Gaby Espino y Jencarlos Canela se convirtieron en una de las parejas más queridas y reconocibles de la industria. Con una relación que capturó la atención de muchos, su historia se vio marcada por el amor, la complicidad y, inevitablemente, algunos desafíos que llevaron a su separación.
Ambos artistas, con carreras exitosas en la actuación y la música, comenzaron su romance en un momento en que sus trayectorias estaban en pleno ascenso. Durante varios años, fueron inseparables, compartiendo no solo su vida personal sino también momentos destacados de su carrera profesional. Sin embargo, lo que en un principio fue un cuento de hadas se tornó complicado con el paso del tiempo.
“Nosotros nunca dejamos que el hogar se volviera tóxico y mucha gente trata por hijos de intentar y de intentar y yo dije si yo estoy sintiendo lo que estoy sintiendo antes de yo tomar decisiones que van a destruir mi relación con la madre de mis hijos porque esto no es una novia de unos añitos, es la madre de mis hijos, esto es una conexión de por vida, yo no puedo permitir ni me puedo dar el lujo de cometer errores en esta relación, tengo que cuidar la amistad por lo menos“, añadió en la conversación.
Una de las revelaciones más emotivas de Canela durante la entrevista fue su vínculo con Oriana, la hija de Gaby Espino. Aunque no comparten la misma sangre, el cantante expresó que considera a Oriana como su propia hija: “Nosotros llevamos una relación linda, Oriana y Nicolás son niños saludables, niños maduros“.
La conversaciones sobre relaciones, amor y familia son esenciales en la sociedad actual, y la historia de Gaby Espino y Jencarlos Canela ofrece una perspectiva valiosa sobre los altibajos que pueden experimentar las parejas. Su capacidad para enfrentar la separación con madurez y respeto mutuo no solo beneficia a ellos como individuos, sino que también establece un entorno saludable para sus hijos.
Fuente: El Diario NY
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