Los discursos políticos, como en el video de “rendición de cuentas” del presidente de la República, Daniel Noboa, por su primer año en el poder, pintan una realidad muy alejada de la que sienten en sus bolsillos tanto empresas como familias.
Según un análisis de Julio José Prado, economista, exministro de Producción y expresidente de la Asociación de Bancos Privados, esa crisis compleja se puede entender mejor si se analiza a través de seis riesgos inminentes y cuatro oportunidades:
1 PIB bajo cero: Tal como se ve la tendencia del primer semestre, que se profundizó en el segundo semestre de 2024 con los apagones, es evidente una fuerte caída de los componentes del PIB (consumo, inversión y un gasto público que contribuirá poco al crecimiento). La economía camina de forma clara hacia un decrecimiento, que como ya analizó LA HORA representa más desempleo e informalidad y un repunte de la migración.
“La perspectiva del Banco Central de llegar al 0,9% de crecimiento del PIB será imposible. La estimación de 0,1% del FMI quedaría como un escenario improbable. Caminamos hacia un PIB 2024 que estaría por debajo de 0%, incluso más bajo del -1%, según como cierren noviembre y diciembre. Hay pocas opciones de revertir esta caída del PIB, pese a que en diciembre se espera un ingreso de recursos proveniente de la deuda adquirida con el FMI y un ligero repunte de consumo”, puntualizó Prado.
2 Costos de producción al alza: La subida del 12% al 15% del IVA al inicio de año hizo que durante un mes los precios al consumidor subieran, pero inmediatamente bajaron. ¿Por qué? En un entorno de caída del consumo, las empresas no logran trasladar a sus clientes el aumento de precio, por eso debieron retroceder y, más bien, ofrecer descuentos y promociones.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y del Ministerio de Producción, el Índice de Precios al Consumidor se ubicó en el 1,3%; mientras que el Índice de Precios al Productor llegó al 4,6%. En otras palabras, el costo de producir en el país creció casi 4 veces más que el precio de los productos que se venden en el mercado.
3 Ventas en picada: Las ventas privadas formales, registradas en el SRI (Servicio de Rentas Internas), tuvieron una fuerte caída durante el primer semestre de 2024. Caídas desde el -10% en comercio y -28% en servicios profesionales agregados. El peor mes fue junio. Los mejores meses fueron febrero y julio (en julio ingresó dinero del FMI y se pagaron a proveedores).
“Cuando parecía que alguna mejora había en julio y agosto (aunque agosto no fue bueno, en comparación se veía mejor), los apagones desde septiembre en adelante llevaron las ventas privadas en picada. Todavía no existen cifras oficiales recientes, pero se anticipa que septiembre será igual de malo que junio. Pero octubre y noviembre serían tan malos como ciertos meses de la era covid”, alertó Prado.
4 Las importaciones de insumos y materias primas se desploman, pero las exportaciones repuntan: Las exportaciones no petroleras crecieron en cerca de $1.188 millones entre enero y agosto de 2024.
Una gran parte de ese crecimiento se debe a un solo producto, el cacao, cuyas exportaciones crecieron en $1.068 millones.
“Las buenas noticias son que el camarón y banano dejaron de caer tan fuerte. El atún ha tenido un buen desempeño este año”, añadió Prado.
Este año tiene tasas de crecimiento de exportaciones no petroleras muy por debajo del 2022 (cuando se rompieron récords) y 2023 (que fue un año bueno, pero no excelente).
El aumento de costos internos asociado a la inseguridad y la electricidad, influye en la competitividad a nivel internacional. El valor unitario de exportación está bajando mientras que el volumen se mantiene. Es casi imposible trasladar precios internos al mercado internacional.
Por otro lado, se registra una caída fuerte de las importaciones de casi todos los productos que se utilizan como materia prima industrial, celulares, vehículos y medicinas. Esas caídas van del -8% a más del 30%. Las importaciones ecuatorianas desde Estados Unidos cayeron -15,3%, desde Europa se redujeron -6,2%, y desde China cayeron casi -3%.
5 Los depósitos crecen (las familias están gastando menos), pero hay poca demanda por créditos en el sistema financiero: Hasta abril de 2024, la tasa de variación de los depósitos venía desacelerándose. La estrategia de subir tasas pasivas (sobre todo de los depósitos a plazo) logró revertir esta tendencia, pero afectó al costo bancario.
Con la rentabilidad golpeada por el impuesto extraordinario del 25% a la utilidad que se aprobó por ley, los bancos tuvieron que cambiar su estrategia entregando menos crédito en algunos segmentos.
“Pese a que hay más liquidez (menos gasto de las familias y más depósitos), los créditos están teniendo un mal desempeño. Los consumidores no están solicitando créditos y además las instituciones deben ser más cuidadosas por el aumento de la morosidad. La situación de la banca es sólida y estable pese a la recesión económica, pero los efectos en microcrédito y consumo, y el sobreendeudamiento de muchos clientes obligará a tomar medidas similares a las que se dieron en pandemia. El mayor riesgo 2025 es que se mantenga el impuesto del 25% a las utilidades”, explicó Prado.
6.- Nueva reforma tributaria para el segundo semestre de 2025: Durante varios meses se ha especulado si hay o no una reforma tributaria que entre en vigor a inicios de 2025. La última misión del FMI que vino al país a inicios de noviembre no ha recomendado una subida de impuestos, ni el Gobierno tiene intención de hacerlo (campaña electoral y tampoco hay los votos).
Una reforma tributaria, de acuerdo con Prado, será necesaria a finales del primer semestre de 2025, es decir después de las elecciones. Sin embargo, hay ciertos impuestos que el Gobierno analiza dejar en 2025. Entre las opciones están las autorretenciones y el impuesto al sistema financiero.
7.- El segundo desembolso del FMI, y dinero de otros multilaterales, llegará al Ecuador en diciembre: La misión del FMI que vino en noviembre, vio cifras hasta agosto, hasta ahí el Ecuador pasa con buena nota el año 2024, porque se cubrieron la mayoría de las metas fiscales (a costo de un sacrificio y menor crecimiento del sector privado).
“Con esto, entrarán un poco más de $1.000 millones en diciembre al Gobierno, con lo que se sentirá una mejoría similar a la del mes de julio 2024. Este efecto positivo de liquidez será temporal, pero ayudará a cerrar el año con un poco menos de caída en las ventas de ciertos sectores”, concluyó Prado. (JS)
Diario La Hora