar con todos, siempre y cuando esos acuerdos no impliquen golpear a la ciudadanía como con impuestos, y siempre que esos acuerdos no vayan en contra de la causa: mano dura contra la delincuencia.
Gisella Garzón, asambleísta electa por la bancada Revolución Ciudadana en Pichincha, sostiene que el triunfo presidencial de Luisa González, en segunda vuelta, dará mayores posibilidades de alianzas políticas desde el Gobierno, y resalta que si bien Pachakutik llegó al Parlamento con una reducida representación a diferencia de la anterior Asamblea, hay más coincidencias y en ese sentido se tiene que avanzar en los diálogos.
Aunque no lo identifica, Garzón recalca que sí hay un sector en la Asamblea Nacional “con el que pueden tener puntos de consenso para los temas más urgentes del país y el ejercicio de la anterior Asamblea es la evidencia de eso”.
Además, dice que quienes repiten la gestión legislativa conocen que hay temas pendientes que no se pueden retrasar más como la ley de riesgos, ley de aguas, ley de comunas, reformas al Código Penal, seguimiento y evaluación de la erradicación de la violencia de género, código de la niñez y reformas a la ley de tránsito.
No es un supuesto consentido, en este momento, admitir un triunfo presidencial de Daniel Noboa, en segunda vuelta, afirma Garzón. Pero adelanta: “Reconoceríamos el escenario y brindaríamos la gobernabilidad, siempre y cuando no se afecten los derechos de la gente porque eso es lo que pasó con el gobierno de Guillermo Lasso”.
De llegar Noboa, añade, “enfrentarán a un binomio que habla desde ya de privatizar el IESS, de ampliar la edad de la jubilación, de ampliar el tiempo de aportes, de privatizar la salud y que la educación no sea púbica”.
El movimiento Construye, según el representante electo por Pichincha Jorge Peñafiel, aún espera un pronunciamiento del candidato Daniel Noboa respecto a la agenda legislativa planteada, como la conformación de una comisión que investigue el asesinado del asesinado excandidato presidencial Fernando Villavicencio.
Este sector político ratifica que nunca votará en segunda vuelta por González y tampoco esperan abrir diálogos a nivel del Parlamento en caso de un triunfo presidencial de la Revolución Ciudadana.
Habrá una oposición técnica y profesional desde el legislativo, pues la candidata González tiene una agenda de la impunidad, la misma que se ha “venido viviendo en el Consejo de Participación Ciudadana y en el Consejo de la Judicatura; si esa es la agenda, nosotros sin dudarlo seremos la oposición”.
Si gana Noboa, comenta Peñafiel, es más factible entenderse en la Asamblea, pero insiste en que aún no hay pronunciamiento sobre la agenda planteada por Construye.
Javier Orti, dirigente del partido Avanza que junto al movimiento SUMA armaron la alianza Actuemos y que lograron ocho curules, señala que independientemente del que sea el gobierno ganador, cada grupo intentará hacer su bancada y los que no la tienen tendrán que agruparse y definir su propia agenda, tomando en cuenta que habrá nuevas elecciones en 18 meses.
La bancada Acción Democrática Nacional, en caso de que Daniel Noboa gane la elección presidencial, tendrá que esforzarse para sostener al gobierno y si no gana tendrán que reformular su estrategia. En el caso de Actuemos, se intentará armar una bancada para obtener espacios con base en una agenda.
En caso de que gane Luisa González, la alianza Actuemos podría sumarse a integrar una agenda en común siempre que esté acorde a la visión de los dos partidos, por ejemplo, será imposible juntarse con el correísmo si buscan una asamblea constituyente, afirma Javier Orti, quien sostiene que lo más conveniente es mantener la independencia de los ganadores, al menos, si se quiere tener una reelección en el 2025. (I)
Fuente: El Universo