Ecuador llega a dos meses seguidos de apagones, y con la oferta de que se les ponga fin en diciembre. Es de los periodos más largos de racionamientos que le ha tocado vivir al país.
Noviembre siempre ha sido un mal mes para la generación eléctrica porque es cuando se presenta el estiaje, pero este año se adelantó y desde el 23 de septiembre la luz se restringió para todo el país durante diez horas, la duración ha bajado hasta ser de cuatro y subido hasta catorce horas diarias.
Hace un año también el país enfrentaba apagones, en plena transición de gobierno. Fue desde el 27 de octubre, hubo varios días en que se suspendieron los cortes y el último se dio el 19 de diciembre. En abril también se aplicaron cortes por un par de semanas.
Hace 32 años también se dio una emergencia por Paute y del 28 de noviembre de 1992 al 5 de febrero de 1993 se decretó el adelanto de una hora para aprovechar la luz natural. “La sequía más grande sufrida en los últimos treinta años la hemos enfrentado sin racionamiento de energía, que hubiese costado por lo menos 400 millones de dólares, gracias al ejemplar sacrificio e incomodidad de muchos, en especial de los niños, y gracias también a que tomamos medidas urgentes para rehabilitar el parque termoeléctrico”, anunciaba el presidente Sixto Durán-Ballén a los pocos días de declarar superada la situación y de que se volviera a la normalidad. Entonces hubo malestar y críticas: “Recién comienzan a llegar equipos y repuestos para generación térmica, cuando esto debió hacerse a comienzos de año”, decía el presidente de la Asociación nacional de Empresarios, Raúl Daza.
Y 17 años después, otra crisis energética. En octubre del 2009 se registraban apagones sin previo aviso en Quito, Tena y ciudades de la Amazonía, ante la ausencia de lluvias en la cuenca del Paute. Se preparaba un plan de ahorro, se pedía gastar menos energía en las horas de mayor demanda, de 18:00 a 22:00, y finalmente el 5 de noviembre del 2009 se iniciaron los apagones, de entre dos y siete horas, que luego subieron a ocho sobre todo en Guayaquil, para Quito el promedio era de seis horas. Al día siguiente, el gobierno de Rafael Correa declaró la emergencia.
Se ofreció concluir con los racionamientos a mediados de diciembre de 2009 y pasar una Navidad sin cortes. “Dios mediante, con sequía o sin sequía, se acabarán los racionamientos y podemos gozar de una Navidad sin cortes de energía”, sostuvo Correa. Sin embargo, esa promesa no pudo cumplir el régimen. El 16 de diciembre hubo cambio de ministro y ya no dieron una fecha de fin de los cortes y luego se indicó que en el peor de los escenarios los cortes durarían hasta febrero.
Los cortes se suspendieron por las fiestas y volvieron el 4 de enero hasta el 15. Ya para el 20 de enero se anunció el fin de los apagones.
Además de la sequía como una de las causas, el ministro de Electricidad de la época, Esteban Albornoz, alegó a la reducción del fluido eléctrico de Colombia y la ausencia de inversiones en generación eléctrica en más de diez años, Dijo que se dependía de Colombia “porque no existe generación térmica. Toda la generación que está disponible está operando, incluida la hidroeléctrica (y no abastece)”.
Ahora Ecuador pasa por ocho horas de racionamiento al día, que es una reducción de las doce horas que tuvo antes de que Colombia reanudara sus exportaciones de energía y que mejorara el caudal de la central Coca Codo Sinclair debido a las lluvias que se han dado en la Amazonía. Ayer ya llovía en Cuenca, zona donde están las hidroeléctricas que integran el Complejo de Paute. (I)
Fuente: El Universo