El mismo día que Washington y Berlín anunciaban el envío de apoyo militar adicional a Kiev, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró ante periodistas que el conflicto ucraniano se encuentra en estos momentos en un punto crítico.
«Ahora mismo, la guerra en Ucrania se encuentra en un punto crítico. Tenemos que hacer todo lo posible para ayudar a los ucranianos a resistir la agresión rusa», dijo Biden este jueves durante una reunión del Gabinete, citado por Reuters. «Y Rusia no está intentando frenar», agregó.
En una declaración conjunta difundida tras la conversación telefónica que el presidente estadounidense mantuvo con el canciller alemán, Olaf Scholz, Washington se compromete a proporcionar a Ucrania vehículos de combate de infantería Bradley, mientras que Alemania suministrará vehículos de combate de infantería Marder y una batería de defensa antiaérea Patriot. Asimismo, ambos países acordaron entrenar a soldados ucranianos en el uso de dicho armamento.
«El presidente Biden y el canciller Scholz expresaron su determinación común de seguir prestando el necesario apoyo financiero, humanitario, militar y diplomático a Ucrania durante todo el tiempo que sea necesario», reza el comunicado.
Se espera que el nuevo paquete de ayuda militar de Washington a Ucrania, que se anunciará este viernes y tendrá un valor de unos 2.800 millones de dólares, incluya unos 50 vehículos de combate Bradley, precisa Reuters, citando a funcionarios estadounidenses.
La decisión de Alemania, a su vez, se dio a conocer tras el anuncio de Francia de que enviaría a Kiev vehículos blindados de combate ligeros AMX-10 RC.
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, el Gobierno de Scholz se ha mostrado reticente a enviar a Kiev todo el armamento que le han instado a suministrar otras potencias occidentales, ante el riesgo de entrar en un conflicto directo con Rusia.
«Kiev no está preparado para el diálogo»
Moscú, por su parte, ha condenado en repetidas ocasiones los suministros de armas a Ucrania por parte de Europa y EE.UU., porque alimentan aún más el conflicto, volviéndolo más sangriento y mortífero, en vez de apoyar a las partes a encontrar una vía diplomática.
Hace una semana, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, destacó que, a día de hoy, «es evidente que Kiev no está preparado para el diálogo» con Moscú, mientras su presidente, Vladímir Zelenski, sigue buscando la ayuda de Occidente, no para mantener conversaciones pacíficas, sino para «lograr la retirada de tropas [rusas] del territorio ruso de Donbass, Crimea, Zaporozhie y la región de Jersón», además de recibir pagos por reparaciones y que Rusia sea juzgada por los tribunales internacionales. (D)